ProActivo | Antonio Castillo Garay, gerente del Instituto de Estudios Económicos y Sociales (IEES), afirmó que en la zona norte del país hay una importante cantidad de proyectos mineros por desarrollar que superan los US$ 20 mil millones.
En términos macroeconómicos, antes de la llegada de la pandemia, al Perú le estaba yendo muy bien. Esto debido a la sólida política monetaria, un bajo déficit fiscal, inflación controlada, un sano tipo de cambio y una política de apertura. Sin embargo, el crecimiento no fue homogéneo, ya que a nivel departamental las brechas permanecen. Así lo aseguró Antonio Castillo Garay, gerente del Instituto de Estudios Económicos y Sociales (IEES) de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
“Los años posteriores al 2013 tuvimos tasas menores al 4.5%, para revertir la pobreza y tener un crecimiento sostenido tenemos que volver al 5 o 6%. Se trata de tener un crecimiento inclusivo”, señaló tras recomendar que se piense más en los departamentos y regiones.
“La Libertad tiene el 22% del PBI nacional. Piura, Áncash y Lambayeque también tienen participaciones importantes”, dijo.
Detalló que en el 2020 el PBI de la zona Norte superó los S/ 148 millones y medio y registró una caída del 7.9% en comparación con 2019. Entre 2010 y 2019 solo 10 departamentos se encontraron por encima del promedio nacional. Apurímac con la parte minera alcanzó el 16% y Piura también”, dijo Castillo durante su ponencia “Propuestas para el Desarrollo Regional – Zona Norte”.
Agregó que durante la pandemia el Perú tuvo la caída de PBI más grande debido al prolongado confinamiento impuesto por el Ejecutivo. Sin embargo, durante el primer trimestre del año el panorama comenzó a verse más positivo sin llegar aún a los niveles pre pandemia.
“La Libertad creció 5.5%, Lambayeque 6% y Piura 6.4%, este año van a lograr sin duda los niveles de pre pandemia. Perú tiene muy buenas condiciones, hemos mejorado muchísimo nuestro déficit público y hubo un incremento de bienes de capital importante. La inversión también ha tenido una recuperación que llega a niveles pre pandemia. El MEF habla de un (crecimiento de) 10% y nosotros también vamos con ese cálculo”, estimó.
Empleo
No obstante, señaló que con respecto a la tasa de empleo las cosas tardarán algo más en volver a la normalidad. “Los empleos todavía van a estar más resentidos. La Libertad tuvo una caída del 17% en 2020 en comparación con 2019. Lambayeque 14% y Piura alrededor del 11%. El empleo en la zona norte cayó 9.3% en 2020 y se incrementó la tasa de informalidad laboral en 1.8 puntos porcentuales. Hemos perdido unos 500 mil empleos en la zona norte y la informalidad ha crecido”, indicó Castillo.
La minería, un factor de desarrollo importante
El economista detalló que el 50% del PBI de La Libertad está concentrado en agricultura, manufactura, comercio y minería y agregó que el sector minero retrocedió -4.6% anual. Sin embargo, señaló que el Perú aún tiene un potencial muy grande con respecto a proyectos mineros.
“En la zona norte hay unos US$ 22 mil millones en proyectos. La mayoría son proyectos mineros como La Granja, que se encuentra en etapa de pre factibilidad, con un valor de 5 mil millones, Conga con 4,800 millones, El Galeno con 3,500 millones, Río Blanco con 2,500 millones, Michiquillay con 2,500 millones y Yanacocha Sulfuros con 2,100 millones. Todos estos se encuentran en Cajamarca, excepto Río Blanco que está en Piura. Otros proyectos que destacan son Chavimochic III, que es un proyecto de agricultura en La Libertad por 900 millones, el Terminal Portuario de Lambayeque por 400 millones y el Terminal Portuario Salaverry en La Libertad por 270 millones. Tenemos un potencial minero enorme. La minería pasa a ser un factor de desarrollo importantísimo”, detalló.
Propuestas de desarrollo
El jefe del IEES indicó que hay dos grandes realidades en el Perú debido al dualismo productivo donde tenemos empresas con muy alta productividad y otras que no. Instó a transformar eso y promover la inclusión productiva porque no se deben abandonar a los productores y microempresas. En ese sentido, manifestó que han planteado tres propuestas para avanzar hacia la descentralización y el crecimiento del desarrollo social.
La primera es la de “Uso de incentivos gubernamentales”, que son expresados en un tratamiento diferenciado territorialmente en la tributación y subsidios en precio de factores (tasa de interés y salarios) con el fin de incentivar la inversión privada en las regiones. “La principal desventaja es que se trata de una propuesta susceptible a distorsiones porque la ubicación de las empresas en determinadas regiones no garantiza que la producción se realice en la misma región”, dijo.
La segunda propuesta tiene que ver con “reducir la participación del gobierno”; es decir, dejar el rol de la descentralización al libre mercado y esperar que la ventajas comparativas y potencialidades de los territorios puedan atraer flujos de capitales e innovación. “La desventaja es que esto hace más fuerte la centralización económica y profundiza los desequilibrios territoriales”, advirtió.
Finalmente, hizo hincapié en el fomento productivo a través de la promoción de los clústeres que permitan focalizar esfuerzos con ventajas y posibilidades de ser competitivos. “De esta forma se impulsa el crecimiento generalizado del país. Se permite la activación de los mercados regionales con economías de escala y un mayor flujo de inversiones. Además, se fortalece las relaciones intergubernamentales”, concluyó.