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Por Fernando Gil *

La diferencia entre responsibility (responsabilidad) y accountability(?) es difícil de describir, ya que se suele usar la palabra ‘responsabilidad’ para definir ambos. Muchos traducen‘accountability’ como rendir cuentas, y lo utilizan como sinónimo de responsabilidad, de dar cuenta, responder por, dar cumplimiento, básicamente a nivel de la gestión pública. En rigor no existe un consenso sobre qué es la rendición de cuentas o accountability: es aún un concepto en construcción.

Tanto en la actividad pública como en la actividad empresarial privada ha surgido la necesidad de transparentar acciones y decisiones, de dar cuenta e informar a la sociedad y las autoridades organizacionales de políticas de administración, de gobierno, de funciones, encargos, tareas y resultados. La rendición de cuentas surge como una herramienta para lograr tales fines.

Alnoor Ebrahim define la rendición de cuentas como “la responsabilidad de responder por un desempeño particular ante las expectativas de distintas audiencias y partes interesadas”.

Simon Zadek lo define como el proceso de “lograr que sean responsables quienes tienen poder sobre las vidas de la gente”. David Bonbright dice: “la rendición de cuentas es una parte esencial del proceso de democratización, del proceso de crear frenos y contrapesos que aseguren que el menos privilegiado y con menos poder pueda cuestionar y reconfigurar las dinámicas del poder social”. En política y en las democracias representativas, la rendición de cuentas es un concepto ético que asegura la legitimidad del poder público, por lo que tiene que ser parte de la agenda del debate público.

Según los autores Bruce Stone, OP Dwivedi, y Joseph G. Jabbra existen ocho tipos de rendición de cuentas: moral, administrativo, político, de gestión, comercialización, jurídico y judicial, circunscripción relación y profesional. Schedler diferenciaaccountability y rendición de cuentas en que accountability conlleva un sentido claro de obligación. La rendición de cuentas se trata de un acto voluntario, de una concesión generosa del soberano que rinde cuentas por virtud y voluntad propia, no por necesidad. Podemos precisar entonces que accountability es la rendición obligatoria de cuentas. Para este autor, la rendición de cuentas abarca de manera genérica tres formas diferentes para prevenir y corregir abusos de poder: obliga al poder a abrirse a la inspección pública, lo fuerza a explicar y justificar sus actos, y lo supedita a la amenaza de sanciones. Marcelo Arnold señala que “sea lo que fuere, la interpretación de accountability, este concepto incluye otros que dan buenas pistas de su sentido: legitimidad, credibilidad, transparencia, buenas prácticas, responsabilidad social, rendición de cuentas, balance social y muchos otros equivalentes, las cuales son relevantes para justificar palabras y actos”.

Poner en práctica la rendición de cuenta requiere de mecanismos e instrumentos para desarrollar esta práctica, como:

– Sistemas de información e informes públicos, legales y financieros periódicos.

– Evaluaciones y mediciones de desempeño vinculadas a las metas y objetivos de la organización.

– Mecanismos participativos y consultivos que involucren a la comunidad.

– Autorregulación: La formación de capacidades de reflexión y autocrítica de las propias prácticas acompañada de procedimientos, como códigos de conducta, códigos de ética o cartas de principios, cartas internacionales de responsabilidad, acreditaciones o certificaciones por pares, guías de buenas prácticas, etc.

– Certificaciones de externos que garanticen imparcialidad y la rectitud en la aplicación de los criterios para evaluar y según las normas de calidad.

– Mecanismos de auditoría social participativos.

En el mundo organizacional, estos conceptos pueden definirse como sigue:

1) Responsibility: “The person responsible for xxx”, en castellano, es la persona que se encarga de ejecutar XXX. Aquí XXX es tarea, función, encargo.

2) Accountability: “The person accountable for XXX”, en castellano, es la persona que tiene que responder ante la ley, ante su jefe o las autoridades de una empresa por si la(s) persona(s) que tenía(n) que encargarse de hacer algo no lo hiciera(n) y que, por lo tanto, no dio el resultado. Aquí XXX es resultado.

Un ejemplo concreto: una multinacional tenía un plan de emergencia ante posibles desastres o acontecimientos que pudieran parar la producción empresarial. En este plan había que definir en caso de un desastre quien tendría la responsabilidad de realizar ciertas tareas (labores específicas como llamar a bomberos, verificar que no quedara nadie en el edificio, etc.) y quién sería ‘accountable’ para que esas tareas se realicen (es decir, quién sería el responsable de asegurar que la persona que se tenía que encargar de algo realmente lo hiciera, y por lo tanto, la persona que tendría la ‘culpa’ final si las labores se quedaran sin hacer).

Accountability tiene que ver con rendir cuentas y con el resultado final. La responsabilidad está vinculada sólo a la ejecución de la tarea. En el mundo organizacional nos encontramos con muchas personas responsables que cumplen con la tarea, el encargo y su trabajo, pero que no miran más allá para garantizar que el resultado esperado, razón de ser del encargo y de la tarea, finalmente se dé. Una persona accountable, cuando ve que una tarea propia o de otro colaborador de la empresa no va a dar el resultado incorpora nuevas tareas, tiempos, recursos y energía con tal de alcanzar el resultado.

La revista Soy Emprendedor hace referencia a las 13 conductas de un líder confiable y accountable:

1. Demuestra respeto.

2. Arregla lo que está mal, reconoce sus errores y se compromete a resolverlos.

3. Obtiene resultados y no pone excusas por los resultados que no obtuvo.

4. Confronta la realidad. No esconde la cabeza. Conduce las conversaciones con coraje.

5. Practica accountability, o sea, asume la responsabilidad por los resultados. Comunica lo que está haciendo y lo que los demás están haciendo. No acusa a los demás ni busca culpables.

6. Cumple sus compromisos en tiempo y en forma. No hace promesas exageradas.

7. Habla en forma directa. Es honesto, dice la verdad. Usa lenguaje simple. Demuestra integridad. No manipula a la gente ni distorsiona los hechos.

8. Crea transparencia. Es abierto y auténtico. No tiene agendas ocultas. No oculta información.

9. Demuestra lealtad: Aprende a reconocer las contribuciones de los demás. Habla sobre la gente como si estuvieran presentes.

10. Aprende constantemente. Desarrolla sistemas de feedbackformal e informal.

11. Aclara, discute y negocia las expectativas. No actúa en base a supuestos. Los valida.

12. Escucha de manera activa, diagnostica, es compasivo.

13. Expande la confianza.

 

* MBA y Máster en Economía de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos. International Coaches Trainer certificado por la International Coaching Community y Associate Certified Coach por la International Coach Federation. Presidente de la Asociación Peruana de Coaching y Managing Partner de la Escuela de Coaching y Desarrollo Organizacional, Jamming.

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