Álvaro Ríos Roca

Álvaro Ríos Roca
SOCIO DIRECTOR DE GAS ENERGY Y DRILLINGINFO

Dos recientes viajes al país azteca nos han llevado a comprender mejor conceptos y tendencias sobre la reforma energética. Este análisis está centrado en las reformas a Pemex.

Una constante caída en producción de petróleo y gas, crecientes importaciones de derivados del petróleo y gas, falta de capital y tecnología para encarar complejos proyectos (aguas profundas, shales, etc.), han hecho que se deba encarar una reforma profunda al sector energético y al accionar de Pemex.

En Latinoamérica sus sociedades desean precautelar empresas estatales, principalmente en sectores estratégicos como la energía. Opinamos que estas empresas pueden jugar roles estratégicos, muy particularmente en casos de emergencia o cuando el sector privado intenta cometer abusos o tener posiciones dominantes. ENAP en Chile, durante los cortes de gas natural de Argentina, jugó este rol estratégico, incrementando importaciones de diésel e impulsando proyectos de importación de GNL con el sector privado.

Empero, lo más aconsejable, si se decide crearlas, mantenerlas y/o fortalecerlas, es que se las debe tratar de blindar del poder político de turno. No blindarlas las torna en empresas no competitivas, las deja sin gobierno corporativo, sin gestión, sin tecnología y con magros resultados a la postre. Las arcas del Estado luego deben ir a socorrerlas y/o se las debe privatizar o vender, las más de las veces a precio de gallina muerta.

La experiencia internacional y regional señala que es posible trabajar en un substancial blindaje a estas empresas del poder político, y tornarlas exitosas y hasta internacionalizarlas. Lo ocurrido con empresas chinas, de Europa y alguna que otra en América Latina, presentan varias de las siguientes características.

Los directorios deben estar compuestos por miembros estatales e independientes y los requisitos profesionales y responsabilidades claramente establecidos. Mejores resultados se observan cuando los independientes son mayoría en los directorios. Este directorio, a su vez, debe elegir al presidente de la empresa y otorgarle un gobierno corporativo que no responda al poder político de turno.

Se debe sacarlas de las amarras del Estado en cuanto a contrataciones y procesos de adquisición, asociación para que se tomen decisiones competitivas y empresariales. Estructurarlas para que puedan levantar capital nacional e internacional (esto también es un tipo de blindaje y de transparencia). Dejar que en función de sus objetivos y competitividad de mercado remuneren los salarios de su planta directiva, gerencial y profesional. Y, por sobre todo, se debe impedir que los ministerios de Hacienda les metan la mano.

Lastimosamente, muchas de estas características no se notan aún en la reforma que se viene tratando de impulsar en Pemex. El blindaje del poder político no está siendo incorporado. Bajo el esquema planteado, la reforma puede tener ciertos éxitos, pero el estancamiento, burocracia y pesadez actual de Pemex pueden continuar.

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