empleo
Búsqueda sin fin. Cada día decenas de pobladores acuden al Parque Duhamel en busca de trabajo.

Sin derechos. El crecimiento de la economía peruana no ha ido a la par con la calidad del empleo. La tercera parte de trabajadores de algunas regiones del Sur se desempeñan en labores precarias, laboran más de ocho horas, no reciben ningún beneficio social y cuando sean adultos mayores probablemente no podrán contar con una pensión.

Arequipa.

Gracias al boom económico, el trabajo en Arequipa, en la última década, aumentó. Siete de cada diez personas tiene un empleo adecuado. A pesar del buen panorama, no todo pinta color de rosa para casi la tercera parte. Según el gerente regional del sector, Alejandro Delgado San Román, se estima que la Población Económicamente Activa (PEA) en la región asciende a más de 660 mil habitantes que laboran o buscan trabajo. De esa cifra, 31 mil están desocupados y 139 mil subempleados, como los grupos de jóvenes y adultos que llegan todas las mañanas al parque Duhamel, en el Centro Histórico. Desde las siete y hasta el mediodía rodean a los ocasionales empleadores.

Basilia Aquino, de 34 años, es una de ellas. La rutina la repite hace dos años. El último martes por limpiar una oficina le pagaron S/. 20. Otros días tiene más suerte y por la misma actividad le cancelan 35 soles.

Basilia tiene un niño de 11 años. Sabe que si no encuentra trabajo deberá ir a la casa de un familiar para ayudar en las labores domésticas y comer. Basilia nunca trabajó para una empresa formal. Es decir está condenada a no recibir una pensión cuando sea anciana.

Para Delgado San Román, el empleo adecuado significa tener por lo menos un sueldo mínimo (S/. 750) -aunque la canasta básica familiar se estima en S/. 1,420-, vacaciones remuneradas, jornadas laborales que no excedan las ocho horas en condiciones adecuadas, pago de beneficios laborales como Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), gratificaciones, escolaridad, entre otros.

Bryan Condori tiene 26 años y gozó de este beneficio por medio año. Trabajaba en una mina en Puno, pero no le renovaron el contrato. Ahora también busca empleo en el Parque Duhamel. “Es desesperante. Cada mañana me pregunto si podré conseguir dinero”, comenta mientras lee una hoja bond con ofertas de trabajo.

En este parque hay varias mujeres que venden los avisos a S/. 0.20. Ellas recolectan las ofertas laborales de los empleadores y luego las trafican. Otra modalidad de subempleo.

También pasan la voz cada vez que un empleador llega al lugar. Al día venden más de 60 hojas. La demanda aumenta en los meses de vacaciones.

Arequipa y Cusco comparten cifras similares. La PEA de la región imperial llega a 711 mil habitantes, de esa cantidad el 97.4% está ocupada y el resto desempleada. El nivel de subempleo bordea el 20%.

Delgado agrega que el subempleo se presenta más en pequeñas empresas.

En la carrera por buscar trabajo existen riesgos. Acudir a agencias no autorizadas o poco confiables puede desencadenar caer en mafias de trata de personas. Esta semana, en Tacna, una adolescente de 17 años fue rescatada de un prostíbulo. A la muchacha la captaron en Chiclayo para trabajar como moza, pero terminó en un bar.

Arequipa está considerada, según datos de la Policía, como una zona de paso para estas mafias. Los destinos finales son sectores mineros y fronterizos.

VULNERABLES

A pesar de la igualdad de género, las mujeres enfrentan las mayores tasas de desempleo. De diez desocupados, seis son mujeres. Además, a pesar que realizan las mismas labores que un hombre, aún persiste la diferencia en las remuneraciones.

Otro grupo que preocupa son los estibadores. La Gerencia de Trabajo durante un operativo el año pasado logró verificar las pésimas condiciones en las que laboran.

Un estibador es más conocido como cargador en los mercados. Estos hombres llevan sobre sus hombros sacos que pesan hasta 130 kilos. Por cada bulto reciben de 1 a 2 soles.

Los niños trabajadores también son vulnerables. La gerencia este año conformó mesas de trabajo para armar un plan de prevención. Sin embargo, en las zonas andinas aún se conserva los conceptos de padrinazgo, es decir, enviar al pequeño a la ciudad para que trabaje en labores domésticas mientras estudia.

En los trabajos formales existe asimismo el incumplimiento del pago de beneficios. El año pasado la Gerencia de Trabajo sancionó a 190 empresas por no cumplir con el pago de CTS y vacaciones.

OFERTA LABORAL

Al otro lado de la balanza están los trabajadores más buscados. En Arequipa, los servicios ocupan un sector importante con la llegada de los malls.

Mientras que en Cusco, el año pasado, los trabajadores se concentraban principalmente en los sectores agricultura, pesca y minería (43.6%), comercio (15%), manufactura (7%), el restante en transportes y comunicaciones, construcción y otros servicios.

Con el dinamismo de la economía, la opción de las empresas es contratar a organizaciones que les satisfagan las demandas.

Todos los aspirantes son evaluados para definir si poseen las características y experiencia necesaria.

Danitza Salas, gerenta de Manpower en Arequipa, explica que la oferta se concentra en empleos técnicos, representantes de ventas y operadores de maquinaria.

Explica que existe un gran porcentaje de empresas que no logra cubrir sus plazas. Eso obliga a repensar ππla educación superior que no está sintonizando con las necesidades del mercado.

La República