pobreza

Escenario. Los autores del estudio “Los olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe” del BM sostienen que en el caso peruano los pobres crónicos del sector urbano son menos que los del área rural. Los países que más sufren este flagelo social son Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Provienen de familias en las que siempre vivieron en pobreza y a pesar del crecimiento económico de la última década en América Latina y el Caribe (ALC), dichos beneficios nunca se tradujeron en oportunidades para lograr salir de la miseria.

Ellos son los pobres crónicos, quienes han sido “olvidados” en la región tratando de subsistir con menos de US$ 4 día tras día. Y es que uno de cada cinco latinoamericanos no ha conocido nada distinto a la pobreza. Son alrededor de 130 millones de personas que están en situación de pobreza crónica.

Así lo revela el reciente informe del Banco Mundial “Los olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe” que muestra que el crecimiento económico por sí solo ya no es suficiente para sacar a los pobres crónicos de esa terrible situación.

Sin embargo, la pobreza crónica varía considerablemente entre países. Renos Vakis, uno de los autores del reporte del Banco Mundial, explicó que Uruguay, Argentina y Chile ostentan las cifras más bajas de pobreza crónica, con tasas de alrededor de 19%, mientras que en el otro extremo están países como Nicaragua, Honduras y Guatemala que muestran tasas más altas, entre 37% y 50%, mucho mayores al promedio de la región de 21%.

Las posibilidades de los “olvidados” de salir de la pobreza en un futuro cercano son precarias, ya que tienen oportunidades de ingresos limitadas porque se enfrentan a barreras para ingresar al mercado laboral y son más activos en sectores de baja productividad o de subsistencia. “En promedio, los hogares crónicamente pobres cuentan con un 20% menos de recursos humanos que generan ingresos que el resto de hogares”, sostuvo.

En ese sentido, el otro autor del informe del Banco Mundial, Jamele Rigolini, señaló que las regiones que tienen más problemas para el acceso de servicios básicos son las que registran una tasa de pobreza crónica elevada.

“Las regiones con tasas más bajas de acceso a agua potable, sistemas de alcantarillado o servicios higiénicos tienden a exhibir tasas más altas de pobreza crónica. Además, los pobres crónicos tienen mayores probabilidades de residir en regiones con baja cobertura de electricidad o telefonía móvil”, manifestó.

Pero las regiones en las cuales reside la mayoría de los pobres crónicos no son necesariamente las que tienen las tasas más elevadas de pobreza crónica.

Por ejemplo, en México, si bien la incidencia de la pobreza crónica en el distrito federal es igual al promedio regional, en América Latina y el Caribe su gran población implica que en términos absolutos dicha capital alberga a casi el 3% de los pobres crónicos de toda la región, y así se ubica en el sexto lugar en la contribución al número de pobres crónicos de América Latina y el Caribe.

Rigolini detalló que otro de los factores que impulsan la pobreza crónica es que no solo debe asociársela al medio rural porque también afecta al área urbana.

Si bien las tasas de pobreza crónica son mucho más elevadas en las áreas rurales, éste también es un problema que afecta a los centros urbanos.

En el caso de Bolivia, las tasas de pobreza crónica son cercanas al 2%, pero la pobreza rural se triplica y está más de 20 puntos porcentuales por encima que en los centros urbanos.

“En al menos cinco países, el número de pobres crónicos urbanos supera el número de pobres crónicos rurales, como en Chile, Brasil, México, Colombia y República Dominicana”, mencionó.

En el caso peruano, Rigolini sostuvo que los pobres crónicos urbanos aún no representan un número mayor a los rurales, sin embargo no hay que olvidarse de dicha zona.

Otro de los factores que empujan a la pobreza crónica es el entorno en el que se desenvuelve una persona, ya que sus aspiraciones y estado mental pueden ser una barrera para su progreso.

“Las personas que viven en provincias, donde la incidencia de la pobreza crónica es mayor, tienden a ser más pesimistas respecto a sus perspectivas económicas. Los pobres crónicos de América Latina son los más pesimistas, ya que uno de cada cinco cree que su situación empeorará el próximo año”, señala el informe del Banco Mundial.

Y ¿cuáles son las principales conclusiones del mencionado informe para el caso peruano? Rigolini consideró que es necesario trabajar en tres frentes. Uno de ellos es seguir mejorando la efectividad de los programas sociales y ver cómo ordenar la brecha social para que la gente aproveche las oportunidades y mejore su ingreso laboral.

Otro aspecto es que se estudie un poco más sobre las barreras en las aspiraciones y estados mentales que impiden que los pobres crónicos aprovechen las oportunidades.

“Es imperativo mejorar la coordinación entre diferentes programas sociales y económicos, así como enfrentar el costo mental y emocional que la pobreza impone en los pobres y en su capacidad de mejorar sus vidas”, expresó.

Por su parte, el ministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, resaltó que en el Perú se han implementado una serie de programas y políticas estructuradas, multisectoriales, que muestran resultados importantes, los cuales van desde reducciones significativas en la desnutrición infantil hasta logros sustantivos en materia de aprendizaje, lectura y matemáticas.

Detalló que la pobreza total se redujo en 6,9 puntos porcentuales, ubicándose en 23,9% en el 2013, y que en el ámbito rural las intervenciones públicas lograron mayores resultados, pues disminuyó en ocho puntos porcentuales, ubicándose en 48% en el 2013.

“Cada vez son más complejas las relaciones económicas y sociales, lo que obliga a los gobiernos a encontrar nuevas propuestas y mecanismos en la lucha contra la pobreza”, dijo Segura.

POBREZA CRÓNICA SE TRANSMITE DE PADRES A HIJOS

El informe del Banco Mudial señala que en el caso del Perú, un niño o una niña de un hogar crónicamente pobre tiene 34% de probabilidades de terminar la escuela intermedia a tiempo.

En tanto los niños y niñas cuyas familias salieron de la pobreza tienen casi 50% de probabilidades, mientras que para los niños y niñas de familias que nunca fueron pobres, la probabilidad se eleva a cerca del 70%.

En ese sentido, el estudio indica que para eliminar la pobreza crónica es necesaria la coordinación a todo nivel. Desde el Estado se debe generar un amplio consenso para que los programas sociales no constituyan iniciativas populistas, sino herramientas de inclusión social.

En lo que corresponde al Ejecutivo, es necesario otorgar recursos suficientes a los ministerios y programas. Pero una falencia es que estas entidades públicas no coordinan entre sí, limitando la eficacia de reducir la pobreza.

CLAVES

-Década. Cerca de 70 millones de personas salieron de la pobreza en América Latina por el crecimiento económico de los últimos 10 años, pero aun así el 12% de los latinoamericanos sigue en pobreza crítica.

-Auge. Latinoamérica alcanzó un 6% de crecimiento económico en el 2010, pero los países con las tasas más altas de pobreza crónica fueron los que menos crecieron.

-Antecedente. En 2004, los pobres en América Latina eran el 44,9% de la población.

EN CIFRAS

34% creció la población de clase media en el 2012.
16 puntos porcentuales se redujo la pobreza en ALC.
2,5% creció el PBI de ALC entre 2000 y 2012.

La República