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En La República. Christian Ninahuanca, Óscar Dancourt, Bruno Seminario, Carlos Castro, Humberto Campodónico, Germán Alarco y Hugo Perea debaten sobre la economía del país. (Foto: Paola Paredes/La República)

Debate. En esta segunda parte, los economistas Hugo Perea, Óscar Dancourt, Germán Alarco y Bruno Seminario coinciden en que se necesita optimizar el gasto público, pues el nivel de ejecución es deficiente y no contribuye a reactivar la economía. El moderador de la mesa redonda fue Humberto Campodónico.

Ejecución del gasto público y mercado internacional

Es un grave error del Gobierno comenzar a estudiar en estas circunstancias el tema de la franja de precios de los productos agropecuarios, porque está suponiendo que los mercados son competitivos, lo cual dista mucho de la realidad. En la fuente de origen podrían bajarse los precios, pero que de ahí lleguen a los consumidores es difícil. El impacto va ser negativo en términos económicos, y en términos sociales va a generar protestas en los diferentes lugares donde se encuentran esos productores de maíz, azúcar y leche.

En el plano internacional, la economía de Estados Unidos no ha despegado, esta semana se preveía que el PBI del primer trimestre subiera 1%, pero solo subió 0,2%. China no va a crecer como antes y con Europa estancada las cosas no se ven bien.

La estrategia del Gobierno con relación a la inversión privada es equivocada, porque insiste en sectores extractivos, lo cual no tiene mucho sentido ahora con este panorama de precios internacionales bajos. Además, cómo le decimos a un empresario que invierta para el mediano plazo, cuando no hay señales claras, por ejemplo en el tipo de cambio real, que es un tema fundamental para definir si vamos por una estrategia exportadora o no. Entonces se decía vamos a orientarnos a las exportaciones, pero el BCR durante tres años aplicó una política en sentido contrario, y nos ha hecho cada vez más adictos a las divisas para las importaciones, cuando las exportaciones comienzan a fallar, es decir, nos ha puesto la soga al cuello.

Lo ideal es activar el gasto público, hay dinero para hacerlo (más de 74 mil millones de soles en los bancos), pero el problema es que el Estado lleva dos décadas destruyendo su capacidad de ejecución de gasto y ahora que necesitamos mayor ejecución es imposible hacerlo. Creo que el ministro (Alonso Segura) tiene buenas intenciones, pero no existe la capacidad para hacerlo.

HUGO PEREA: Por el lado de las políticas fiscales y monetarias hay grandes restricciones institucionales. Pensábamos que teníamos buena capacidad de ejecución fiscal, pero cuando se mira lo que está pasando ahora, vemos que hay gran dificultad para ejecutar gasto público. De repente buena parte de la acumulación de depósitos que existe del sector público en el sistema financiero, no todo está vinculado al aumento de la base tributaria, sino a la falta de capacidad para gastar, lo cual dice mal en un país donde hay una gran carencia de infraestructura o de calidad de educación. Por no atender esos problemas van a pasar algunos años donde tendremos niveles de crecimiento relativamente decepcionantes.

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También hay un tema estructural que debemos atender para que el mercado de bienes funcione mejor, como la flexibilización del mercado laboral para reducir la informalidad. Que se ponga el tema sobre la mesa, sin apasionamientos.

Por el lado de la política fiscal están los grandes problemas para la ejecución del gasto público, una cantidad de recursos impresionantes depositados en el sistema financiero, que hoy día en un país que está creciendo 3%, posiblemente si pudiéramos implementar un buen estímulo fiscal, deberíamos estar más pegados al 4% o 4,5%. Pero esto requerirá de una reforma salarial, una carrera meritocrática. Un dato, en los últimos 10 años el Presupuesto de la República creció a un ritmo promedio anual de 10% y la planilla en el sector público aumentó 2%, o sea, casi hay la misma gente pero gestionando más recursos. Este es un tema que debemos enfrentar, para tener un sector público moderno, eficiente, que nos evite este costo de tener crecimientos innecesariamente tan bajos. Un punto más de crecimiento es 2 mil millones de dólares adicionales, y eso es lo que nos cuesta la ineficiencia del Estado, por eso es una reforma que se cae sola.

Por el lado de política monetaria, creo que el BCR quiere pero no puede, pues me parece que le preocupa una variación abrupta del tipo de cambio, entonces hay que seguir desdolarizando. También está el diseño institucional del BCR, pues se puede extender el período de los directores para que no coincida con el ciclo político o el reemplazo gradual de directores. Parte del diagnóstico es aceptar que nos vamos a tasas de crecimiento más bajas, que dejamos de ser una economía de 6,5%, ahora somos una economía de 4,5%, tenemos que hacer reformas para reimpulsar el crecimiento.

ÓSCAR DANCOURT: Si el diagnóstico es que el motor externo que impulsaba la economía se ha apagado, eso no es para todos los países, es para los exportadores de materias primas, porque esos precios se han caído y no hay ninguna perspectiva de que subirán en uno, dos, o cuatro años, nadie lo sabe. Pero, por ejemplo, las proyecciones para México no son iguales, sino que su crecimiento se va a elevar, porque México exporta manufactura y su mercado principal es EEUU.

Lo único que nos queda es impulsar las fuerzas internas. Gran parte de los errores de política macroeconómica que se han cometido en este enfriamiento con este choque externo adverso viene por la fijación del MEF de querer hacer reformas estructurales, diciendo que tenemos que cambiar las regulaciones ambientales y laborales, en vez de hacer su tarea, que es aumentar la inversión pública. Y para tener una inversión pública bien hecha lo primero que necesitas es un plan, para saber qué y dónde quieres invertir, qué economía quieres. ¿Quién hace el plan? Nadie. Entonces si hay alguna reforma estructural que necesitamos es dentro del MEF, ese es el primer problema. El motor interno está básicamente en la política monetaria y fiscal, porque ahí los errores son costosísimos, como dice Hugo (Perea). El tema no es discutir las reformas estructurales, el tema es discutir la política macroeconómica, aquí y ahora, no para dentro de cinco años, y tenemos los recursos para hacerlo.

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BRUNO SEMINARIO: El tema esencial es cómo alterar la política macroeconómica para recuperar nuevamente la tasa de crecimiento. Es una tarea complicada, pero necesitamos basar la economía en su sector transable, que puede ser manufactura, agroindustria. Ahora, el 80% de la política monetaria –de mantener el tipo de cambio– se va afuera, y no se por qué se incentivan demandas de bienes durables, como importaciones de autos que producen muy poco impacto. Si no controlamos la propensión marginal de importar vamos a tener poco impacto. La política cambiaria hay que variarla, permitiendo que el dólar fluctúe libremente, pues la experiencia nos enseña que mientras más rápido se haga es mejor. Las exportaciones no tradicionales no están creciendo por problemas de tipo de cambio, no por problemas de competitividad. Todos los países de América Latina han encendido su tipo de cambio y nosotros hemos caído relativamente.

El gran problema sería dar las bases para conectar una economía que tiene que cambiar el esquema de crecimiento. En el corto plazo se pueden hacer cosas simples. Primero priorizar inversión pública, adoptando una lógica que necesitamos proyectos que produzcan dólares a corto plazo. En la minería está pasando una cosa curiosa, la expansión del cobre está creciendo lentamente, a pesar de que las nuevas minas están madurando, lo que está ocurriendo es que la producción de las minas antiguas se está reduciendo. Pero nadie ha anticipado el problema y eso tiene que ver con el shock de oferta que todavía no ha terminado y los problemas en la agricultura van a seguir este año con el fenómeno de El Niño.

CONCLUSIONES

GERMÁN ALARCO: Es claro que el Gobierno no tiene una estrategia ni la va a poder armar de acá a su término, la preocupación es que nos va a dejar una transición donde el nuevo Gobierno va a tener problemas. La primera política industrial que debe aplicarse es la de un tipo de cambio real alto. Pero estamos atrapados porque el BCR hace populismo cambiario, está haciendo política de corto plazo para que el Gobierno llegue al final, pero con eso se ha destruido toda la estructura productiva. Hay que trabajar en las reformas estructurales, pero no las laborales, porque eso es un gran cuento. Si uno revisa la estructura de empleo se va a dar cuenta de que solo el 20% o 30% de los empleados tienen contratos permanentes. Hablan de flexibilizar el mercado laboral cuando el 70% está sujeto a contrataciones temporales. Hay que hacer un reforma estructural del Estado donde nuevamente el tema del planeamiento esté al centro.

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HUGO PEREA: Encuentro coincidencias superficiales y de medio fondo, y tal vez algunas discrepancias de fondo. En las coincidencias hay preocupación por reformar la política fiscal y monetaria, además de mejorar el manejo de políticas de corto plazo, lo cual no veo que sea incompatible en buscar que los mercados funcionen de manera más eficiente, pero eso toma tiempo. No puede ser que tengamos casi 80 mil millones de soles en los bancos y no podamos hacer nada con ese dinero. O sea, tenemos los recursos, pero no tenemos la capacidad. Entonces hay un tema de diseño institucional, de cambiar esquemas legales, hay que revisar el tema de descentralización, que es políticamente complicado, pero hay que debatirlo. Insisto en las reformas estructurales, pero la discrepancia de fondo que tenemos es que ustedes se inclinan más por una política industrial activa, y yo estoy por el otro lado. Es el viejo debate, quién decide en qué invertir, y discutiendo eso nos podríamos quedar entrampados. Pero destaco las coincidencias que tenemos de mejorar el manejo de la política fiscal y monetaria.

ÓSCAR DANCOURT: Hay dos reformas que me parecen básicas: una es la desdolarización en el sistema bancario, en el cual no hemos avanzado sino retrocedido. Y la otra es la reforma del sistema de inversión pública en el MEF. En términos generales, pasar de una época de vacas gordas con precios de materias primas altos, a una época de vacas flacas con precios bajos, es una transición que tiene sus riesgos. Y lo que hay que hacer es minimizar esos riesgos, tomando medidas adecuadas. Cada uno es dueño de sus miedos, pero yo tengo temor de que esta parálisis de la política monetaria y fiscal continúe durante un período prolongado. Entonces de repente no estaremos discutiendo una recesión de tres o cuatro trimestres, sino de una cosa mucho más extensa. La experiencia de los años 80 nos dice que esas recesiones profundas y prolongadas son las que destrozan completamente la economía. Esa perspectiva hay que evitarla.

BRUNO SEMINARIO: Otro tema que me preocupa es que los planes de largo plazo son generales, por ejemplo, el gobierno dice hay que mejorar la educación, pero ¿acaso vamos a tener físicos nucleares o expertos cibernéticos? O sea, no se sabe a dónde dirigimos la educación. Nadie dice eso y no se lleva un sistema educativo específico que te diga, por ejemplo, qué personas entrenar. Para eso tienes que tener una idea de cuáles sectores pueden crecer, los que tienen potencial. Además no hay mucha iniciativa tecnológica de los gremios empresariales, tienen más o menos 100 años exportando casi lo mismo. Si quieren proyectar lo que puede pasar, la actual situación es bien parecida a lo ocurrido entre 1998 y 2002, lo que me dice que esto puede durar tres a cuatro años. El problema es que luego de un período tan largo, levantar las expectativas va a ser sumamente complicado, cuando esto pudo haber sido controlado.

La República