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Dirigente empresarial pide que el Estado también se involucra en la elaboración de los estudios de impacto ambiental y consulta previa, para anticiparse a los conflictos sociales

¿Cuáles son los tres aspectos que esperan que se resuelva en el 2017 en el sector minero?

Hay tres cosas que se tienen que observar, uno es la pone de producción, donde los resultados van a seguir siendo espectaculares, sobre todo en la parte de producción del cobre, que llegaría a 2.5 millones de toneladas en el 2016, de las 2.6 millones del 2017.

¿Qué perspectivas con los demás metales?

Además, vamos a seguir creciendo en producciones de plomo, zinc y plata, a tasas más o menos moderadas, entre 5 a 10% por año, y en oro la producción va a estar más o menos plana, sino declinando algo, porque seguirá cayendo la producción de Yanacocha, y no hay proyectos grandes.

¿Qué aspecto es más preocupante para el sector minero el año que viene?

El tema que es muy preocupante es el lado de las inversiones, porque como no hay mega proyectos en curso, se están construyendo solamente proyectos de mediano tamaño y algunas expansiones, que pueden ser interesantes, pero no serán de grandes magnitudes. Cuando uno compara con el pico (de inversiones) que tuvimos en el 2013, vamos a estar entre el 20 al 25% de ese pico, lo que es una pérdida de oportunidades para el Perú.

¿Qué perspectivas tienen para la inversión el próximo año?

En el presente año esperamos llegar de US$ 4,000 a US$ 4,500 millones, no lo tengo muy claro pero hay una reducción dramática, y el próximo año no veo que vayamos a tener un rebote importante, podría llegar tal vez a US$ 2,000 millones (el BCR ha proyectado que llegaría a US$ 4,000 en el 2017).

¿Qué dificultades creen que de todas maneras van a enfrentar, para reactivar la inversión?

Una es la conflictividad social, por ejemplo, en Chumbivilcas, para que se desarrollen cuatro operaciones mineras, (las comunidades) están pidiendo revisarles a todas sus estudios de impacto ambiental, piden hacer un pacto social donde les entreguen el 10% de las utilidades, o que vayan siete ministros porque se les ocurre cualquier cosa. Eso es un de nominador común en todas partes, como una manera de presión.

¿Qué otra traba queda por superar para reactivar la inversión en el sector?

Hay que simplificar los procesos. El ministro de Energía y Minas mostraba que hay por lo menos siete nuevas instituciones que se han creado durante el pasado Gobierno, que se han añadido a los procesos por los que tiene que pasar la empresa privada para obtener permisos y desarrollar proyectos mineros.

¿Cuántos trámites tienen que pasar ahora para poner en marcha un proyecto?

Son más de 240 trámites, cuya aprobación en total de mora de cuatro a seis años, antes de obtener los permisos para construir algo, y es tamos hablando solo luego de que se ha realizado la exploración e identificado el recurso a explotar.

¿Cómo darle mayor valor agregado a la actividad minera?

El valor agregado en minería no está del concentrado para adelante, sino para atrás, ese valor está en la exploración y el descubrimiento. Pasar solo del concentrado a una barra de cobre le añade no más allá del 10% (del valor). Precisamente, no hay grandes proyectos porque se han restringido totalmente las exploraciones.

Ante los bajos precios, ¿qué hacer para incentivar la exploración?

Para hacer exploración primero hay que tener paz social, pues uno no puede entrar a una zona a explorar porque de inmediato se genera conflicto. Por eso, en las consultas previas o elaboración de estudios de impacto ambiental para los proyectos tiene que involucrarse también el Estado.

SNMPE plantea reemplazar la refinería de La Oroya

El presidente de la SNMPE Carlos Gálvez, consideró que se debe reemplazar el complejo metalúrgico de La Oroya por uno nuevo, que esté ubicado en otra localidad como, por ejemplo, la costa, en vista de que ello implicaría menores costos de operación.

Vale recordar que se ha determinado que en marzo próximo se lleve a cabo la subasta de los activos de Doe Run Perú, que comprenden la refinería de La Oroya y la mina Cobriza.

Gálvez observó que la actual refinería, más allá de los problemas legales que enfrenta y el hecho de tener pasivos ambientales no remediados, por estar en altura, tiene un manejo de gases y de temperaturas mucho más caro por falta de oxígeno. Si se hace esto en la costa, con áreas de amortigua miento, es decir sin poblaciones cercanas, se evitará la contaminación.

“El costo de la inversión (en la costa) será más bajo porque el manejo de gases será más eficiente y el manejo de oxígeno y temperaturas se logrará con más facilidad. Eso hace toda la diferencia”, apuntó.

Fuente: Gestión