Hoy se conocerá al consorcio ganador de la licitación del Gasoducto Sur Peruano. Al margen de qué postor se adjudique el proyecto, vale la preguntarse cuál es propósito de llevar gas al sur.SEMANAeconómica analizó el proyecto y concluyó que la rentabilidad está en exportar electricidad a Chile.

El discurso político que justifica el proyecto es la ‘masificación’ del gas en el sur, una promesa electoral del presidente Ollanta Humala. También se ha propuesto la creación de un polo petroquímico —industria que permite dar el mayor valor agregado al gas natural— en esta zona del Perú. Sin embargo, el primer uso no lograría ni siquiera utilizar el 5% de la capacidad del gasoducto —y, por lo tanto, garantizar la rentabilidad del proyecto—, y sobre el segundo, los expertos coinciden en que es poco probable que se desarrolle tal industria porque otros países, como EEUU y Argentina, son más atractivos para ella.

Así, el destino del gas transportado por el proyecto seráabastecer a algunos usuarios industriales, pero sobre todo abastecer plantas de generación termoeléctrica.

Hay varias opiniones al respecto. Algunos expertos cuestionan que “se transporte gas al sur para quemarlo”, pues el gas pudo abastecer plantas termoeléctricas más cercanas a su zona de extracción, o en la influencia del gasoducto Camisea-Costa, que ahora existe sin gastar recursos públicos en semejante proyecto —el costo del proyecto, que será asumido en parte por todos los peruanos a través de la tarifa eléctrica, será definido hoy con las ofertas de los postores, pero tiene como tope US$7,500 millones—.

Otros señalan que descentralizar la generación eléctrica en el sur le dará más seguridad al sistema eléctrico peruano, por lo que la construcción del proyecto está justificada. Además, se indica que esta infraestructura contribuirá al desarrollo futuro de la región del Perú, que experimentará el mayor crecimiento en los próximos años. No cabe duda que la disponibilidad de gas haría más atractiva a la región sur para que nuevas industrias se instalen en el futuro.

MÁS AL SUR

En paralelo a esta discusión, hay una opción que no ha sido objeto de mucho debate: la posibilidad de exportar gas a Chile. Esta opción no ha sido contemplada en el diseño del proyecto y es un tema sobre el cuál no ha habido debate público oficial, a pesar de que podría ser un negocio redondo, ya que Chile tiene uno de los costos de electricidad más altos de la región.

La exportación de gas podría ser impopular para el gobierno, pero también la alternativa más rentable para la industria energética peruana. Chile tiene un déficit energético estructural, y las perspectivas de que éste se revierta se han reducido significativamente luego de la reciente cancelación, por motivos ambientales, de la construcción del megaproyecto hidroeléctrico HidroAysén.

El costo de la electricidad para el sector industrial en Chile es de US$0.15/kWh, casi el doble que en el Perú, donde es de US$0.08/kWh.  Asimismo, el precio medio de la electricidad en el Perú es de US$7/kWh, mientras que en Chile US$ 0.9/kWh. Parece que existe disposición política, no explícita, en el gobierno peruano exportar energía a Chile. Humala ha señalado públicamente en diversos eventos internacionales que estaría dispuesto a hacerlo. Pero para ello se requieren más plantas térmicas e integrar los sistemas eléctricos de ambos países.

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