tus_datos_en_la_nube

Por Guillermo Guzmán-Barrón

Hace tiempo las empresas lograban diferenciarse por tener mejores prácticas financieras, un pronto uso de computadoras o, posteriormente, la rápida adopción de tecnologías de Internet. Eso, evidentemente, ya no es así. Ahora el principal valor está en el uso que las empresas pueden dar a los datos que almacenan y en la productividad que éstos aportan al negocio; por ejemplo, datos de sus clientes, de sus proveedores, de la propia operación, de sus empleados, productos y competidores.

Desde hace tiempo existen muchos datos en las empresas. Provienen de los diversos sistemas de facturación, despacho, cobro, producción, operaciones, atención al cliente, etc. Pero, además, muchos más datos se generan automáticamente en los sensores, dispositivos móviles, tarjetas de radiofrecuencia (RFID), redes sociales, etc. El análisis de todos esos datos en conjunto representa la inmensa oportunidad de comprender el negocio detalladamente. En esos datos está ‘escondido’ el comportamiento del cliente, del proveedor, del mercado; ahí están, entre otros, patrones de compra, de pago, de cobro, de fraude, de reposición y, sobre todo, la posibilidad de analizar si las políticas (de cobro, promociones, inventario, pago, etc.) implementadas hasta ahora han surtido el efecto esperado o hay que mejorarlas.

La abundancia de datos también trae complejidad. El gran volumen de información presenta retos de almacenamiento y procesamiento oportuno y eficiente. La gran variabilidad en formatos y estructuras dificultan su ordenamiento y clasificación. La inmensa velocidad con la que los datos se siguen generando colapsa con la velocidad de la tecnología tradicional para procesarlos a tiempo. El concepto de Big Data surge, precisamente, para responder a estos tres retos: el volumen, variabilidad y velocidad de los datos en las empresas.

La capacidad de capitalizar cada vez mayores volúmenes de datos (según el IDC, una empresa de investigación del sector informático, el 90% de los datos mundiales han sido creados tan sólo en los últimos dos años) que requieren gran cantidad de procesamiento se engloba bajo el paraguas de big data, concepto que abarca a la tecnología capaz de procesar enormes cantidades de datos complejos a gran velocidad. La información de valor obtenida a través de las herramientas, los canales y los dispositivos, soportado con estrategias de big data, ayudará a ganar a las empresas e instituciones de cualquier tamaño e industria.

Las empresas deben conocer la oportunidad que representa big data: de acuerdo con investigaciones de IDC (International Data Corporation) puede generar US$1.6 billones en ingresos a lo largo de los próximos cuatro años. Todas las empresas con procesos digitales generan información, y no explotarla es similar a guardar el dinero debajo del colchón.

Para generar beneficios se debe invertir en los datos, y para ello las organizaciones pueden aplicar los cuatro procedimientos claves de las compañías de datos más innovadoras:

1. Combinar flujos de datos diversos dentro de las empresas
2. Utilizar las nuevas herramientas de análisis de datos
3. Proporcionar perspectivas de los datos a más personas
4. Desarrollar todo lo anterior con rapidez

Contar con la solución adecuada en tecnología permite descubrir, combinar y refinar los datos para extraer su potencial de manera sencilla; asimismo, permite su administración sin importar dónde se encuentren o cuál es el volumen. De esta manera, las organizaciones pueden disponer de información relevante que permite tomar decisiones inteligentes a cualquier colaborador. Esto es lo que llamamos el lucro de los datos: la nueva moneda que permitirá ganar a las empresas.

Por otro lado, del mismo modo que el big data es tan útil a las empresas para generar riqueza, otros sectores de la sociedad también están empezando a aprovechar la riqueza de los datos. Usando el big data se están generando ciudades más inteligentes, mayor aprendizaje y descubrimiento académico, uso más eficiente de recursos naturales, mejor servicio al cliente en el comercio minorista, entre muchos otros beneficios en diferentes ámbitos.

Los datos son la nueva moneda y permiten a las empresas tener una visión más amplia, lo cual es el inicio y el motor de la innovación.

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