Mooc

Por Lucía Benavides (*)

Muchos afirmaron que los MOOCs* – cursos masivos abiertos online, por sus siglas en inglés – destruirían a las universidades e institutos presenciales. Si se puede acceder a una educación de calidad en la comodidad de nuestros hogares de forma gratuita o por una fracción del costo de una educación presencial, ¿por qué ir a la universidad? Recientes estudios sugieren que la educación superior presencial sigue siendo relevante, quizás más relevantes aún con los MOOCs como complemento.

Gran crecimiento, impacto cuestionable

El crecimiento de los MOOCs ha sido exponencial. El primer MOOC fue lanzado en 2011. En tres meses, el curso tenía más de 160 mil participantes. Así nació Udacity. Luego le siguieron edX (colaboración de Harvard y MIT), Coursera, iversity, FutureLearn, etc. En Noviembre 2014, el portal Class Central (que agrega las ofertas de muchos portales de MOOCs) registró 495 MOOCs activos, cinco veces más de los que habían el año pasado.

Los resultados de los MOOCs han sido menos impresionantes que su crecimiento. Un análisis de los cursos de la Universidad de Pennsylvania en Coursera afirma que solo 5% de los alumnos inscritos terminaron los módulos de sus cursos. Asimismo, los alumnos más exitosos de los MOOCs de MIT son quienes ya culminaron o están estudiando carreras en institutos o universidades presenciales.

El sueño detrás de los MOOCs era ofrecer educación de calidad a los que, por razones geográficas, económicas, u otra razones, no podían acceder a la oferta tradicional de educación superior. Sin embargo, los pocos estudiantes exitosos de estas plataformas masivas son jóvenes que ya cuentan con una buena educación superior y usan estos cursos para satisfacer su curiosidad o ascender en sus trabajos. Hoy, no podemos afirmar que los MOOCs han logrado que la educación superior deje de ser un lujo.

El libro de texto del futuro

Las notas Post-It nacieron de un fracaso. Dr. Spencer Silver, un científico de 3M, estaba tratando de elaborar un pegamento fuerte. Como pegamento resistente, el producto tenía pésimo resultados. Pero años después, reinterpretado como el pegamento de los Post-Its, este invento ha sido un éxito absoluto. Las notas Post-It celebraron su aniversario número 35 en 2014, con más de 4,000 productos distintos dentro de esta línea de productos.

Como un sustito a la educación presencial, los MOOCs no han sido exitosos. Quizás debemos reinterpretarlos, tal como hizo Dr. Silver con el pegamento de los Post-It, para descubrir su real impacto. Anant Agarwal, creador del primer MOOC de la plataforma edX, nos invita a reimaginar los MOOCs como un complemento a la educación presencial en un TED Talk de 2013.

El potencial impacto de los MOOCs demanda que repensemos este formato. 155,000 estudiantes de 162 países se inscribieron en el primer MOOC de edX – más que todos los egresados de MIT en sus 150 años de historia. 7,200 estudiantes aprobaron este exigente curso. Para llegar a 7,200 estudiantes, Agarwal tendría que enseñar todos los semestres por 40 años en MIT. Los resultados de los MOOCs han dejado mucho por desear, pero el potencial sigue siendo inmenso.

Un experimento en la San Jose State University de California enfatiza el posible futuro de los MOOCs como complemento. Usualmente, cerca al 40% de los estudiantes desaprueban el curso de Circuits and Electronics en esta universidad. Usando un MOOC de edX como complemento a la educación, solo 9% de los estudiantes desaprobaron el curso en el segundo semestre de 2012.

Agarwal ha reinterpretado los MOOCs; su propuesta no es que reemplacen a la universidad, sino que sean los libros de texto de esta generación. A junio de 2013, ya existen experimentos como el de la San Jose State University desde China hasta El Salvador.

Menos exclusivo, más prestigioso

La exclusividad fue gran parte del éxito inicial de la conferencia TED. Solo se podía acceder a esa conferencia en California por invitación. Cuando fue adquirida por la Fundación Sapling en 2001, se potenció el impacto organizando conferencias TED en otras partes del mundo. En 2006 se subieron los primeros seis TED Talks al Internet. Tuvieron tanto éxito que en 2007 se rediseñó toda la página TED alrededor de estos videos. Incluso, hoy TED presta su marca para que terceros puedan organizar conferencias TEDx, y muchos tengan la oportunidad de asistir a una conferencia TED presencial.

Hoy, TED es parte de la cultura pop y llega a todas partes del mundo. Los videos y las conferencias por terceros no ha canibalizado las conferencias presenciales de TED; las ha hecho aún más prestigiosas y atractivas. Las entradas de TED Active 2015 cuestan USD 4,250, y se tiene que pasar una evaluación para asistir. Las entradas de TED 2015 ya están agotadas, pero se pueden adquirir un número limitado de entradas para donantes por USD 17,000.

De la misma forma, compartir el contenido de los cursos de las universidades e institutos más prestigiosos del mundo no va a canibalizar las ventas de estas organizaciones. Los MOOCs no son el fin de las educación presencial. En prestigio y en popularidad, suman muchísimo a estas organizaciones. Inclusive, si los MOOCs se interpretan como los libros de texto del futuro y se licencian a otras organizaciones, podrían ser una línea de negocio interesante para las universidades e institutos.

Todavía no queda claro cómo, pero los MOOCs tienen el potencial para revolucionar la educación superior, especialmente si son un complemento a la educación presencial. El sueño de la educación superior accesible no está muerto, solo debemos reimaginarlo.

Una oportunidad para el Perú

Los MOOCs no son una amenaza para nuestras universidades e institutos, representan una gran oportunidad. Cabe preguntar entonces: ¿Cómo podemos aprovechar los MOOCs para mejorar la educación en el Perú? ¿Cómo podemos ayudar a los profesores de nuestros institutos y universidades para que incorporen estas herramientas a sus clases? ¿Deberían nuestros institutos y universidades crear MOOCs propios?

(*)Gerente de Empleabilidad de IPAE Escuela de Empresarios, MBA de London Business School. Ha tenido una experiencia muy variada estudiando en Boston y Beijing, y trabajando en CADE, Enseña Perú, Macroconsult e Instituto APOYO.

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