Miguel Palomino, director gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE).

Miguel Palomino
Director del Instituto Peruano de Economía

Predecir los acontecimientos económicos futuros es siempre difícil. Sin embargo, con frecuencia se pueden prever, con un grado razonable de seguridad, tendencias importantes del año venidero. En cuanto a los acontecimientos internos, lo que probablemente marcará el año 2014 es el grado en que se logre recuperar la confianza empresarial. Esto es lo que probablemente tendrá mayor impacto sobre el desempeño económico del Perú en el 2014.

Existe un consenso relativamente amplio que las condiciones y perspectivas económicas del Perú deberían sostener un crecimiento elevado por un periodo significativo. En la mayoría del sector privado existe voluntad y posibilidad de invertir e, incluso, proyectos listos para ser ejecutados. Esta combinación feliz es la misma que nos ha permitido liderar el crecimiento de la región por una década y que, pese a las dificultades que discutiremos, nos ha llevado a crecer aproximadamente 5% este año.

Sin embargo, la voluntad y posibilidad de invertir y la existencia de proyectos de inversión maduros no son lo único que se requiere para que se haga realidad la inversión y el crecimiento. Se tienen que cumplir una serie de otros requisitos de los cuales las autorizaciones gubernamentales son fundamentales. La falta de capacidad de decisión y ejecución o la falta de voluntad política de las autoridades ha limitado siempre la inversión y el crecimiento en el Perú; sin embargo, su efecto ha venido creciendo con el tiempo hasta convertirse hoy en el mayor limitante interno al crecimiento de nuestro país.

El gobierno nacional reconoce lo que está pasando y, en algunos aspectos, viene realizando esfuerzos importantes por reducir el impacto negativo de la falta de decisión pública. No obstante, pese a sus esfuerzos y los avances que se vienen logrando el problema sigue siendo un obstáculo serio para el crecimiento. Además, hay también un amplio espectro de temas en los que el gobierno no muestra ni intenciones de avanzar, con los costos que esto significa. Finalmente, muchos, sino la mayoría, de los gobiernos subnacionales ni siquiera han llegado a la etapa de reconocer e intentar resolver sus deficiencias.

Las serias dificultades que originan estas deficiencias se combinan con las dudas generadas por la conflictividad política y las deficiencias de comunicación del gobierno para afectar negativamente la confianza empresarial y la inversión privada. Por ello, el factor interno que más puede afectar la actividad económica en el 2014 es el grado en el que el sector público pueda reducir los obstáculos que genera para la inversión. El espacio para actuar es enorme y, por ello, su impacto sobre la actividad económica puede también serlo. Pero si acabaremos con modestos avances o con el inicio de una verdadera gran transformación de nuestro sector público es más difícil de predecir.

Gestión