Incendio en refinería de Petrobras

Berlín (AFP).- Las economías emergentes siguen luchando para eliminar la corrupción, dijo hoy en su informe anual la organización Transparencia Internacional, que destacó que en Brasil aumentó la percepción de corrupción después el escándalo de Petrobras.

“No es sorprendente que Brasil, sumido en el mayor escándalo de corrupción de su historia a raíz del caso Petrobras, haya sido el país de América que más descendió en el índice este año”, dijo la organización en el comunicado.

Brasil se ubicó en el lugar número 76, después de caer siete lugares en el índice de 168 países, que este año fue encabezado por Dinamarca. Los países latinoamericanos menos corruptos, según el informe, son Uruguay, en el puesto número 21, Chile, en el 23 y Costa Rica, en el 40.

La oenegé, que realiza un estudio que mide la percepción del fenómeno de la corrupción, destacó que tanto en América Latina, como en otras regiones se avanzó en las investigaciones y en el castigo contra personas que, apenas 12 meses antes, parecían intocables.

El escándalo de Petrobras destapó una gigantesca trama de corrupción, en la que uno de los principales acusados es el tesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), al cual pertenece la presidenta Dilma Rousseff.

Las masivas protestas desestabilizaron al gobierno, a medida que se destapó la magnitud de la trama, por la cual están presos importantes miembros del PT, así como grandes empresarios del país.

Sin embargo, la directora de investigaciones de Transparencia Internacional, Robin Hodess, destacó el ejemplo de Guatemala, donde el presidente Otto Pérez dejó el cargo presionado por las protestas por las acusaciones de corrupción.

“Cuando tres miembros del influyente clan Rosenthal de Honduras fueron acusados de lavado de dinero y el presidente de Guatemala fue encarcelado por haber presuntamente aceptado sobornos, incluso las figuras más poderosas deben entender que ya no pueden confiar que el dinero y sus contactos las protegerán”, señaló.

Para Hodess, la gente puede marcar la diferencia y que, a largo plazo, la acción de los ciudadanos va a tener un impacto.

Guatemala si situó en el número 123 de la lista.

Venezuela, el país latinoamericano peor situado.
Tres países nórdicos -Dinamarca, Finlandia y Suecia- encabezan la lista, mientras que gobiernos represivos y países que sufren conflictos armados se encuentran en los últimos lugares de la lista, cerrada por Afganistán, Corea del Norte y Somalia.

“Los países en las primeras posiciones presentan características comunes que son clave: altos niveles de libertad de prensa; acceso a información sobre presupuestos que permite al público saber de dónde procede el dinero y cómo se gasta; altos niveles de integridad entre quienes ocupan cargos públicos”, dijo la organización.

Para Transparencia Internacional también es importante tener un poder judicial fuerte, que no distinga entre ricos y pobres, y que sea independiente del gobierno.

Entre los países que han tenido un mayor descenso en sus posiciones durante los últimos cuatro años se incluyen Libia (161), Australia (13), Brasil, España (36) y Turquía (66).

En cambio, los que han mostrado mejoras más sustanciales fueron Grecia (58), Senegal (61) y el Reino Unido (10).

El país latinoamericano que peor puntúa es Venezuela, en el lugar 158, por detrás de países como Cuba, en el puesto 56, México, en el 95 y Argentina, en el 107.

La organización elabora el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) a partir de las opiniones de expertos sobre la corrupción en el sector público.

El estudio valora positivamente los mecanismos de gobierno abierto, a través de los cuales el público puede exigir que sus dirigentes rindan cuentas, mientras que castiga el soborno, la impunidad y la falta de respuestas a los ciudadanos.

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