La negociación con la firma argentina estaría en su recta final. De prosperar, Perú-Petro tendría que determinar si es viable.(Foto: El Comercio)

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La industria de hidrocarburos viene experimentando una significativa retracción en la inversión y en los procesos de exploración. Los números son claros: los contratos vigentes se redujeron de 87 en 2009 a 71 en julio de 2014;[highlight] más de 23 lotes fueron devueltos en los últimos cinco años[/highlight]; 40% de los lotes vigentes al cierre de julio están en fuerza mayor; sólo 7 pozos exploratorios se perforaron en el año 2013; y el último contrato de exploración se adjudicó en el año 2010.

Este año se espera que la producción de petróleo se incremente en poco más del 10%, por la entrada de tres proyectos, los cuales fueron adjudicados entre 12 y 20 años atrás y recién hoy pueden ver los primeros resultados de producción. Esto es una clara muestra de lo difícil que es tramitar permisos y poner en operación proyectos en el país.

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Existen inversiones paralizadas porque aún están pendientes de definir con claridad las reglas que regirán para los actores económicos que operan en el sector y también que se reduzcan los tiempos que toman algunos procesos establecidos en el marco normativo actual.

La indefinición en la aprobación del nuevo Reglamento Ambiental, que tiene en espera a la industria desde su pre publicación, hace más de 14 meses, genera una situación compleja e incierta. Seguir demorándolo, pretendiendo restar importancia a una norma tan importante y fundamental, que debe clarificar las reglas de juego, sólo contribuye a desalentar la inversión que ve claras oportunidades en otros países donde se alienta la competitividad y el desarrollo del sector de hidrocarburos.

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No se trata de relajar las normas ambientales, lo que urge es establecer normativa moderna, ágil, con sustento técnico, que permita mejorar y hacer más eficiente la supervisión y control de los altos estándares ambientales con los que opera la industria hidrocarburífera nacional en la actualidad. Tenemos la oportunidad y el potencial, pero debemos actuar hoy para no seguir dilatando la puesta en marcha de nuevos proyectos que nos permitan revertir la tendencia negativa observada en los últimos años.

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