La experiencia de buscar un cambio en nuestros panorama profesional está llena de lecciones que pueden ir de la alegría a la frustración en un abrir y cerrar de ojos. Para cualquier individuo que haya pasado por el proceso de buscar empleo, el rechazo, la desesperación y el miedo son obstáculos que se tienen que superar para poder conseguir la mejor opción.
Por esa razón, conviene considerar algunos de los errores más comunes que cometen los aspirantes (sobre todo los que cambian de empleo por primera vez) cuando se sumergen en la persecución de nuevos proyectos:
1.- Pasar el día entero en busca de trabajo
El periodo de inactividad se presta -entre otras cosas- para poner en orden aspectos de nuestra la vida personal que por las cargas de trabajo o la responsabilidad han quedado en el abandono. Salir, convivir con nuestros amigos o aprender habilidades nuevas son actividades necesarias para guardar la calma y replantearnos nuestros objetivos a corto plazo.
Si por el contrario, el individuo se encuentra sumergido en el estrés diario de búsqueda-rechazo, puede que la experiencia resulte amarga y bastante perturbadora. Recuerda que en ocasiones, mientras más empeño pones en perseguir algo, esto se escapa de las manos. El consejo es confiar y dejar que las buenas ofertas lleguen a tu vida con calma y paciencia.
2.- Revisar ofertas en el mismo sitio todo el tiempo
Si no sales de la famosa zona de confort (aquella en donde te conformas con realizar las mismas actividades una y otra vez sin permitir cambio alguno), difícilmente vas a tener un crecimiento a nivel profesional. Puede que no sea una garantía de encontrar empleo inmediato, pero si te limitas a buscar ofertas de empleo en las mismas fuentes e ignoras todo el abanico de posibilidades frente a ti, estás contribuyendo al rezago y a generar una experiencia abrumadora para tu propia persona.
3.- Aplicar a todas las vacantes
Nada demuestra mayor desesperación que aplicar a todas y cada una de las vacantes que se presenten frente a ti. En lugar de hacer esto, define bien qué es lo que quieres y comienza por responder preguntas como “¿cuánto quiero ganar?” o “¿en qué zona me gustaría trabajar?”… por decir un par de ejemplos
4.- Esconder tus intenciones
En este periodo, el apoyo de tu familia y amigos resulta indispensable. Aunque en esencia, la búsqueda de empleo sea una experiencia personal, la retroalimentación de tu círculo de personas de confianza te dará la motivación necesaria para dirigir tus esfuerzos hacia los lugares que más convengan.
Si por vergüenza o miedo al “qué dirán” te escondes de la opinión de tus seres queridos, estás cortando un vínculo de comunicación que podría favorecerte incluso en las formas que no te imaginas (como por ejemplo la recomendación directa).
5.- Tomar el rechazo como un asunto personal
Si fuiste a una entrevista y te informaron -tiempo después- que el puesto se cubrió, no debes tomarte el rechazo como lo peor que te podría suceder en la vida. Al contrario, lo mejor en estos casos es reconocer que el puesto no era para ti y que pronto encontrarás algo adecuado.
Concéntrate en ti y deja a un lado las comparaciones vacuas con los demás.
merca20/Salvador Vega