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Poniéndose a la vanguardia en cuanto a los procesos de reutilización del recurso hídrico, la Universidad Católica de Santa María, comenzó a operar una planta de tratamiento de aguas residuales única en su tipo ubicada en el Fundo Huasacache (Hunter). Es la primera planta en el Perú en utilizar en su totalidad tecnología biológica para recuperar el líquido elemento y que este pueda ser usado para irrigar campos agrícolas.

La planta opera desde setiembre del 2019, según explicó la ingeniera que es parte del proyecto Mg. Joshelyn Paredes Zavala, esta planta trabaja   a través de un sistema biológico, el cual   se inicia con un proceso secundario  denominado “lumbrifiltro”, donde las lombrices fueron colocadas en una estructura donde se inicia el proceso de purificación el cual es complementado  con las capas de madera, graba y piedras, los cuales actúan como filtros para continuar el proceso de purificación del agua.

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“En un segundo momento el agua pase por el Daphnia-filtro, a esta etapa se le denominó tratamiento de tercería, debido a que las Daphnia que son crustáceos planctónicos, se encargarán de remover los sólidos pequeños que se encuentran en el recurso hídrico, así como elementos contaminantes”, indicó.

Proceso de purificatorio

Aprovechando la luz solar y que Arequipa goza de más de nueve horas de los rayos del astro rey; en la planta se realiza una etapa de purificación biosolar, el cual consiste en tratar las aguas en base a un consorcio de bacterias y micro algas las cuales reaccionan al contacto de los rayos solares y estos hacen fotosíntesis, este proceso es económico y eficaz, dado las condiciones climáticas que existen en la Ciudad Blanca.

Paredes Zavala, señaló además que en la última etapa se utiliza luz ultravioleta (UV), para purificar el recurso hídrico, luego de este proceso las aguas estas aptas para ser utilizadas para el regadío de terrenos agrícolas fértiles.

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Reutilización eficiente

El sistema de tratamiento impulsado por el proyecto INNOQUA y financiado por la Unión Europea, trata las aguas residuales del campus Fundo Huasacache de la Universidad Católica de Santa María.  Este local cuenta con una superficie de 2 mil metros cuadrados, consta de aulas, laboratorios, invernaderos, espacios deportivos y recreativos, y un pequeño patio de comidas. Alberga aproximadamente 350 estudiantes. Todas las aguas residuales producidas en los inodoros, cocina y laboratorios de las escuelas profesionales de Veterinaria e ingenierías   Agronómica y Agrícola, son tratadas en la nueva planta, la cual puede tratar hasta un metro cubico de agua por día.

El coordinador del proyecto y encargado de la supervisión de la instalación de la nueva planta de tratamiento, así como las operaciones de prueba, es el Dr. Dr. Jaime Cárdenas García, decano de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas Bioquímicas y Biotecnológicas. Las pruebas de monitoreo de la nueva planta, culminará en junio de este año.

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Modelo exitoso

El proyecto INNOQUA desafía la preconcepción de que el tratamiento de aguas residuales basado en la naturaleza solo es adecuado para poblaciones rurales y remotas. Aprovechando el potencial combinado de lombrices de tierra, zooplancton y microalgas, el sistema modular de INNOQUA se instala actualmente en dos sitios piloto y 11 lugares de demostración en países como Irlanda, Francia, Italia, Rumania, Escocia, Ecuador, India, Tanzania y ahora en Perú. Los representantes de los equipos, coordinadores en las naciones donde se lleva a cabo el proyecto INNOQUA, se reunieron en la Universidad Católica de Santa María, para analizar la eficacia del tratamiento del sistema, así como el potencial para la reutilización del agua.