“Un nuevo comienzo. Hagámoslo diferente” fue el lema de la 58 edición de CADE Ejecutivos, cuyo primer bloque denominado “Nuevo comienzo” se realizó del 12 al 14 de enero pasado, y tuvo como una de sus principales reflexiones la necesidad de un mayor acercamiento del sector empresarial con la población.
La temática del evento, que fue cambiando conforme pasaron los meses a causa de la pandemia del coronavirus y la crisis política en el Perú, se centró en reflexionar sobre cómo el Perú afronta la crisis sanitaria, los problemas estructurales con miras a las elecciones presidenciales del 2021 y el liderazgo empresarial consciente para el fortalecimiento de organizaciones centradas en la preocupación por las personas.
Más de 1,100 líderes empresariales, expositores internacionales, líderes de opinión, periodistas, influenciadores y especialistas de distintas ramas intervinieron en el evento, que propuso la búsqueda de un mejor país a puertas del Bicentenario.
Luego de tres días de CADE Ejecutivos quedó claro que el Perú es un país de empresarios, que actúan como un motor de desarrollo y generadores de bienestar para todos los peruanos. En los últimos 30 años, con el crecimiento de la economía se redujo la pobreza de manera importante y se multiplicó por cinco el presupuesto público, pero los servicios que reciben los peruanos en educación, salud, seguridad tienen serias deficiencias.
Reformas pendientes
Se reflexionó también sobre la importancia de hacer reformas para que el Estado mejore significativamente sus resultados, en que líderes empresariales pueden ser activistas demandando que los cambios se den. Igualmente, se trató sobre lo indispensable que es el aporte del sector empresarial peruano para los problemas.
“Tenemos que conectarnos y acercamos más a la gente, porque el Perú espera y necesita mucho más de nosotros”, sostuvo la presidenta de CADE Ejecutivos, Mariana Rodríguez.
Conclusiones
Entre las principales conclusiones de CADE Ejecutivos, la presidenta del evento resaltó que es urgente redefinir el éxito empresarial en términos de propósito y valor compartido con todos los grupos de interés, y apuntar a ser líderes conscientes, empáticos y éticos, con auténtica preocupación por las personas.
También exhortó que, como líderes activistas, los empresarios deben participar públicamente en la defensa de los principios democráticos, el Estado de derecho, la igualdad y la equidad, además de ser intolerantes con la corrupción, denunciar las malas prácticas empresariales, políticas y de gestión pública, y recuperar los espacios que han sido tomados por intereses que no son los del país.
Mariana Rodríguez señaló que se debe actuar juntos como parte de un rico y diverso tejido empresarial en todas las regiones del país, para que se reconozca el auténtico compromiso de los empresarios con un Perú de oportunidades para todos, fortaleciendo la institucionalidad del sector privado.
Nuevos modelos
Indicó que se deben desarrollar otros modelos y capacidades empresariales para navegar con éxito la nueva normalidad, haciéndose preguntas y estando atentos a las señales débiles de cambio; además de aprender a manejarse en una mixtura de orden y caos.
La presidenta de CADE Ejecutivos señaló que en el ámbito de los desafíos económicos, sociales e institucionales del país se deben redefinir y garantizar los mínimos básicos para todos los ciudadanos, especialmente en salud, educación, seguridad, conectividad y acceso a internet. En general, se tiene que exigir un Estado al servicio del ciudadano, con servicios públicos de calidad.
Agregó que no se puede perder la capacidad de horrorizarse ante la realidad que viven millones de peruanos y se debe ampliar la cobertura y mejorar la efectividad de los programas sociales.
Meritocracia
Destacó que se tiene que impulsar una administración pública basada en la meritocracia, con una mejora sustancial en la calidad del gasto e inversión pública, y promoviendo el recambio generacional en la administración pública y la política del país.
Tampoco se puede perder todo lo ganado en términos de fortaleza macroeconómica, sostenibilidad fiscal, y lucha contra la pobreza, porque se derrumba el muro de desconfianza entre sector privado y público, para lograr consensos y avanzar en las reformas necesarias para el desarrollo del país.
Se tiene que insistir en la reforma política, para construir una democracia representativa en la que los políticos representen los intereses de los ciudadanos, con partidos con planteamientos claros y democracia interna, y que el voto sea responsable e informado.
“Espacios como CADE Ejecutivos son absolutamente necesarios para dedicar más tiempo y energía, como líderes ciudadanos, a discutir los temas estructurales del país, a fin de que la coyuntura del día a día, no nos gane. El Perú sí es viable, pero depende de lo que hagamos hoy”, finalizó Rodríguez.
Fuente: Andina