La confianza puesta en los proyectos mineros, como los ‘salvadores del PBI’ en el 2014, ha sido excesiva e inducido a error a las instituciones encargadas de realizar proyecciones económicas. Y lo mismo podría suceder en 2015 y 2016, en que se espera crecimientos de 5,5% y 6,3%, advirtió Melvin Escudero, presidente de El Dorado Investment y CFA Society Peru.
“A inicios de año, muchas proyecciones respecto al crecimiento del PBI, tanto del sector privado como estatal, daban cifras bastante altas de hasta 6%, pero hoy observamos que gira alrededor de 3%”, manifestó el economista.
Refirió que estas optimistas proyecciones se basaron en la enorme expectativa suscitada por la puesta en producción de los grandes proyectos mineros que iban a generar impacto positivo en el crecimiento.
Pero nada de eso ha sucedido. Por el contrario, acotó Escudero, lo que ha habido es una reducción en la producción de grandes minas (como Antamina), demoras en la producción comercial de mega-proyectos (como Toromocho) y una postergación generalizada de inversiones.
“Cabría preguntarse si lo estimados de crecimiento para 2015-2016 son lo conservadores que debían ser, y no pecar de optimistas con los proyectos. De lo contrario, sucederá lo que sucedió a inicios de año: que se fue muy optimista, y ahora se tiene que reconocer una realidad que golpea, y golpea mal, porque las expectativas han sido bastante perjudicadas”, refirió.
Indicó, no obstante, que los proyectos mineros sí tendrán un impacto positivo en la economía, pero en el largo plazo, pues la tramitología ha hecho perder la oportunidad de crecer en el corto.
“El mismo Estado es responsable de estas demoras que van a afectar el crecimiento del PBI”, exclamó el economista, pero aclaró que la solución está en dinamizar la burocracia y en brindar más facilidades a las empresas extranjeras para que vengan a invertir en el Perú.
Los alcances brindados por Escudero forman parte de las conclusiones del foro “Perspectivas del sector minero para el 2015”, organizado por CFA Society Perú días atrás.
El Comercio