Como líder de negocios debes aceptar la siguiente realidad: Tú eres el producto o servicio que vendes. Para los emprendedores eso significa que estás vendiendo todo el tiempo incluyendo a las audiencias “internas” como los empleados, vendedores o inversionistas. Tu meta es transferir la confianza y convicción que tiene tu empresa a todos los que forman parte de la misma.
Para hacer eso debes aplicar los mismos principios que cuando le vendes a posibles clientes. Las siguientes estrategias te ayudarán a mover a tu equipo de trabajo de participantes pasivos a activos.
1. Enfócate en lo que es importante para las otras personas. Tus empleados, vendedores e inversionistas ya decidieron que lo que vendes vale lo suficiente como para tener una relación contigo. Tu reto ahora es dejar de hablar de la empresa y de ti y empezar a discutir lasnecesidades de tus colaboradores.
Las mejores conversaciones son en las que todos son participantes activos. ¿Qué es lo que quieres que hagan los otros? Piensa en su punto de vista. Trata de emparejar lo que tratas de lograr con lo que busca la otra persona. Es natural que la gente llegue a pensar qué obtendrá a “cambio”, así que comienza por ahí.
2. ¿Cómo juzga el éxito la otra persona? Una manera simple de cambiar la conversación es preguntándoles cuáles son las tres cosas más importantes para ellos. Si desde un principio te tomas el tiempo para identificar su criterio para el éxito, podrás marcar el tono de tu relación con cada uno de ellos.
3. Ajusta tu estilo de comunicación con el de la persona con la que hables. A los emprendedores les pagan para ser flexibles respecto a la forma en la que se comunican. Así que ten esto en mente: no es culpa del individuo si no “entiende” algo. Tu éxito depende de tu habilidad para hacer que tu estilo de comunicación sea entendido por las personas con las que hables.
Asegúrate de que te respondan para que el mensaje quede claro. En las ventas hay un dicho “30 por ciento de la gente recordará lo que ve, 20 por ciento lo que escuche y 90 por ciento lo que diga”. Con eso en mente, pregunta: ¿cómo piensas que esto tendrá un impacto en la forma en la que trabajas? Juntos podrán establecer los pasos para alcanzar las metas.
4. Felicítalos por su trabajo. Elogiar un buen trabajo es básico, pero sólo algunos de nosotros lo hacemos. Comprométete a usar esta técnica para reforzar el comportamiento positivo a lo largo del camino. Esto mantendrá enfocado a tu equipo en las metas compartidas que hicieron desde antes. Las investigaciones demuestran que una cantidad moderada de elogios tiene un efecto positivo en la actitud de la gente que trabaja contigo.
Un último consejo. Muchos de nosotros no iríamos a una junta externa sin una agenda o puntos a tratar, así que aplica ese enfoque también a las juntas internas. Si los individuos que laboran contigo te ven preparado, proyectarás confianza y los convencerás.