Johan Stuve Bello, director del Proyecto Happiness en América Latina, explica que hay tres tipos de personajes en los centros de trabajo que no han alcanzado la felicidad y que pueden afectar el clima si no hay un líder que los oriente y sepa aprovechar su talento para sacar adelante los proyectos.
En el grupo de trabajadores insatisfechos figuran los hedonistas, caracterizados por buscar el placer por encima de todo. Son como los ‘eternos adolescentes’, comenta el experto, y suelen confundir la felicidad con beneficios efímeros, por lo que pueden perder la dirección en los proyectos de largo plazo si no hay un líder que los motive.
De igual forma, los competitivos son colaboradores que no son felices en el trabajo porque viven sufriendo en el presente con la esperanza de conseguir un objetivo en el futuro. “Estas personas sacrifican su presente porque creen que en dos o tres años van a obtener un mejor puesto y con eso van a ser felices, pero no siempre es así”, detalla Stuve. Y anota que responden a motivaciones distintas a los ‘workaholics’, quienes pueden disfrutar de su trabajo.
Por último, según el especialista los nihilistas, quienes no ven un beneficio ni el presente o en el futuro, conforman el grupo más peligroso de colaboradores infelices en el ambiente laboral, porque suelen contagiar del mal ánimo a sus compañeros y restan las energías del equipo.
Cómo lidiar con un nihilista
Johan Stuve recomienda tratar de integrarlo al equipo y hacerle notar que su trabajo es valioso. Ya que esta persona tiene a preferir la soledad y realizar sus actividades sin esperanzas de conseguir algo positivo, los jefes deben identificar a este tipo de trabajadores y hacerlos que se identifiquen con los objetivos de la organización.
Asismismo, aconseja a los propios trabajadores que se encuentran en un momento ‘nihilista’ rodearse de más personas, realizar actividades físicas con frencuencia y mantener un espíritu optimista para volver al camino hacia la felicidad.
“Es importante estar en contacto con personas felices la mayor parte del tiempo posible, aunque a ellos no les guste, porque la felicidad también se contagia. Y manténgase social y físicamente activo”, apunta.
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