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ProActivo | Sandro Ludeña Guzmán, Superintendente de Calidad Ambiental en Anglo American Quellaveco, habla sobre la importancia de la tecnología para la protección de la biodiversidad en Quellaveco.

En Quellaveco se pone en práctica la minería digital gracias al manejo de sistemas expertos, big data y algoritmos de inteligencia artificial (IA), lo cual hace posible que distintos usuarios como supervisores, superintendentes, gerentes y hasta público en general, tengan acceso a esa valiosa información. Así lo señaló Sandro Ludeña Guzmán, Superintendente de Calidad Ambiental en Anglo American Quellaveco.

“El análisis en tiempo real es súper potente porque desde un PDA (asistente digital personal o computador de bolsillo) tú vas capturando información, y esta va migrando y geo referenciándose. Así, con la plataforma del sistema experto vamos haciendo control de calidad, que nos permite tener información variada. Con esto hacemos análisis predictivos y podemos tener la capacidad de mejorar nuestras redes de monitoreo. Con análisis de big data podemos hacer un análisis de riqueza y flora en toda la distribución del proyecto”, afirmó Ludeña en declaraciones recogidas por ProActivo.

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Biodiversidad

Ludeña precisó que todo este uso tecnológico puede ir “más allá” y aplicarse en diversos sectores, relacionados directa o indirectamente a la minería, de tal manera que puede proteger la biodiversidad. “Puede formar parte de los inventarios de las universidades, del gobierno o de las instituciones y va creciendo. Todo esto con los fines de estudiar y mejorar el conocimiento y la distribución de las especies que tenemos en el proyecto Quellaveco”, dijo.

Asimismo, el geólogo geotecnista, remarcó que la importancia del buen manejo de la información, permite hacer un registro y georreferenciación de datos de campo y uso de algoritmos para procesar la base de datos y cálculos para analizar el ecosistema, mejoramiento y adecuación de los planes de manejo ambiental eco sistemáticamente para mejorar la representación. Todo esto con el objetivo de pronosticar los indicadores del impacto neto positivo para evaluar oportunidades de mejora.

“La idea es tomar mejores decisiones. Estamos un paso adelante con la big data, con el ArcGIS y estas técnicas predictivas para así alertar a nuestras áreas operativas de los riesgos y mejorar los controles o redistribuir mejor la planificación”, señaló.

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Ludeña resaltó la importancia del uso de las imágenes obtenidas por satélite, con cuyas informaciones se pueden formar los dashboards para el monitoreo del estado de cobertura vegetal.

“Durante la pandemia probamos todos nuestros sistemas porque ya no podíamos ir mucho a campo, y había restricciones. Pero los satélites sí podían operar. Entonces, capturamos imágenes en alta resolución, pruebas radar y hacer estos cálculos sin estar en campo. Ese es el objetivo al tener mejor cobertura, calidad de análisis y estar siempre pendientes de cómo está nuestra biodiversidad y ecosistema finalmente”, puntualizó.

El Superintendente de Calidad Ambiental en Anglo American Quellaveco dio como ejemplo de aplicación en fauna, el caso del Rhea pennata o Suri. “Las cámaras trampa y los audiómetros nos permiten mejorar el hábito del desplazamiento de la especie y el uso del hábitat, para después hacer modelos de ocupación en las plataformas del big data”, indica.

Con esta información, la empresa puede mejorar el análisis y finalmente evaluar cómo está el ecosistema en el transcurso del tiempo. Además de los registros escritos, se generan videos y fotos. “Eso nos permitirá desarrollar herramientas y plataformas en videotecas que estarán al alcance de la gente en general. Podrán saber por ejemplo qué es una Rea pennata “Suri” (Avestruz Andino)”, señala.

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Ese despliegue de recursos, les ha permitido ver a las Rhea pennata (Suri) en su hábitat natural, mejorando el conocimiento de la cantidad de individuos. “Tenemos muchos más registros y avistamientos de los que se tenía en la base de datos. Hemos podido ver todas sus actividades: desde la reproducción hasta cuando los polluelos eclosionan y son juveniles y crecen nuevamente, lo que es un periodo de dos años, incluso en pandemia. También hemos visto a los depredadores. Es el avance que hemos tenido”, concluyó.

Sandro Ludeña Guzmán hizo dichas declaraciones en el marco del Webinar sobre minería y medio ambiente: “Gestión del Impacto Positivo en la biodiversidad”, organizado por Anglo American.