Durante el XXVII Seminario Internacional de Seguridad Minera, celebrado el 9 de abril de 2025, Raúl Benavides, director de Compañía de Minas Buenaventura, hizo un llamado a expandir los principios y la cultura de seguridad desarrollados en el sector minero hacia otros sectores críticos del país, especialmente el transporte.
El evento, organizado por el Instituto de Seguridad Minera (ISEM), reunió a especialistas, empresarios y autoridades para reflexionar sobre los desafíos actuales en seguridad ocupacional dentro de la industria extractiva. Sin embargo, Benavides amplió el enfoque al señalar la necesidad de aplicar estas buenas prácticas a otros ámbitos donde la vida humana está en riesgo constante.
“Yo creo que el siguiente paso del ISEM será hacer que esta doctrina de seguridad se aplique no solamente a la minería, sino al transporte. Tenemos hoy día tantos problemas con el transporte que creo que es algo que el ISEM debería mirar, debería contribuir con el gobierno para bajar los accidentes de tránsito”, expresó para ProActivo.
Seguridad como pilar del desarrollo nacional
El ejecutivo minero enfatizó que, si bien el sector ha avanzado significativamente en la implementación de protocolos de seguridad, aún queda mucho por hacer, y esos conocimientos acumulados pueden ser útiles para enfrentar los desafíos que afectan al país en otros frentes. En ese sentido, reafirmó su convicción de que la cultura de seguridad debe trascender los límites del rubro minero.
“Tenemos que seguir trabajando en el tema de seguridad y tenemos que, como sector minero, hacer un esfuerzo por llevar esta doctrina de seguridad de tal manera de reducir las muertes por accidentes”, agregó.
La propuesta de Benavides se sustenta en la experiencia del sector minero, donde los sistemas de gestión de riesgos han demostrado ser eficaces para prevenir incidentes fatales y mejorar las condiciones laborales. Este modelo podría adaptarse e implementarse en sectores como el transporte terrestre, una de las principales causas de muertes en el Perú en los últimos años.
Llamado a la prevención y a la acción coordinada
El director de Buenaventura alertó que los accidentes no se limitan al ámbito laboral o minero, sino que forman parte de una problemática nacional mucho más amplia, en la que también entran en juego la infraestructura pública, la supervisión estatal y la conciencia ciudadana.
“No podemos olvidar que hemos tenido un accidente terrible en un centro comercial por un tema de seguridad y vamos a seguir teniendo. Acabamos de tener la noticia de que Santo Domingo, República Dominicana, se ha caído un techo y han muerto 70 personas. Ese tipo de cosas no pueden suceder”, señaló, refiriéndose a recientes tragedias que evidencian fallas estructurales y de supervisión.
Su mensaje fue claro: la seguridad no puede ser vista como un asunto exclusivamente técnico o empresarial. Se trata de una responsabilidad compartida que debe estar integrada a la gestión pública, a la normativa nacional y a la cultura de prevención en todos los niveles.
Del análisis a la acción: anticiparse a los accidentes
Uno de los conceptos centrales de la exposición de Benavides fue la importancia de identificar los incidentes como señales tempranas que pueden advertir sobre riesgos mayores si no se abordan a tiempo. Desde su experiencia, considera que el verdadero desafío está en anticiparse a los accidentes antes de que ocurran.
“Nosotros tenemos la capacidad, tenemos la gente preparada para evitar, para predecir los accidentes y poder atacarlos a tiempo para que no sucedan. Los incidentes son la forma de ver que pueden haber potenciales accidentes y tenemos que trabajar en eso como sector para bien del país”, manifestó.
Esta perspectiva subraya la necesidad de invertir no solo en protocolos de emergencia o respuesta rápida, sino también en sistemas de monitoreo, capacitación constante y cultura organizacional preventiva. El enfoque debe estar en la predicción y la prevención, no únicamente en la reacción.
El rol del sector minero como referente
En el contexto del seminario, Raúl Benavides puso sobre la mesa el papel que el sector minero puede desempeñar como referente en seguridad para otras industrias. La minería formal en el Perú ha hecho progresos importantes en esta materia, impulsados por regulaciones exigentes, auditorías internas y un cambio de mentalidad hacia la gestión de riesgos como parte integral del negocio.
Esta experiencia puede servir de modelo para enfrentar problemáticas estructurales como la elevada siniestralidad vial, los derrumbes en edificaciones comerciales o las deficiencias en instalaciones públicas.
ISEM como articulador de una estrategia nacional
En esa línea, Benavides propuso que el Instituto de Seguridad Minera tome un rol más activo como articulador de conocimientos, metodologías y prácticas que puedan ser transferidas a otros sectores. Según el directivo, la experiencia del ISEM podría contribuir a generar políticas públicas más efectivas y, en alianza con el gobierno, ayudar a reducir drásticamente los índices de accidentes a nivel nacional.
“Tenemos hoy día tantos problemas con el transporte, creo que es algo que el ISEM debería mirar, debería contribuir con el Gobierno para bajar los accidentes de tránsito”, reiteró.
La propuesta abre un nuevo camino para el ISEM, que durante más de dos décadas ha liderado el fortalecimiento de la seguridad minera en el país.