Antapaccay Operaciones

La situación laboral en la región de Cusco continúa siendo un tema de preocupación. A pesar de los intentos previos, aún no se retoma la negociación colectiva entre la minera Antapaccay y el Sindicato de Funcionarios de Compañía Minera Antapaccay – Sitramina, proceso que quedó suspendido a inicios de agosto de 2025.

Las conversaciones habían iniciado en abril de este año, pero los representantes sindicales decidieron romper el diálogo alegando “prácticas sistemáticas que vulneran la libertad sindical”. Esta acusación marcó un punto de quiebre en la relación entre la empresa y los trabajadores.

De acuerdo con el sindicato, se habrían ofrecido bonos a los afiliados bajo la condición de que abandonen la agrupación, lo que ha sido interpretado como una maniobra antisindical.

Rol de las autoridades en el proceso

Uno de los puntos más cuestionados por los dirigentes sindicales es la poca presencia de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) en la verificación de las condiciones laborales, sociales y salariales dentro de la compañía.

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Incluso, el secretario general del Sitramina, Alexander Gutiérrez, llevó el caso al Congreso de la República para denunciar públicamente las presuntas irregularidades. El pedido busca que el Ministerio de Trabajo defina si el expediente de negociación colectiva será evaluado en Cusco o en Lima, con el fin de dar mayor claridad al proceso.

Respaldo gremial y sindical

El reclamo del Sitramina no está aislado. Diversas organizaciones han mostrado su respaldo, entre ellas la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y la Federación Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú. Estas entidades han solicitado que se investigue lo ocurrido con lo que consideran un “acuerdo exprés” entre la empresa y un sindicato paralelo.

Los dirigentes argumentan que una de las cláusulas del convenio extiende beneficios a todos los trabajadores, lo que desincentivaría la permanencia en Sitramina y debilitaría la representatividad sindical.

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Respuesta de la empresa Antapaccay

Frente a estas acusaciones, la empresa Antapaccay, subsidiaria de Glencore, emitió un comunicado el pasado 4 de agosto. En este, lamentó la decisión del sindicato de no continuar con la negociación, asegurando que su postura siempre ha sido la del “diálogo abierto, la buena fe, la equidad y la no discriminación”.

La compañía también destacó que las negociaciones colectivas de 2019 y 2022 se desarrollaron con éxito, logrando acuerdos satisfactorios para ambas partes. Según su posición, este nuevo quiebre solo retrasa la posibilidad de alcanzar un entendimiento.

“No obstante lo anterior, la empresa ratifica su disposición a dialogar en todo momento para cerrar un acuerdo equitativo y beneficioso para ambas partes”, señaló la minera en su pronunciamiento.

Impacto en la región Cusco

El conflicto entre Antapaccay y su sindicato no solo tiene implicancias laborales, sino también sociales y económicas en la región de Espinar, donde opera la mina. Esta unidad es una de las principales fuentes de empleo e ingresos fiscales para la zona, por lo que cualquier retraso en los acuerdos puede generar tensiones comunitarias y frenar inversiones.

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La paralización de negociaciones ocurre en un contexto en que la industria minera en el Perú enfrenta una creciente presión por mejorar la relación con las comunidades y fortalecer el diálogo social.

Perspectivas hacia adelante

Los próximos meses serán determinantes para resolver la controversia. El rol del Ministerio de Trabajo será clave para destrabar el proceso y definir la jurisdicción competente. Asimismo, la participación activa de entidades fiscalizadoras como Sunafil será fundamental para garantizar la transparencia en el proceso de negociación.

De no alcanzarse un acuerdo, la situación podría derivar en nuevas protestas sociales, lo que complicaría aún más la operación de una de las minas más relevantes de la región sur del país.