La investigación partió por la colecta de ramas juveniles de árboles selectos del bosque de neblina del distrito de San Jerónimo, en la Región Amazonas, ubicado a 2,616 metros sobre el nivel del mar. Para la propagación, se utilizaron sustratos (arena, arena 50 % + turba 50 % y turba) y concentraciones de la hormona ácido indol butírico-AIB (0, 1, 2, 3 g.L-1).
Encontraron que el mayor porcentaje de enraizamiento del material vegetal fue con sustrato arena. Así mismo, la mezcla de arena más la turba, mostraron superioridad en el enraizamiento, número y longitud de raíces. Las concentraciones de 2 y 3 g.L-1 de AIB, estimularon la emisión radicular e incrementaron el número y tamaño de las raíces.
El director regional del IIAP Amazonas, el ingeniero Marcial Trigoso, manifestó que junto a los investigadores Tito Sánchez Santillán y Ariel Chichipe Puscán, actualmente, se desarrollan más investigaciones y se busca para fines del 2020 tener un protocolo validado para la propagación vegetativa del árbol de la quina, con la finalidad de proveer tecnologías a partir de árboles selectos.