Martín Dedeu, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).

Martín Dedeu, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).

Argentina, el país de la carne y la soja, cuya inestabilidad económica no la detiene en su crecimiento, apunta con interés y firmeza hacia la extracción de minerales como una excelente oportunidad para diversificar su economía. Recientemente en Canadá, Toronto, en el PDAC 2012, donde los inversionistas mineros del mundo están a la caza de nuevos proyectos, el Instituto Fraser -en su ranking de competitividad- presentó al país de manera diferenciada por región, algo inusual en este tipo de informes y que favorece a la nación a partir de sus regiones que promueven la minería. Los reportes indican que en los últimos 7 años Argentina incrementó en 1.500 por ciento sus inversiones mineras. ProActivo estuvo en la ciudad de Buenos Aires para entrevistarse con el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Martín Dedeu, un abogado especialista en legislación comercial, derecho empresario y minería. Durante la entrevista, con desbordante optimismo Dedeu dijo confiar en las nuevas normas legales y en la educación como la mejor herramienta para responder a los cuestionamientos en contra de la actividad minera.

Por Mónica Belling

¿Argentina es más competitiva en términos de inversiones mineras?
Veo a Argentina con una enorme importancia y valores desde el punto de vista geológico, habría que acompañar esa riqueza con una acción suficientemente inteligente para atraer capitales, tema que tanto en Perú como en Chile lo hacen eficientemente. El nuevo gobierno de Humala, según tengo entendido, apenas asumió dijo: ¿Cuál es el régimen que tenemos? y ¿Cuál es el régimen de Chile? Entonces, el nuestro no puede ser menos atractivo que el régimen tributario chileno.
Es decir, hay una suerte de competencia tratando legítimamente de atraer nuevos emprendimientos y que las empresas mineras vengan a explorar. En ese sentido, tenemos a un país agro ganadero durante muchos años, pero con muy buena expectativa y posibilidades (en minería).
Ahora se habla que en los próximos días se suscribiría un acuerdo federal minero con 10 provincias y si ese instrumento se maneja adecuadamente y alienta la inversión, creo que no hay muchos otros países que tengan las posibilidades de desarrollo importantes como las tiene Argentina con superficies realmente trascendentes, sin todavía haber sido siquiera exploradas.

¿Qué expectativa tienen sobre ello?
Me parece importante que haya una suerte de andamiaje entre todas las provincias a los efectos de defender la actividad y tener cierto tipo de norma más o menos estandarizada que permita un rápido conocimiento de la situación de un eventual inversionista.
No es bueno que haya provincias con interés de desarrollo de la inversión minera y otras con potencial minero que en una situación intermedia e incluso aquellas que dictaron normas que en lugar de promover la inversión la dificultan o la disuade.
Entonces, que exista una organización de este tipo y que además sus principales autoridades sean gobernadores de provincia con tradición minera importante, alienta a pensar que será un instrumento útil.

¿Se basan en un modelo aplicado para el de hidrocarburos?
En realidad mal puedo referirme a un tema que corresponde a otro sector. Hay un Código Minero con largo accionar en la historia argentina y luego una ley de inversiones mineras de mediados de los noventa, que incluso fue votado en forma unánime por todas las fuerzas que integraban el partido del Congreso Nacional.
La minería fue el primer sector que se preocupó de estar dentro de un esquema ambiental adecuado siguiendo los estándares internacionales. El marco regulatorio ambiental en el país data de los 90.

Igual que en Perú.
Ahí quizás la diferencia. Perú tiene elementos superiores en experiencia y de actividad por décadas y décadas que no tiene la Argentina, pero por ejemplo nosotros no tuvimos el problema de los pirquineros (mineros ilegales) que sí ha sido un problema real en su momento en Perú, me acuerdo los problemas en Madre de Dios.

¿Cómo vio el panorama para atraer los capitales de Toronto?
Bueno, pocas veces he visto una multitud como en Toronto, si uno tuviera que evaluar el interés en el sector minero en función de la cantidad de personas. Por supuesto cada país y cada empresa trata de hacer valer sus fortalezas, así lo ha hecho Argentina con dos stands muy bien armados y algunas conferencias realmente muy interesantes en distintos niveles.
Digamos como novedad en Toronto, la vedette hace algunos años era el oro, en otro momento el uranio, ahora con franqueza no podría decir cuál, porque estaba de todo, el uranio menos activo por lo ocurrido en Japón pero encontré gran actividad e interés y mucha gente pidiendo información al pabellón de Argentina.

¿Cuáles son los proyectos estrella que presentaron?
Los dos proyectos más importantes por lejos son: Potasio y Pascua Lama.
El proyecto Potasio Río Colorado, por 5.900 millones de dólares de la brasileña Vale, con un trayecto a través de cinco provincias; es una de las cosas que para mí es fenomenal de la minería, que lleva progreso y civilización en zonas alejadas de la mano de Dios, en la Patagonia, con poca población. Lleva energía, en este caso, una línea ferroviaria que cruza la Patagonia. Son elementos más que ponderables en función del progreso del país.
El otro proyecto es Pascua Lama, también multimillonario, según recuerdo, 4.500 millones de dólares, de la empresa Barrick Gold, ambas hicieron sus presentaciones en la muestra argentina en Toronto.

¿Cómo actúa la opinión publica de las provincias donde están ubicadas aquellos grandes proyectos?
El tema de la inserción social es importante para el desarrollo de cualquier inversión, en ese sentido trabajaron en forma eficaz en el caso de Vale superando inclusive dificultades provinciales, como en Neuquén y en Mendoza, desde superposición de obligaciones, como tener tantos trabajadores de una provincia o de otra.
Bueno, el proyecto Potasio, al tener que atravesar otras tres provincias ha tenido dificultades no menores porque ante un proyecto multimillonario es obvio que los sectores o las provincias que atraviesa y/o las municipalidades que tienen algo que decir, tratan de obtener el mejor rédito posible para sus pobladores y votantes, pero los ha ido superando uno tras otro con eficacia, inclusive la ultima parte que estuvo vinculada para llegar al puerto, porque termina en el puerto de Bahía Blanca de donde saldría el producto para la exportación.
Ningún emprendimiento deja de tener inconvenientes, el tema es tener la suficiente capacidad como para darse cuenta que en esta materia o en cualquier otra las cosas salen mucho mejor si previamente se hace una adecuada difusión y comunicación de lo que se hará, y se quita aquellos resabios de temores que a veces han sido inoculados por motivos ajenos a la realidad.
Todos sabemos que el tema político no es menor y conforme a las circunstancias hubo provincias donde en algún momento al gobernador de turno le convenía estar en oposición o viceversa. Eso puede entorpecer llevar tareas de tal magnitud.
En el caso de Pascua Lama, el problema adicional es hacer confluir dos sistemas distintos como el argentino, país federal y el chileno, unitario. Asimismo cómo armonizar el tratamiento aduanero y el tributario, pero todo camina y a la mitad del año que viene, terminaría su construcción y arrancaría operaciones.

¿Cómo marcha la competitividad de Argentina y la nueva regulación?
Todas las regulaciones que tiendan a hacer más eficaz una labor determinada son bienvenidas, el problema es no pretender cambiar el orden del sentido común. Es decir, si lo que se hace en lugar de permitir que el sector siga en expansión y resulte un elemento sustancial del producto bruto de un país, termina siendo acosado por restricciones -que vuelvo a repetir en el fondo pueden ser pan para hoy pero hambre para mañana- el objeto que se persigue termina distorsionándose.
Por ejemplo, si se quiere promover la industria argentina y la sustitución de importaciones me parece espléndido. Lo que no deberíamos hacer es que estas medidas que tienen ese sano objetivo, lleguen al nivel que impidan la continuidad efectiva de las labores de empresas, que por otro lado a veces necesitan insumos o equipos en tiempo y forma para seguir llevando adelante su actividad y seguir exportando, pues sería totalmente contradictorio que en lugar de obtener mayor ingreso de divisas se produzca el efecto contrario.
En el caso argentino se que más allá de eventuales restricciones hay una decisión de la presidenta de la Nación, del poder Ejecutivo, de promover y seguir sosteniendo el desarrollo de la minería argentina, obviamente compatibilizándolo con los demás elementos que deben acompañar cualquier actividad económica. Es decir, inserción dentro del ámbito de trabajo que no sea traumática y cuidado adecuado de las normas de protección ambiental.
Creo que si la Ofeni (Organización Federal de Estados Mineros) se maneja con inteligencia, que estoy seguro que así ocurrirá, terminará siendo un instrumento útil. Si por el contrario, a través de la Ofeni o cualquier otra organización se pretende sustituir el impulso de la empresa privada en pos de una exagerada absorción por parte del Estado, llegará un límite en el que ese esquema puede resultar contradictorio.
En general, bien se ha dicho que las leyes y normas importan, no tanto en su lectura como en su instrumentación, soy optimista y creo en ello.

Usted considera que el gobierno de Argentina apuntará hacia una minería floreciente. Asimismo tiene expectativa que las empresas asociativas público-privadas podría funcionar si está dentro de ciertos parámetros. ¿Es correcto?
Efectivamente creo que es así, es legítimo que tengan sus empresas provinciales, como de hecho varias las tienen. Lo que sí debemos tener en cuenta es legislar a futuro; no sería sano interpretar que pueda significar la vulneración de los derechos adquiridos por empresas que están en el país, produciendo o en etapa de hacerlo.
Hay que manejar las cosas mediante instrumentos armónicos y sensatos para llevar los objetivos del Estado o las provincias, de que la actividad se desarrolla en el mejor marco ambiental y económico. A su vez, que la tributación tenga un derrame eficaz y visible sobre todo en las áreas donde se desarrolla la actividad minera.
Otro aspecto de su personalidad es que apuesta por la educación a las comunidades y a los grupos que se oponen a la minería. Han desarrollado una campaña al respecto sobre la utilidad de la minería. ¿Cómo la desplegaron?
Si bien retomé la presidencia en noviembre pasado, es un trabajo en continuidad que viene de antes. Ahora insertamos una campaña de difusión más intensa que algunos la llaman “masiva”.
Queremos ir con elementos reales, concretos y probados, científicamente serios y salidos de los eslóganes. Tratamos de hacerlo a nivel de la población en general, mediante los medios de comunicación televisivo, escritos y prensa oral, entre otros.
Pero también, a nivel de universidades, hay muchas interesadas en un diálogo fecundo porque lo peor que podemos hacer es cerrarnos y creer que nuestra palabra es la única que vale y en lugar de saber escuchar, pretender nada más emitir.
No es fácil, afortunadamente no porque en nuestro sector haya demasiados “talibanes” -que no es el caso- pero sí porque en la militancia antiminera hay gente a la que no le interesa escuchar. Lo cierto es que hay universidades interesadas en un diálogo fecundo y razonable, que no se pretenda otra cosa y que además no sigan –como diríamos en términos futbolísticos- corriendo el arco.

¿La CAEM tiene comunicación fluida con las universidades, tanto de Buenos Aires como de las provincias mineras?
Absolutamente sí. En ese sentido hay muy buena labor en distintas universidades nacionales. Lo hacemos con la Universidad Nacional de San Martín. Por ejemplo, recuerdo que vino un representante de Entre Ríos interesado en saber “es cierto eso”, en qué medida es y no es. Son de todas las especialidades, no es excluyente. Todos tienen de alguna manera algún tipo de incursión, por ejemplo de las ciencias económicas, es obvio que tienen relación al igual que las ciencias sociales y la parte legal también.

¿Cómo responde la CAEM a los temas de los grupos antimineros?
Bueno, por la idiosincrasia del minero tal vez acostumbrado a la vieja minería del socavón, nunca le interesó mucho el tema comunicativo. Le bastaba con cumplir con las normas y que no le hablaran de comunicación. Hubo una lucha más que vigorosa que tuvo que hacer la prensa minera específicamente para abrir este tema. Costó muchísimo y cuando largamos, fue tardíamente, muy de atrás, como esa carrera que se llega a la meta y el otro que se acerca pero tarda en alcanzar. Sabemos lo difícil que es llegar a que la antinomia, minería-medio ambiente, desaparezca.
Ahora empezamos a entender y darnos cuenta que el principal defecto ha sido la falta de comunicación. Lo primero que ustedes debieron hacer (nos dicen) es salir a defender lo suyo, no basta que hagan las cosas bien, hay que defenderlo.

¿Qué detalles tiene la campaña?
Toda campaña más allá de sus méritos y alcance depende de tener el soporte económico para salir adelante. Si esto se mantiene y no hay razón para lo contrario porque pocas veces ha estado el sector minero tan bien, si algo tengo que decir al sector empresarial es que ha sido tan abrumadora la solidaridad y el apoyo de los colegas para que sigamos avanzando en esto y no creamos que es suficiente. Se requiere continuidad en el tiempo, que haya el mayor apoyo para seguir adelante, de manera tal que la continuidad no sea una campaña agresiva, que sea amistosa. Queremos que se den cuenta, que no hay engaños, que haya transparencia, no tenemos problema a ningún tipo de supervisión o lo que fuere. Ese es un punto.

¿Cómo observa a Perú en minería?
En algún momento puede que Perú haya mirado a Argentina como ejemplo en lo agrícola. Es obvio que Argentina minera ve a Perú como un ejemplo y no es que aspiremos a llegar al desarrollo de Perú en la materia -que además ha llevado décadas- pero sí acercarnos para aprender todo aquello que pueda ser transmisible y para aplaudir que siga incrementándose la inversión de algunos de los grupos mineros importantes en Argentina, como Hochschild, con Minera Santa Cruz en plena producción. En algún momento Buenaventura estuvo cerca de entrar, ojalá que podamos trabajar en el mismo marco de amistad y fraternidad hecho a nivel político y humano.