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Río de Janeiro (AFP).- Petrobras se anotó otro año desastroso con pérdidas por casi 10.000 millones de dólares en 2015, en medio de una seria crisis política en Brasil desatada por el millonario fraude a la petrolera estatal.

El hundimiento se explica principalmente por la degradación de activos, relacionados con el desplome del precio del petróleo.

El déficit del año pasado fue de 34,836 millones de reales (US$ 9,600 millones al cambio actual), un 61% mayor que el de 2014, de 21,600 millones de reales.

El cuarto trimestre concentró las mayores pérdidas: 36,938 millones de reales, un 41% más que en el mismo periodo de 2014 y un 883% más que las registradas en el tercer trimestre.

Ello se debió a las degradaciones de activos, por un total de 49,700 millones de reales (US$ 13,800 millones), principalmente en campos de petróleo.

El precio del barril cayó casi un 50% en 2015.

Fue “un año extremadamente difícil para la industria de petróleo en general”, dijo en rueda de prensa el presidente de Petrobras, Aldemir Bendine.

Petrobras estuvo en el centro de un gigantesco esquema de corrupción, detonado por la justicia en 2014, en el que perdió US$ 2,000 millones.

El fraude, en el que grandes constructoras sobornaban a ejecutivos de la empresa y a políticos a cambio de contratos, ha fragilizado el gobierno de izquierda de la presidenta Dilma Rousseff, amenazada ya por un juicio de destitución en el Congreso.

Sorpresa.
El mercado esperaba un resultado positivo tanto en el resultado anual como en el del último trimestre.

“Vivimos sorprendiendo a los analistas, sea para bien o para mal. La cuenta no es sencilla, debido al precio del Brent, tener pasivos es algo que desagrada a cualquier compañía”, indicó Bendine.

La facturación cayó un 5%, debido a reducción de la demanda de productos refinados en el mercado interno (-8% en diesel, -11% en gasolina), así como a la caída en los precios de exportación.

Con todo, Petrobras destacó que sus ventas en el exterior aumentaron 55% en relación a 2014, impactando la balanza comercial, que cerró con importaciones de 24,000 barriles por día, frente a los 415,000 bpd que se compraron en 2014.

La producción total también aumentó 4%, aunque en el exterior cayó 10%.

Se produjeron 2.7 millones de barriles diarios (bd), 2.5 millones en territorio brasileño.

En los pozos ultraprofundos del presal, ubicados bajo una capa salina a 6 km de profundidad en el Atlántico, “el promedio anual de producción de petróleo operado por Petrobras llegó a los 767,000 bd, superando la producción de 2014 en 56%”, señaló el comunicado.

El presal, que es la joya de la corona de Petrobras, llegó el 14 de diciembre a un récord de producción de 942,000 bpd.

La deuda en dólares se ubicaba en 100,379 millones de dólares al 31 de diciembre, 5% inferior al cierre del año anterior, y en reales aumentó 39% debido a la desvalorización de la moneda local.

Las inversiones en moneda local cayeron 12% y sumaron 76,300 millones de reales (US$ 21,135 millones), mientras que en divisa, cayeron 38% y llegaron a US$ 23.1 millones.

Exploración y Producción concentró 83% de estos recursos.

Sin preocupación.
La operación ‘Lava Jato’, lanzada en 2014 por el juez Sergio Moro, ha conseguido repatriar “unos 300 millones” a la caja de Petrobras, según su presidente, que dijo que más dinero entró pero aún no fue contabilizado y espera retomar la totalidad.

En el marco del escándalo desatado en Petrobras, el detenido senador Delcidio do Amaral, del bloque oficialista, afirmó (en el marco de un acuerdo de reducción de penas con la justicia) que Rousseff y su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) estaban al tanto y se beneficiaron del esquema de financiación ilegal de campañas políticas montado a través de la estatal.

Rousseff negó los hechos y aseguró que demandaría a Amaral por difamación.

“No podemos hacer una medición del impacto dela situación política sobre nuestras actividades. Nuestro foco es la compañía, el país tiene instituciones bastante sólidas y tenemos confianza en la fuerza del sistema democrático. No nos cabe preocuparnos con esas cuestiones”, lanzó Bendine, que cuando asumió, en plena ebullición de la crisis, fue criticado por ser cercano a Lula.

Gestión.