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En los últimos diez años, el canon minero distribuido a través de gobiernos locales benefició mucho más a las personas que se encontraban en mejor situación económica en las zonas urbanas de las localidades mineras, antes que a los pobladores de zonas rurales de esas mismas áreas.

Esta información la dio César del Pozo, investigador del Centro Bartolomé de Las Casas, del Cusco, que, con el auspicio del CIES, elaboró un estudio sobre el destino de los S/. 27,000 millones transferidos por canon minero a los gobiernos locales, entre el 2001 y el 2012. En ese periodo, estimó que el canon minero tuvo impactos positivos que fueron 58 veces mayores en los hogares con más ingresos económicos en las zonas urbanas, que en hogares rurales.

“El canon se concentra en los niveles más altos de ingresos como de consumo, y, por el contrario, se incrementaría la pobreza extrema. La distribución de este recurso tendría resultados contradictorios”, anotó.

Precisó que si bien el canon incrementó el empleo público y elevó los ingresos, en promedio, en S/. 1,500 en zonas urbanas; en zonas rurales el nivel de ingresos subió solo a S/.500.

Además, permitió elevar en 4 puntos porcentuales el acceso a servicios de saneamiento en las zonas urbanas, pero en las zonas rurales apenas acercó esos servicios en 1%, indicó el investigador.

EN CORTO

BID. La distribución del canon entre el 2007 y el 2011 redujo en más de 10 puntos porcentuales la pobreza en los distritos mineros, respecto a distritos no mineros, dijo Omar Zambrano, economista del BID, quien destacó que si bien el nivel de ejecución de gasto del canon es bajo, está creciendo.

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