Rosamel Muñoz Quintana, Jefe de Difusión y Extensión de la Comisión Chilena de Energía Nuclear.

El desarrollo de la energía nuclear- que es vista de manera general como negativa y dañina- es primordial entre los países de América Latina para hacer frente a la creciente demanda de energía de la población y de la industria en general, sostuvo Rosamel Muñoz Quintana, Jefe de Difusión y Extensión de la Comisión Chilena de Energía Nuclear.

Apostar por la energía nuclear no es popular. Es la sentencia de Muñoz Quintana en su visita a Lima en la que se reunió con ProActivo como medio especializado para lograr que dicha energía sea aceptada.

Dijo que en Chile, los empresarios son abiertos a que haya una central nuclear, porque les duele el tema de la falta de energía. “No veo en el corto plazo un país que diga ‘asumiremos el tema nuclear’, pero hay muchos que lo estudian”, acotó.

Al respecto, señaló que Perú tiene que estudiar la opción nuclear y en un momento dado, con la información que recopilen -como en Chile- el gobierno tendrá que tomar la decisión de desarrollarla. “Lo nuclear es un compromiso que los Estados asumen por más de 100 años; se instala la primera central y ya no me puedo arrepentir en un par de años”, advirtió.

Recalcó que se trata de políticas de Estado a largo plazo, transversales, que implican acuerdos políticos. “Nuestro gobierno (el de Chile) ha dicho que no tomará decisión en el tema nuclear, pero sí se aporta antecedentes para que el gobierno futuro pueda hacerlo en base a información técnica y escuchando a la sociedad”, estimó.

Observó que el problema de la energía golpea fuertemente a muchos países de la región. “Nosotros (los chilenos) tenemos la energía más cara del OCDE y en esta medida nuestra principal exportación -el cobre- empieza a ser menos competitiva al subir el costo. En Chile hay una preocupación real a nivel de gobierno por el tema energético, que se estudia de manera muy amplia”, manifestó.
“Para grandes volúmenes de energía, no veo otra alternativa que no sean el carbón o la nuclear”, apuntó.
Deficiente comunicación

Muñoz Quintana, analizó el rol que cumple el Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe (Arcal), que desarrolla un plan de comunicación para divulgar mejor los beneficios de los proyectos del rubro en la región, para conocimiento de la sociedad.

“Esa información es deficiente, no llega a donde debiera. Muchos proyectos exitosos que desarrolla Perú, por ejemplo, no son conocidos por la población y a veces ni siquiera por las autoridades, por lo que hay dificultades para que prosperen y puedan utilizarse”, indicó.

“Tenemos que trasmitir mensajes segmentando al público usuario directo y la masa de población beneficiaria, si involucra a la minería o a la agricultura”, detalló.

Consideró que en la difusión del uso de la tecnología nuclear se tiene que bajar ciertas barreras, que dificultan la credibilidad de los mensajes que emanan de instituciones como el IPEN, en Perú. “Tenemos problemas de credibilidad. Los que trabajamos en esta especialidad no podemos mentir porque se trata de una tecnología para solucionar problemas de energía y del medio ambiente, pero no podemos comunicar bien eso”, admitió.

Señaló que el área nuclear tiene diversas falencias en su trato con los medios de comunicación. “En cualquier país nos juntamos con los medios y nos encontramos con periodistas que no conocen lo que hacemos. Fallamos y eso queremos revertir”, recalcó.
Gestión de ARCAL

Muñoz dijo que esta entidad con 28 años de existencia trabajó poco el tema de la comunicación, que era básico para su sostenibilidad a largo plazo. “Tenemos proyectos de impacto exitoso, pero desconocidos por la sociedad por la falta de divulgación de los logros de la organización”, reconoció.

Informó que para superar este problema, desde el 2012 han puesto en marcha su primer proyecto de comunicación. “El objetivo es crear redes institucionales en los 22 países que conforman Arcal”, anotó.

Asimismo Gabi Alfaro, jefa de Imagen Institucional del IPEN, destacó que el apoyo de Arcal benefició a entidades como Senasa y las universidades Agraria y Cayetano Heredia.