Antes de la pandemia era normal trabajar 8 horas diarias como mínimo, trasladarnos dos para ir a la oficina y regresar a casa, tomarnos un cafecito con nuestros colegas antes de comenzar con los pendientes del día, celebrar con un almuerzo el cumpleaños de los compañeros de oficina, o programar un after office con los amigos. Estas eran actividades normales, casi rutinarias en nuestras vidas ajetreadas, algo que simplemente dábamos por sentado porque siempre lo hacíamos de la misma manera.
En esa ajetreada vida también pasábamos nuestros días añorando tiempo para hacer más ejercicio, para estar más tiempo en nuestro hogar, ser más dueños del espacio, y no sólo llegar en la noche para salir temprano al día siguiente.
“Deseábamos más tiempo para estar en familia o simplemente solos, para estar más conscientes y presentes en cada micro detalle del día en la vida de nuestro círculo cercano. Antes de la pandemia todo esto sólo podría ocurrir en vacaciones o en una anhelada idea de ser emprendedor para manejar “el tiempo” y ser más flexibles en nuestros horarios”, comenta Marcela Garcés, Business Coach de DreamBig.
Según una encuesta interna realizada en la empresa Fujitsu de Japón, antes de la pandemia el 74% de los empleados consideraba que el mejor lugar para trabajar era la oficina. A mediados de marzo, la mayoría de ellos, unos 80 mil trabajaban desde casa. Después de 4 meses de trabajar desde su hogar se hizo una nueva encuesta con la pregunta: ¿Cuál es el mejor lugar para trabajar? y las respuestas variaron: 15% eligió la oficina, 30% su hogar, y 55% prefirió el modo híbrido entre oficina y hogar.
Garcés explica que, ese modo híbrido es la nueva realidad que llegó para quedarse, realidad que realmente les ha tomado poco tiempo a las personas para apreciar las ventajas de esta nueva flexibilidad de dónde y cuándo trabajar. “Las empresas acogieron rápidamente las tecnologías del trabajo virtual y remoto a medida que reconocieron que era posible, y adoptaron una oportunidad única en la vida para reestablecer el trabajo utilizando un modelo hibrido. Pero este desafío de pasar a un modelo hibrido sólo tendrá́ éxito si está diseñado teniendo en cuenta las preocupaciones humanas, y no únicamente las organizacionales”, señaló.
Necesitamos muchas ideas aún de sobre cómo hacer que el trabajo híbrido entre casa y oficina sea eficaz, productivo, ágil y flexible, lo que a su vez se traduzca en éxito para la compañía y los colaboradores. En ese sentido, la Business Coach de DreamBig, nos presenta 4 perspectivas distintas para lograr que el trabajo híbrido realmente sea exitoso desde la posición del líder:
- Trabajos y Tareas. – Para comprender los impulsores de la productividad (energía, enfoque, coordinación y cooperación).
- Preferencias de los empleados. – Nuestra capacidad para operar con productividad y rendimiento varía de acuerdo con nuestras preferencias personales. Por lo tanto, al diseñar el trabajo híbrido, es necesario considerar las preferencias de sus colaboradores y permitir que otros comprendan y acojan sus propias preferencias.
- Proyectos y flujos de trabajo. – Para que el híbrido sea un éxito, se debe tener en cuenta cómo se realiza el trabajo y coordinarlo con los demás miembros del equipo.
- Inclusión y equidad. – Las investigaciones nos hablan que los sentimientos de injusticia en el lugar de trabajo pueden dañar la productividad, aumentar el agotamiento, reducir la colaboración y disminuir la retención.
Garcés también indica que, para que esta nueva forma de trabajo funcione y que sea verdaderamente exitosa, debe ser revisada por todo el equipo, se debe llegar a consensos sobre la misma y deben estar alineados los valores con la cultura de la empresa.
“Debe ser empática, y además capacitar a los líderes en la gestión de equipos híbridos para que puedan recibir sesiones de mentoría o estar trabajando de la mano con un coach de negocios. La inversión en herramientas de coaching, la coordinación y tecnología permitirán que el trabajo híbrido lleve a la empresa a un nuevo nivel de performance exitosa”, enfatizó.