conflictos sociales

La industria minera peruana ha comenzado el nuevo año con bloqueos todavía en curso en varias minas y otras empresas de todo el país que se enfrentan a un mayor riesgo de que los conflictos sociales afecten sus operaciones.

Las mineras sufrieron varias interrupciones en 2022 y la conflictividad se acentuó en los últimos meses del año, sobre todo tras la destitución del presidente Pedro Castillo y las consiguientes protestas generalizadas.

BNamericas analizó la situación actual de las mineras en Perú y lo que se puede esperar para este año.

Nexa Resources, que opera el tajo San Gerardo en la mina Atacocha, en la Región Pasco, denunció que el acceso al tajo está actualmente bloqueado desde el 27 de diciembre del año pasado.

Aunque el impacto en los niveles de producción ha sido escaso hasta el momento, las operaciones se suspendieron el 3 de enero y “las actividades mineras se limitan a operaciones críticas”, consigna un comunicado.

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La empresa minera señaló que mantendrá conversaciones con la comunidad Machcan, pero no es la primera vez que se produce un conflicto en relación con San Gerardo, ya que la compañía declaró a fines de agosto que miembros de la comunidad San Juan de Milpo habían levantado un bloqueo ilegal. Atacocha produce 0,2kt de zinc por semana, menos del 3% de la producción de Nexa.

En lo que respecta a las grandes minas de cobre de la zona sur de Perú —Las Bambas, Antapaccay y Constancia— el Ministerio de Energía y Minas informó a fines de 2022 que había logrado despejar los bloqueos en el Corredor Minero Sur, la ruta por la que las mineras transportan el concentrado de su producción a la terminal portuaria de Matarani, en la Región Arequipa.

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Sin embargo, aún no hay noticias sobre el fin del bloqueo de Chalcobamba, el futuro tajo que explotará Las Bambas.

Actualmente, el tajo sigue ocupado por pobladores de la comunidad Huancuire. La minera señaló a inicios de noviembre que esperaban llegar a un acuerdo en enero; pero no han divulgado mayor información.

La puesta en marcha de Chalcobamba será clave para que producción anual de la mina oscile entre los 380.000t y 400.000t de cobre al año, tras haber finalizado 2022 con un volumen estimado en 250.000t.

Miguel Cardozo, director del Instituto de Ingenieros de Minas, manifestó en una reciente entrevista con un medio local que la invasión y bloqueo a las operaciones de Las Bambas deben terminar cuanto antes.

Inmaculada, una mina de oro y plata ubicada en la Región Ayacucho y cuya operación está a cargo de la unidad peruana CMA, de Hochschild Mining, también comenzó el año 2023 con cierta incertidumbre. Aunque José Augusto Palma, vicepresidente de asuntos corporativos de Hochschild, explicó a BNamericas a fines de noviembre que el conflicto en la mina no afectaría la producción anual, los problemas se intensificaron.

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Inmaculada ha sido ocupada por habitantes de la zona, que han bloqueado las carreteras de acceso, impidiendo la salida del personal in situ y la entrega de suministros.

Según el último comunicado de la empresa, en diciembre pasado los pobladores de Huancute incendiaron siete volquetes de la compañía y no dejaban salir a los trabajadores de turno.

La situación en la mina parece difícil de resolver, ya que los manifestantes no solo quieren que se detengan las operaciones, sino también que la minera abandone la zona por completo.

Fuente: BNAmericas