plan de descarbonización (Chile)

La COP 28 ha marcado el “fin de los combustibles fósiles”, proponiendo una transición “justa, ordenada y equitativa” acompañado del ambicioso objetivo de alcanzar cero emisiones netas para 2050. Sin embargo, la ausencia de plazos concretos y compromisos específicos ha planteado interrogantes sobre la efectividad real del acuerdo. La negativa de abandonar el uso de combustibles fósiles, y la falta de detalle en el fondo de respaldo de agricultores afectados por la crisis climática, ha generado mucha inquietud.

Frente a este torbellino climático recurrimos a Micaela Guillén, coordinadora nacional del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC), señala que “para garantizar una transición justa hace falta primero hablar sobre la justicia social no se puede hablar sobre una transición sin plantear un proceso de reconocimiento de las diversas problemáticas que hay en nuestro territorios”.

Esto debido a que no queda claro exactamente cómo los países podrán acceder a este fondo, incluso se ha hablado dentro de la conferencia sobre la posible gestión del fondo de respaldo de agricultores por parte del Banco Mundial, entidad que ha generado los grandes conflictos políticos y económicos en los territorios.

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Eterno guardián

Frente a las medidas que se tomarán para evitar interese comerciales sobre las metas climáticas, Micaela Guillén afirma que “Hay para empezar a reparar primero los daños sociales y políticos y luego plantearnos el reconocimiento de los derechos territoriales dentro de los territorios en los que se ha ejercido mayor presión, sobre todo en los lugares donde donde ha habido extracción de petróleo o de minerales”.

Este contexto nos invita a cuestionarnos, también, sobre las acciones concretas para cumplir con las metas de abandonar el uso de combustibles fósiles. Frente a esta problemática Guillén nos dice que es la sociedad civil quien finalmente actuará como el eterno guardián hacia las cumplimientos de los compromisos internacionales.

“La preocupación de la sociedad civil y la articulación que está ha empezado a generarse con mayor fuerza resulta ser importante para la vigilancia sobre el cumplimiento de los acuerdos que se van tomando en estos espacios de debate internacional, de diálogo y negociación”, resaltó.

La vigilancia ciudadana sobre cómo va el cumplimiento de los compromisos internacionales que se proponen y el exigir determinada posición de un país en espacios de negociación a los que se presentan. Según la Coordinadora Nacional, esta resulta ser una tarea intrincada ya que al tomar ese rol activo, genera en los gobiernos rechazo, ya que no quieren que sepan todo lo que están haciendo, no les gusta ser observados con atención y expectativa de parte de las organizaciones de sociedad civil, quienes esperamos puedan tener una posición que refleje las situaciones en las que están nuestros países debido a la crisis climática.

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Cero emisiones, cero estrategias

La meta de alcanzar cero emisiones para el 2050 parece ser un panorama utópico, ya que no se han planteado estrategias específicas para lograr llegar a esa meta dentro de 27 años. Esto  ha generado una gran preocupación y crítica por que el tema medioambiental se está pasando por agua tibia, siendo una propuesta vacía sin un plan de acción.

“Es una cuestión preocupante porque también lo deja abierto y deja abierto a falsas soluciones, que se van presentando en el mundo y que está detrás es todos los lobbies políticos económicos, no solamente petroleros, sino también de otra índole vinculados a estos procesos de transición, que terminan siendo falsas soluciones”, precisa Guillén.

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Dentro de la Cop 28 se dieron diversas asambleas y encuentros de sociedad civil una de las más importantes ha sido la asamblea de los pueblos de América Latina y el Caribe, donde se ha puesto como punto hito de agenda el 2025 que se llevará a cabo en Brasil es la COP de Latinoamérica.

Este resulta ser un hecho importante porque nos da la oportunidad desde nuestra región de poder posicionar una agenda regional que permita y que obligue a los Estados a plantearse ambiciones con criterios claros.

“Esta es una puerta que nos permitirá visibilizar la situación que estamos viviendo desde los países del Sur frente a lo que viene ocurriendo en la crisis climática, esa es nuestra manera de actuar desde la sociedad civil. Movilizar para lograr la construcción de una agenda común”, finalizó Micaela Guillén.