Por Mónica Belling

ProActivo

El 28 de abril por el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo la OIT se ha pronunciado sobre esta fecha de reflexión con el enfoque de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, dentro de una campaña que para el 2017 tiene como tarea sensibilizar y apoyar a los países hacia la mejora de sus capacidades para “recopilar y utilizar datos fiables” en esta materia.

Según la entidad multilateral, es indispensable que los países cuenten con dicha información confiable sobre la seguridad y salud en el trabajo (SST) para implementar y reportar los progresos en relación con algunos de los 17 objetivos de desarrollo sostenible y sus metas de desempeño.  En relación con la meta 8.8 Naciones Unidas pide a los países que informen sobre el siguiente indicador: “Tasas de frecuencia de lesiones ocupacionales mortales y no mortales, por sexo y situación migratoria”.

Las tasas de frecuencia de lesiones ocupacionales

Aunque parezcan cifras provenientes de fórmulas ajenas para el entendimiento del ciudadano común, los números son muy humanos y reflejan el cuidado o no de las empresas hacia sus trabajadores y la evolución de los esfuerzos que hacen para una mejora en las condiciones de trabajo y orientación a sus colaboradores.

Refleja además el seguimiento que los gobiernos hacen en los distintos sectores productivos sobre la salud y vida de los trabajadores.

En Perú,  las empresas más activas en este campo son las mineras, que incluso tienen anualmente competencias y brindan reconocimientos tanto a las empresas que tienen logros, como a los trabajadores que idean nuevas formas para un trabajo cada vez más seguro, o más ergonómico.

Lamentablemente, en el país hay mucho por trabajar en sectores como construcción, agroindustria, manufactura o transportes, de cuyas cifras poco se sabe.

Algunas cifras en Perú

RIMAC Seguros informó que 55 trabajadores al día tienen un accidente durante su jornada laboral y la empresa aseguradora registró el año pasado, 20,198 casos de accidentes. La mayoría afectó a varones dedicados a la manufactura y construcción; y del total de accidentes, 348 fueron amputaciones traumáticas con pérdida parcial o total de la parte afectada, con costos compensatorios de indemnización o pensión por invalidez que pueden alcanzar a los S/. 400,000  según el caso.

Detalla la empresa que los sectores económicos que presentaron en el 2016, mayor frecuencia de accidentes fueron construcción (31.43%), manufactura (29.14%) y comercio (10.05%).

Sin embargo, estas cifras solo reflejan al universo que está registrado y dentro de esa ansiada información que no llega a censar la totalidad de empresas ni de trabajadores en Perú.

Las leyes peruanas

Recientemente el pasado 17 de abril, fue aprobado el Plan Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo 2017-2021, cuya aplicación permitiría contar con esa data fiable a la que se refiere la OIT, dado que se podrá tener indicadores nacionales de salud laboral que permitan compararnos con otras realidades. Para RIMAC dicho plan y su reglamento van en la dirección correcta, pues  “busca el cumplimiento de la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, a través de un diagnóstico general”.

Las cifras de los invisibles

Solo para mencionar a un grupo de trabajadores sin rostro: Los conductores de buses de transporte público. Cada chofer, como los conocemos  y sus cobradores están expuestos todos los días a una serie de enfermedades por uso de monedas y billetes, por la contaminación de la ciudad, el estrés por la competencia en tiempo y “recojo” de pasajeros, así como por la caótica congestión vehicular y la contaminación sonora que ello conlleva. Este grupo de trabajadores no está consciente del origen de sus enfermedades físicas y sicológicas; y tal parece que tampoco es visible esta situación para gobernantes y legisladores.