Luis Rivera

La industria minera afronta hoy una de las realidades más alarmantes en su historia: la calidad de los yacimientos ya no es lo que solía ser. Todo lo grande que algún día se descubrió y festejó quedó en el pasado, salvo contadas excepciones. Esta situación ha golpeado sobremanera a la producción y rentabilidad de las empresas. Y con ello, surge el gran dilema: ¿Qué hacer ahora? Las preocupaciones son muchas, pero pocas las propuestas.

Esta es la misma inquietud que comparte el Ing. Luis Rivera; sin embargo, revela él que la solución está frente a nuestros ojos, aunque no todas las empresas están dispuestas a arriesgar o parecen no darse cuenta de ella: la digitalización; que, más que una técnica o herramienta, se trata de un complejo universo de tecnologías disruptivas capaces de tomar posesión de hasta el proceso menos significativo de la operación para agilizar procesos y disminuir costos.

“Los yacimientos minerales son pobres actualmente. Hace 20 años solíamos descubrir minas con una ley de 3% de cobre. Eso ya no existe más. Hoy, los yacimientos son profundos, de baja ley, con arsénico y antimonio, y cubiertos por depósitos glaciares. Así que para acceder a ellos es necesario contar con costos competitivos, y esto último solo se puede lograr si la operación es digitalizada y autónoma, en otras palabras, es moderna. No hay otra elección, ese es nuestro futuro”, reflexionó el vicepresidente ejecutivo de Gold Fields para Las Américas, durante una presentación en el conversatorio “Una nueva mirada a la minería digital: Desafíos Perú – Chile”, organizado por la Cámara de Comercio Peruano-Chilena.

Efectivamente, hacer minería en cualquier parte del mundo es sinónimo de invertir y mucho. Y tal como explicó el curtido ejecutivo, la explotación de un yacimiento cuesta porque primero se debe extraer la roca estéril sin valor económico para luego llegar a la roca bruta que alberga el mineral a ser procesado en planta y vendido a otros países a precios exorbitantes. Pero los costos de hoy pueden ser ínfimos mañana con la aplicación de la digitalización de las operaciones mineras, dando pase a la automatización de áreas clave.

“El objetivo principal de la digitalización de la mina es reducir los costos, riesgos e impacto ambiental, y una de las mejores formas de lograrlo es con la utilización de equipos autónomos. Entonces, cuanto menos gente haya en las operaciones, las empresas podrán parar sus paredes, podrán tener rampas más angostas y sus camiones podrán viajar a mayores velocidades, con lo cual bajarán los costos de producción para acceder a mineral de más baja ley y proveer más metal”, sinceró el también expresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).

La conectividad es base para la digitalización

Mencionó, además, que la digitalización de las operaciones mineras depende también de la velocidad de la conectividad y de la red de fibra óptica. Con este tipo de tecnologías, se generan comunicaciones inmediatas a cortas o grandes distancias para mantener informados al personal sobre el estado de las instalaciones, equipos y trabajadores, y así tomar decisiones a tiempo ante cualquier situación que no haya sido prevista por la empresa.

“La minería de hoy debe ser moderna, es decir, implementada con lo mejor de la tecnología reciente, como por ejemplo la red 5G, para que la conectividad sea lo suficientemente rápida y la operación totalmente segura. Porque basta que haya algunos segundos de retraso en la comunicación para que los camiones choquen. Entonces, es una cuestión de vida o muerte”, explicó el Ing. Luis Rivera.