El proceso electoral 2011 se convirtió en el laboratorio para políticos, economistas y comunicadores que se lanzaron al ruedo. Nacionales e internacionales intervinieron en esta contienda electoral en Perú, país que para el mundo está de moda.

Los resultados pusieron en evidencia que los tantas veces mencionados ingentes recursos provenientes de la minería, ingresaron a la caja fiscal sin que buena parte de la población pueda percibir que haya llegado a sus hogares.

El plasma, los avances de una Tv HD, un metropolitano que no mejora el servicio urbano a la altura de sus necesidades o la reconstrucción millonaria de un nuevo estadio, pareciera ser la inversión social con la que se gastan aquellos recursos provenientes de la minería.

“Hay un problema de comunicación”, lamentó el presidente de la CONFIEP, Humberto Speziani. Fue reiterativo, tanto que pareciera que culpara a los asesores en comunicación con los que trabajaron los candidatos de sus preferencias. Al parecer no hay claridad en que las percepciones y motivaciones influyen mucho, pero no determinan.

¿Fue la decisión de los asesores no tratar temas de interés nacional? como ¿qué hacer con los recursos provenientes del gas y la minería?

El privilegio que el país cuente con recursos mineros en buena parte de su territorio lleva a que en algunos lugares grandes y medianos proyectos desplacen o inmiscuyan repentinamente a poblaciones, que no alcanzan a comprender la dimensión de los mismos. Ya sean los beneficios que trae o los riesgos que conlleva.

¿Cuánto apoyo a la integración reciben los ciudadanos en el país? El conocimiento no puede ser privilegio de unos cuantos y que discrimine al resto.

Nuevamente muy dividido Perú. Una fracción del pueblo quiere a Ollanta, otra fracción del pueblo quiere a Keiko. Quien obtenga el primer mandato del país tendrá el desafío de resolver los agudos conflictos que encontrará.

Mónica Belling Salas