El fin de las restricciones y su repercusión en el precio del petróleo

Tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea el final de las restricciones está representando un gran estímulo para la debilitada economía post-pandémica, ya que al relajarse las medidas preventivas y de contención para evitar la transmisión de la Covid-19 el regreso a la antigua normalidad parece más real y cercano, dejando constancia tanto en un incremento de la actividad económica como en un aumento en la cotización de los barriles de petróleo, tanto Brent como WTI.

Durante los últimos tiempos nos hemos habituado a recibir las decisiones del cartel de los países miembros de la OPEP que, escarmentados tras la estrepitosa caída en el precio del barril el pasado 2020 durante la crisis pandémica, juegan con la cantidad a extraer de petróleo para mantener el precio de este combustible que -pese a los grandes y rápidos avances de los últimos tiempos hacia una transición energética limpia y renovable- continúa siendo aún muy necesario para la actividad económica mundial, a pesar de las nefastas consecuencias para el medioambiente.

Cotización actual del petróleo

En el momento de redactar este artículo el barril de Brent cotiza en 69,01 dólares, y aunque desde mediados del pasado mes de febrero ha cotizado por encima de los sesenta dólares de manera continuada, no lo hacía por encima de este valor de forma sostenida desde el pasado enero de 2020.

Por otro lado, observando el precio del petróleo en Plus500 (WTI), vemos que en estos momentos se sitúa en 66,66 dólares, situándose en su punto mas alto desde mucho antes del comienzo de la pandemia.

Este repunte en los precios es atribuido, por algunos analistas, al desequilibrio entre la oferta y la demanda causada por la restricción de la oferta por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo -que anteriormente hemos comentado- así como a un aumento de la demanda en países como EEUU y China.

Factores que influyen en los precios del barril

Se prevé que la volatilidad en el precio del crudo continúe durante algún tiempo. Y hay que tener en cuenta que sobre la mesa se baraja la posibilidad de una reactivación del acuerdo nuclear de Irán. Esto le daría vía libre para reanudar sus exportaciones petrolíferas, aumentando el flujo de crudo que se sumaría al ya presente en la oferta mundial, lo cual también tendría su efecto en el precio del barril, algo que deben tener en cuenta quienes deseen operar con esta materia prima a través de, por ejemplo, derivados financieros como los CFDs que ofrecen las plataformas de trading online, con lo que mediante la predicción de los movimiento de los precios, en muy corto plazo incluso, es posible obtener rentabilidad en el caso de acertar con las alzas y bajas en el desplazamiento de éstos pero sin restar importancia al elevado riesgo que supone operar con esta clase de inversiones donde el apalancamiento y la volatilidad constituyen riesgos no aptos para principiantes.

Qué se puede esperar del comportamiento de los precios

Son varios los factores a tener en cuenta antes de decantarse hacia una previsión al alza o a la baja.

Mientras por un lado algunos analistas señalan hacia un aumento de los precios del crudo basándose en un incremento de la demanda de combustible durante la estación veraniega por parte de los aviones -la industria aeronáutica ya muestra signos visibles de recuperación en Europa y EEUU- y de los vehículos de conducción por carretera, a lo que se le suma la debilidad del dólar, no se puede obviar el hecho de que el actual aumento de los contagios por Covid-19 en Asia podría afectar a su demanda, ya que los casos de infección no paran de crecer en Taiwán, Vietnam, Tailandia y la India, lo que ha desembocado en la imposición de nuevas normas restrictivas en los desplazamientos. En India, esta situación ha provocado un recorte de las ventas de gasolina y gasóleo en aproximadamente un 20% a la refinería Indian Oil Corp.

Por otro lado, los traders no deberían perder de vista a China ya que el crecimiento económico que está experimentando hace que se espere un crecimiento del PIB del 7,4%, lo cual redundaría en un incremento del consumo de petróleo.