Tomás Baeza (ENGIE Impact)

ProActivo | Tomás Baeza, Senior Manager, Net Zero Fuels de ENGIE Impact, revela cómo la industria del hidrógeno verde avanza a gran velocidad y sin detenerse. Hasta ahora todo indica que es la opción sostenible ante  la necesidad de mayor energía, el reemplazo a los combustibles fósiles, en un escenario climático extremo. La meta global en la COP 26 hacia el 2050 ya está definida: cero emisiones de carbono.

Según un reciente estudio de la consultora ENGIE Impact realizado para H2 Perú, Asociación Peruana de Hidrógeno, los países del hemisferio norte son los más adelantados en la carrera por una economía con hidrógeno verde, ya cuentan con estrategias nacionales de hidrógeno disponible. En la Unión Europea además de contar con una estrategia europea, cuentan con programas de fomento  a la investigación y desarrollo para aplicaciones de producción y uso del hidrógeno. El estudio revela que Perú está en el top 5 de mejor potencial productor de hidrógeno de América Latina.

¿Qué es necesario para que los países se suban a esta nueva tecnología de energía limpia? “Internalizar el conocimiento, es un primer factor y clave”, afirma Tomás Baeza en entrevista con ProActivo.

El experto precisa que para que un país pueda avanzar rápido en la descarbonización de sus sectores productivos, los gobiernos -los ministerios y las agencias reguladoras- tienen que empezar a estudiar las brechas que hay que cubrir en la legislación, regulación y desarrollo tecnológico.

“Hay países que desarrollan su legislación y regulación de acuerdo al conocimiento empírico. Lo que ocurre, es que los proyectos se implementan, y avanzan en coordinación con el regulador ; generando y así información relevante para la regulación. Otra alternativa es primero fijar el marco regulatorio legislativo, para que luego avance la implementación de la tecnología”, señala.

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Baeza tiene amplia experiencia en el tema, ha sido funcionario del Gobierno en Chile (en la Corporación de Fomento a la Producción, CORFO), en temas de innovación energética y actualmente se desempeña en el sector privado. Con ese conocimiento indica que, en Latinoamérica, primero regulan y luego ese marco regulatorio permite el avance de la tecnología, aunque hay excepciones.

En la región, Chile lidera, por el momento, en hidrógeno verde, aunque en la COP 26, Argentina ha expresado su decisión por ingresar en esa carrera.

Hidrógeno ¿Químico o combustible?

Un aspecto relevante es incorporar al hidrógeno como combustible, dentro de la regulación, explica. Ello porque en la mayoría de países lo consideran un químico, cuando debiera entrar en la categoría de combustible y energético. “son los ministerios con competencia en energía y combustibles, los que tienen que empezar a regularlo”, afirma.

Hay una hoja de ruta necesaria para lograr que el hidrógeno verde tenga un espacio en la matriz energética. Por ejemploalgunos países deciden partir con legislación y proyectos que favorezca la inyección de hidrógeno en las redes de gas natural.

“Alemania empezó a probar tecnología, dicen que se puede llegar hasta un 18% de combinación de hidrógeno con gas natural, sin hacer mayores cambios en infraestructura”, comenta Baeza.

Además, los países pueden empezar fijando cuotas mucho más bajas, para testear paulatinamente los desafíos de infraestructura o equipamiento.

Por otro lado, pueden darse diversos casos de negocio; (a) la combinación de hidrógeno con gas natural o (b) la producción de hidrógeno con electricidad o (c) fomentar energías renovables en específico para la producción del hidrógeno, esta última combinación tiene como resultado al denominado: hidrógeno verde o hidrógeno renovable.

La zona territorial

Existen países que deciden establecer, en ciertas zonas territoriales, el fomento para el desarrollo del hidrógeno. “Allí de fondo la regulación tiene que ver con incentivos, con exigir ciertos componentes locales como lo hace Brasil, o Marruecos, que exigen que, del total de la construcción, un porcentaje deba darse con mano de obra local y con manufactura local”, revela.

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Los fomentos e incentivos permiten el desarrollo de los proyectos energéticos, ya sea solar o eólico, además de, facilitar que se desarrollen polos de desarrollo industrial en torno al nuevo energético. El hidrógeno tiene el potencial de ser el próximo combustible de exportación.

Un asunto técnico, al margen de la postura política

Para poder incluir este nuevo tipo de energía es importante fijarse metas. “Hace mucho sentido, para dar una señal fuerte al desarrollo del país a largo plazo”, precisa Baeza.

“Lo recomendable cuando se construyen estas hojas de ruta, es que sea transversal, y que sea consensuada en todos los sectores políticos y en todos los sectores económicos, con mirada de largo plazo. Es abierta para que todos pongan sus ideas y luego se van priorizando. Ya sea por inversión, por necesidad, por acción climática o por cumplimientos de las metas de desarrollo sostenible de Naciones Unidas”, subraya.

El experto subraya que incluso se puede invitar a gobiernos anteriores y a todos los sectores industriales para que se constituyan. “Eso le da una validez transversal y permite a la vez, que se mantenga en el tiempo. Si no, se cae en la trampa que nos pasa mucho en los países de Latinoamérica, de desarrollar una política que dura solamente el periodo del gobierno”, manifiesta.

Perú puede aprovechar el Hidrógeno

Para atender las oportunidades que tiene el Perú, con respecto al hidrógeno, se ha constituido recientemente H2 Perú, una asociación sin fines de lucro para representar el ecosistema del hidrógeno verde en el país e impulsar el desarrollo de esa energía sostenible, clave para una economía descarbonizada y que puede impulsar empleo y nuevas competencias.

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Sobre el tema energético en el país, el presidente de H2 Perú, Daniel Cámac, señala que son tres segmentos -transporte de grandes distancias, minería y energía- los elementos clave para generar valor hacia la carbono neutralidad.

“Perú, en términos de energía, desde la puesta en producción del gas de Camisea se ha transitado en el camino de reducción de emisiones, porque el gas natural ha reemplazado el uso del diésel, principalmente. Sin embargo, hay poca participación de las energías renovables no convencionales”, refiere Cámac

Por su parte, Baeza destaca que, según el estudio, las regiones norte y sur de Perú son los principales potenciales centros de producción gracias a sus recursos renovables. “Muchas de las zonas costeras tienen un potencial energético renovable increíble”, precisa.

En ese objetivo, hay que juntar qué sectores industriales van a tener mayor consumo y por otro lado, para que sea hidrógeno verde debe darse con energía renovable. “Perú es privilegiado, tanto con energía eólica como con la solar. Los departamentos que mayor radiación tienen son Tacna, Moquegua y Arequipa. Y desde el punto de vista eólico: Piura, Arequipa e Ica”, destaca el experto.

Finalmente, Tomás Baeza, Senior Manager, Net Zero Fuels de ENGIE Impact puntualiza que Perú tiene la ventaja de tener una infraestructura de gas existente, la cual que se podría usar para hidrógeno verde. En ciertas situaciones, soluciones de blending con gas natural e hidrogeno verde podrían facilitar la transición hacia un hidrógeno cero emisiones, en el mediano y largo plazo.