Por: Gustavo Adrianzén (Socio de Auditoría y Assurance de Deloitte Perú)
El año 2020 cierra con todos los desafíos que representa recuperar nuestra economía. En el caso del sector minero, ya el último trimestre muestra señales claras de recuperación. Según el Boletín Estadístico Minero edición N°10-2020 del Ministerio de Energía y Minas, los volúmenes de la producción del mes de octubre aumentaron en todos los metales (cobre +20.5%, oro +5.9%, zinc +6.5%, hierro +6.6% y molibdeno +1.7%) y se observó un aumentó también en la cantidad de empleos en el sector (+5.9%).
De cara a 2021, el sector minero será una pieza clave en la recuperación. Según el Marco Macroeconómico Multianual del Ministerio de Economía y Finanzas, se espera que el PBI minero metálico tenga una variación positiva del 15.1%, y según el reporte de Panorama actual y proyecciones macroeconómicas 2020-2022 del Banco Central de Reserva del Perú se estima un crecimiento del 14.4%. Este crecimiento debe estar acompañado, claro está, del desarrollo de proyectos mineros que generan empleo y permiten ampliar la producción del país.
En ese sentido, la cartera de proyectos del Ministerio de Energía y Minas cuenta con 3 proyectos que iniciaron construcción en 2018, Mina Justa (US$1,600 millones),Quellaveco (US$5,300 millones) y Ampliación Toromocho (US$1,355 millones),que continuarán su desarrollo en 2021. Asimismo, en 2021 se estima el inicio de la construcción de 7 proyectos, Ampliación Shouxin (US$140 millones),Chalcobamba Fase I (US$130 millones),Pampacancha (US$70 millones),Corani (US$579 millones),Yanacocha Sulfuros (US$2,100 millones),Optimización Inmaculada (US$136 millones) y San Gabriel (US$422 millones),los que tuvieron que reprogramar su inicio de construcción debido al COVID-19.
No obstante, lo dicho, es necesario considerar que existen una serie de variables externas que podrían impactar las previsiones de crecimiento. Desde la posibilidad de un nuevo rebrote de COVID-19 hasta la aparición (o retorno en algunos casos) de nuevos conflictos sociales, es necesario trabajar en medidas que permitan asegurar la viabilidad de estos proyectos. En ese sentido, adicionalmente a las medidas actuales que se están tomando para controlar la pandemia, y los impactos económicos de la misma, es necesario retomar la mirada hacia aquellos temas que históricamente han dilatado el desarrollo de los proyectos: permisología y confianza de las comunidades.
Las últimas modificaciones a los reglamentos de exploración y procedimientos tendrán un efecto positivo que podrá observarse solo a mediano plazo. En el otro aspecto, lo vivido en el 2020 ha permitido demostrar como las empresas mineras son verdaderos miembros de las comunidades en las que participan, colaborando para dar soporte técnico y ayuda económica en el control de la pandemia; sin embargo, sigue siendo necesario llegar de manera más efectiva a la población, un ejemplo de ello sería el establecimiento de mecanismos que garanticen que los recursos generados por la minera (canon) sean usados de manera efectiva en beneficio de la población, situación que escapa de las empresas mineras e involucra al Estado.
Finalmente, incentivar los proyectos de exploración es un tema clave para el futuro de la industria y del país, en el 2020 nuevamente se observa una disminución en los niveles de inversión en proyectos de exploración; asimismo, no se observa ningún gran proyecto de desarrollo para los próximos años. Estando Tía María aun en una situación incierta, se hace prioritario superar aquellos factores que desincentivan la inversión y trabajar con prontitud en medidas que permitan dar un cambio a las estadísticas de inversión.
Fuente: Gestión