Víctor Gobitz

ProActivo | Víctor Gobitz, presidente y gerente General de Compañía Minera Antamina, conversa con ProActivo sobre temas de coyuntura. Trata sobre las lecciones luego de los sucesos en Aquia, y acerca de la reunión en Palacio de Gobierno a la que asistió junto a otros representantes de mineras y gremios del sector. Da su opinión sobre las grandes posibilidades que el Perú tiene pese a la intrincada coyuntura que atraviesa.

Por Mónica Belling

Vivimos un clima altamente intenso por la inestabilidad política, social y la conflictividad. Los pedidos de cambios en la tributación minera quedaron detenidos. Este 2021 ha sido un año bastante complicado ¿Qué podría decir sobre este desarrollo y esta reflexión que empieza a verse de parte del gobierno?

Haciendo un balance del 2021, en el frente externo, lo positivo ha sido un mercado de metales al alza y una demanda muy importante. Pero, por otro lado, todavía ha sido un año donde todo el mundo ha estado saliendo de la crisis sanitaria y hemos visto una restricción significativa en la logística, que es tan importante para los insumos que requiere la industria, así como para la exportación.

Hablando del frente interno, tengo que destacar que el avance logrado en vacunación ha sido notable en el 2021 y eso también permite una reactivación económica.

El lado no positivo ha sido la conflictividad social que de alguna manera se asocia también a que la población está saliendo de la crisis sanitaria, que ha traído una crisis social y económica. Ahí nos ha faltado diálogo.

Todos tenemos que hacer la reflexión que nuestras controversias y diferencias, tenemos que resolverlas bajo mecanismos ágiles y efectivos, pero no violentos. Bloquear una carretera es atentar contra el derecho al empleo y al libre tránsito de otras personas y tenemos que desterrarlo. No es la manera de resolver controversias.

En eso, diría que el Gobierno está tomando conciencia que el camino, es el diálogo sin violencia, sin coacción y sin coerción. Se ha logrado en algunas localidades, lamentablemente no se ha logrado en Las Bambas, pero hacemos votos para que se logre. Porque más allá de quién es el accionista en Las Bambas, el impacto es muy negativo para todo el país.

La economía del país tiene una gran correlación con la industria minera, que es más del 10% del PBI del Perú y es más del 60% de las exportaciones del Perú.

A propósito de los bloqueos, también Antamina ha sido víctima de ello, lo cual llevó a una paralización, ¿cuáles son las reflexiones luego de esta circunstancia?

En el caso de Antamina, tengo que destacar la decisión de trabajar conjuntamente en una mesa de diálogo, enfocada en el desarrollo del territorio, en el cual ha participado el ministerio de Energía y Minas, el de Cultura y la PCM. Esa conjunción del gobierno, con la participación de la empresa y de la comunidad campesina ha logrado crear este espacio de diálogo.

El diálogo ha sido la solución, pasamos la parte crítica, creo que era importante y logramos restablecer las operaciones. No hemos dialogado con las carreteras tomadas, nos hemos sentado a dialogar cuando las carreteras estaban liberadas.

En Áncash, como consecuencia de los 20 años de operación de Antamina, se han generado fondos públicos muy significativos. Es decir, vía canon minero, se transfirieron cifras muy importantes, pero no están siendo reflejadas en un cierre de brechas.

La población, al no ver esto, piensa que la solución es recurrir a la empresa minera, tratar de que se haga responsable de eso. Sí estamos de acuerdo en que podemos ayudar a esa solución, a ese cierre de brechas, pero no a través de la violencia.

Estamos trabajando en crear un concepto de desarrollo del territorio como un esfuerzo público y privado. En el caso de Áncash, tenemos los fondos públicos, tenemos cifras muy importantes en el gobierno regional y en el territorio como consecuencia del canon y lo que necesitamos es tener planes de desarrollo y proyectos que conduzcan a ese cierre de brechas. No podemos hacer las cosas al revés. Es decir, más dinero, más tributos. Por ahí no es el camino.

El problema del país no está en los números macroeconómicos. Está en lograr articular esa robustez macroeconómica y convertirla en los territorios más remotos, en bienestar para la población.

Usted ha destacado en las gestiones donde ha intervenido. ¿Tendría la disposición de participar en una serie de propuestas que se están dando para ayudar justamente, a lograr mecanismos de gestión óptima?

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Sí. Ayer (viernes 17) tuvimos la oportunidad de estar en el despacho del presidente de la República a nivel gremial. Estuvo la Sociedad Nacional de Minería, el Instituto de Ingeniero de Minas y varias empresas mineras. Esa es la disposición que tenemos. La industria minera conoce los territorios altoandinos, ha desarrollado una logística multimodal, vía aérea y vía férrea. Eventualmente avanzó en carreteras, y en el caso de Antamina, el concentraducto.

Hay un sistema multimodal, que nos permite intervenir y por lo tanto, ese conocimiento lo debiéramos poner al servicio de planificar el desarrollo de los territorios, porque son remotos y de baja densidad demográfica, pero que eventualmente tienen diferentes potenciales productivos que hay que conectarlos con el mercado.

Tenemos que lograr llevar a esos territorios, conectividad a Internet; y mejores servicios de agua, salud y educación. Ese es el camino.

Recientemente el IIMP, a propósito de los 78 años, entidad que también preside, convocó a los past presidents. Raúl Benavides, uno de ellos, manifestó la necesidad de una agencia de desarrollo para cada región. ¿Qué diría al respecto?

Sí, en efecto. Está claro que necesitamos construir institucionalidad, un espacio, una entidad en la cual se deposite el conocimiento que se vaya adquiriendo a lo largo del tiempo. Estas agencias de desarrollo, lo que tiene que lograr es convocar primero a la población para que juntos, bajo consenso se logre planificar. “¿Dónde quiero estar en 10 años? ¿Dónde quiero estar en 20 – 30 años? ¿Cuáles son mis potencialidades para tener actividades productivas, no necesariamente vinculadas a la minería?”.

A partir de esa reflexión, se tendrá que ejecutar proyectos; y la ventaja del país, es que tenemos una ventana de oportunidad: Tenemos los recursos que se generan por la actividad minera. Así se da ese conjunto de planificación y ejecución ordenada de proyectos.

En resumen, la agencia de desarrollo es un concepto que permitiría aglutinar toda esa experiencia, que perdure en el tiempo y no dependa de la elección de cada cuatro años de la autoridad política o de cada dos años, de la autoridad comunal. Allí está el conocimiento que no se perdería.

A propósito, Antamina cumple 20 años, ¿Cuánto de aporte le ha dado al país y cuál diría que ha sido el desafío que no se logró respecto a estos aportes?

Hace 20 años, casi con el inicio de operaciones de Antamina, el Perú tomó la decisión, a través del Congreso, de crear el concepto de regionalización; además, se decidió transferir fondos públicos a las regiones. En este caso, en términos generales, casi el 50% de los impuestos a la renta que paga la industria.

Si uno mira la estadística, la región Áncash es la que más recursos ha recibido. Justamente por los buenos resultados que ha tenido Antamina en los últimos 20 años. Si uno mira con lupa esos números, ahí aparecen dos puntos de atención.

Primero, la distribución del canon minero. Tiene dos criterios, privilegia la ubicación del yacimiento, en términos de ubicación política. El distrito donde está el yacimiento es el que recibe un número bastante mayor que otras partes del territorio; el segundo criterio de valoración para la distribución del canon minero, es la densidad poblacional.

Entonces, si uno mira Áncash, uno ve el distrito de San Marcos que recibe unas cifras verdaderamente significativas para la dimensión poblacional. Pero, por otro lado, mira Chimbote, Nuevo Chimbote, poblaciones que realmente como sabemos, no tienen ninguna relación con la actividad minera, más bien con la actividad siderúrgica y pesquera. Están totalmente fuera del área de influencia.

El impacto ha sido significativo en la región, aunque la distribución a nivel provincial – distrital, no es la óptima. Por otro lado, los distritos que no han recibido canon o que las cifras son menores, sí pueden postular y formular proyectos. De manera tal, que los fondos que están en el gobierno regional, se usen. Esa parte también ha fallado.

Por eso la agencia de desarrollo, porque además será una cantera donde se van a formar las futuras autoridades y tendrán claro cómo planifico y cómo ejecuto proyectos; y cómo logro acceder a estos fondos que existen. Caso contrario, esos fondos regresan al Estado y finalmente la población termina viendo que alrededor del desarrollo minero, no ha habido progreso para ellos.

Luego de 20 años de regionalización, hay que mejorar. Cambiar la distribución del canon minero va ser muy difícil pero lo que sí se puede hacer con el concepto de la agencia de desarrollo, es lograr de que todas las autoridades conozcan cuántos fondos existen en la región y cómo debo formular mis proyectos para lograr acceder a esos fondos y usarlos en el cierre de brechas.

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Creo que eso es fundamental en Áncash y debería ser un ejemplo para que pase lo mismo en regiones mineras muy importantes como Apurímac, Moquegua, Tacna, Arequipa y Cajamarca. Ese debe ser un modelo de desarrollo que logre finalmente construir institucionalidad.

Al final, lo que queremos es eso, que, a nivel local, provincial y regional, tengamos autoridades como en el Banco Central de Reserva, ministerio de Economía y Finanzas; y en la SUNAT. Con cargos a los que se acceda por meritocracia, bien remunerado y que todos nos sintamos satisfechos de que estamos delegando en estos funcionarios el uso de los fondos públicos de manera correcta.

Con respecto a Antamina propiamente dicha, en su tiempo de vida. ¿Cuál es la marcha de sus operaciones? ¿Qué tiempo más puede acompañarnos?

Si, es una información dinámica. Es un yacimiento muy grande, de clase mundial. Hemos cumplido 20 años de operaciones, estamos en pleno desarrollo de ingeniería para optimizar las operaciones y de extender de manera mucho mayor la visibilidad de reservas. Por ahora es la información que puedo compartir contigo, pero como repito, queremos que nuevamente, lograr que ese plan de desarrollo de Antamina, que es de largo plazo, se engrane con el plan de desarrollo de todo el territorio.

Si uno mira en los primeros 20 años, uno se da cuenta, sí hemos hecho lo correcto a nivel operativo, a nivel ambiental, a nivel laboral. Hemos sido un principal contribuyente al Estado, pero esos fondos que han llevado al territorio vía canon minero, no se han empleado de la mejor manera. Algo distinto tenemos que hacer en adelante.

Eso es lo que queremos construir para que se pueda informar en paralelo. No se trata de hablar solamente de nosotros: “Antamina quiere producir más, quiere ampliar la vida”, sino en paralelo, tiene que ser una visión compartida donde también, las personas que están en el territorio vean que lo que está planeando Antamina hacia el futuro, tiene también relación con ellos. En eso estamos trabajando, para hacer un anuncio conjunto.

En esta reunión con el presidente de la República que han tenido. ¿Cuáles han sido las reflexiones de lo que está viviendo en este momento el país? ¿Lo que está atravesando Las Bambas y cómo va a impactar a la población regional y nacional?

Primero tengo que decir que fue una reunión muy cordial y sí, se abordó el tema de Las Bambas, haciendo dos reflexiones: conflictividad y el intento de mayor presión tributaria (aún vigente, del ministerio de Economía, que va a restar conflictividad al sector).

Le decíamos al presidente cuánto hemos perdido a consecuencia de la conflictividad. Y esa pérdida de producción que ya no se va a lograr este año por la conflictividad ocurrida en varias operaciones, es mucho mayor del monto objetivo del ministro de Economía y Finanzas.

Está claro que, más allá de tener más impuestos, tenemos que resolver las causas raíz. Si no hubiéramos tenido conflictividad, el país, el erario (nacional) hubiese recibido más dinero que el objetivo actual del ministro. Primer punto.

Lo segundo es, el Perú tiene una posición excepcional, tiene un portafolio de proyectos que le permitiría invertir en la próxima década 60 mil millones de dólares. Y el tamaño de la contribución fiscal por minería se duplicaría.

Si resolvemos la conflictividad y generamos un círculo virtuoso. Dicho en términos coloquiales, la ‘torta’ es el doble del tamaño.

Al resolver la conflictividad, le doy competitividad y pongo en valor este portafolio de proyectos, La dimensión de los proyectos crece y el tema central, es justamente lo que hemos hablado: Tenemos que trabajar juntos, sector público y privado, para que esos fondos públicos se usen de manera eficaz y eficiente.

Caso contrario, se genera la conflictividad porque la población no ve el bienestar y lamentablemente, hay personas, hay abogados que se han especializado, han creado una suerte de ‘franquicia’ alrededor de los conflictos y claro, subyace la falta de bienestar en la población que está en los entornos y que no ven desarrollo.

Eso ha sido lo que hemos conversado con el presidente. Ha sido muy cordial, nos ha escuchado con atención, nos ha dicho que va a tomar especial atención en el tema de Las Bambas. Además, ha quedado abierta la posibilidad de tener más reuniones de manera más frecuente para que el sector minero, que opera en zonas remotas, en un esfuerzo público-privado, pueda ayudar al cierre de brechas.

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Diría que el país está viviendo un momento de quiebre. ¿O bajar todos sus niveles de calificación y por ende, en su renta? ¿O poder dar un gran salgo importante para ser, como lo fue en su momento Australia, Canadá o el propio Estados Unidos que crecieron a partir de su minería?

No tengo la menor duda de eso, estamos entrando un poquito al terreno político. Yo creo que tenemos que lograr eliminar la polarización política y buscar los puntos comunes.

Si ponemos el esfuerzo y nuestra experiencia en encontrar los puntos comunes y buscamos no polarizar, no ganarle al rival, ni tomar ventajas o seguir con las revanchas. Si tenemos la capacidad de elevarnos de esa discusión, el potencial del país está ahí. El grueso de la población está pidiendo eso y tenemos que mirar hacia adelante, si logramos eso como bien dices, esta crisis va a ser un punto de quiebre, pero en positivo. De llegar a encontrar y alcanzar un desarrollo que el pueblo lo requiere.

Lo segundo, el Perú, tiene una población joven, es una suerte de crédito demográfico. No somos Europa, no somos Japón. Todo lo contrario, tenemos la energía. Así como tenemos proyectos, tenemos una ubicación geográfica excepcional y tenemos juventud, con una posición macroeconómica muy robusta.

Regreso al tema de los impuestos. Queremos dialogar, se quiso imponer. Tiene que haber una discusión amplia. No se puede decir: “Yo tengo un informe que valida mi posición, pero el informe no te lo puedo enseñar”. No es la manera, no creemos que sea la manera, no son las formas de resolver o de abordar este tema.

Respecto al desarrollo de las empresas mineras que en los últimos meses han ido evaluando su condición de nuevas inversiones, planes de desarrollo. ¿Al interior del gremio minero han visto cómo superar esta situación? ¿De repente están a la espera de algo?

Sí, hemos conversado largo y claro. En algunos casos, se ha podido restablecer el orden mediante el diálogo. En otros casos se ha tenido que hacer uso de la fuerza del orden.

Claramente lo que necesitamos es que haya un discurso político de parte del poder Ejecutivo que ha sido electo, pero también acompañado por ese mismo discurso por el sector privado, en el sentido de que estamos trabajando y queremos trabajar juntos en el desarrollo del territorio. Eso requiere encontrar puntos comunes, sentarnos a dialogar en un ambiente de respeto mutuo; y el respeto mutuo no es a través de la coerción, no es a través del cierre de las carreteras.

Ese discurso conjunto es clave para que todos entendamos cuál va a ser la forma en que vamos a resolver nuestras controversias y que claramente, si ante ese ‘último llamado’, no hay intención de diálogo, tenemos que restablecer el orden público.

Somos 33 millones de peruanos, por atender una agenda -seguramente con base genuina- pero una minoría está imponiendo una agenda que pone en riesgo a todo el país. Es algo que tenemos que evitar y condenar.

¿Los gremios están unidos para poder, justamente, presentar en conjunto estos reclamos, estas exigencias de diálogo, antes de dar normas?

Sí estamos unidos. Estamos proponiendo este trabajo público y privado, que la población entienda que estamos en el mismo sentido trabajando y que permita aislar estos grupos que existen. Este grupo minoritario, muy polarizado, pretende obtener beneficios vía la coerción. Eso es algo inaceptable.

Pero tenemos que lograr un consenso en que ese discurso sea muy visible, muy amplio y que sea un discurso público y privado.

La Academia, ¿Qué rol cumple aquí?

Creo que la Academia es también un espacio, un depositario de conocimiento. Uno podría pensar ¿Por qué no este concepto de la agencia de desarrollo debería estar acompañado por la Academia? Es una institución, una identidad que tiene larga vida, larga tradición y sería un espacio ideal, donde podamos depositar el conocimiento, que va a ser dinámico, pero que va a ser finalmente, parte del acervo que nos genera institucionalidad.

Es un buen punto, yo creo que también tiene que ser parte, porque es ahí, ese conocimiento se transmite a las siguientes generaciones y tiene que ser a través de la Academia.