Iván Merino, ministro de Energía y Minas

ProActivo | El ministro de Energía y Minas, Iván Merino Aguirre concedió una entrevista exclusiva para ProActivo, la primera en el cargo. Las primeras reuniones fueron con una serie de sindicatos, luego con diversos gremios del sector, con diplomáticos y con autoridades locales del país. Con una visión integral, bajo la lógica andina – amazónica, el plan de trabajo que marcará su gestión tiene como eje, la rentabilidad social. El equipo técnico que lo acompaña, refirió, está constituido por profesionales de clase media y que son de primer nivel, el cual está comprometido con promover las inversiones mineras.

Por Mónica Belling 

¿Cómo desacelerar la conflictividad en el país, en torno a los proyectos de su sector?

Las diferencias de opiniones siempre van a existir. El punto es cómo lograr algo poniéndose de acuerdo. No necesariamente todos tenemos que pensar igual y cada uno tiene sus intereses.

El objetivo es lograr consensos básicos para estar primero en función del país, de allí viene el criterio de rentabilidad social; y que las empresas mineras se dediquen a hacer lo que tienen que hacer: hacer minería y generar sus utilidades.

Son empresas no son beneficencias. Como toda empresa seria, tienen su flujo de caja y para ello necesitan que se cumpla el escenario que se diseñó para ello.

Y ese es un escenario plano, con reglas claras que le permita ejecutar lo que planificó y tener su rentabilidad que planificó. Nosotros como Estado necesitamos que esa empresa pague sus impuestos, que traiga más flujo económico al país, que pague y tenga una relación con sus trabajadores de acuerdo a la OIT. No le pedimos más ni menos.

Lo óptimo sería que también que pague de acuerdo a su productividad, que permita el acceso a los trabajadores a puestos de relevancia real, con capacidad de ejecución real, toma de decisión real y que respete la cultura de los pueblos.

Mucho de los conflictos, son porque, no sólo las empresas sino el mismo Estado, a veces se introduce en el escenario y trata de imponer sus criterios, de vivencia o de conducta a la población que está allí y esto genera una ola de reacciones.

Si más aun, no respetas las normas locales y cometes otras acciones, eso va a generar problemas.

Hemos recibido un escenario caótico, lleno de conflictos internos y externos. Con poca transparencia, en muchos casos en ítems y en áreas relacionadas con el Estado. Primero tenemos que poner orden.

No nos interesa la vida personal de los actores, sino que cumplan su labor y los criterios que son: manejo transparente de la cosa pública.

Con respecto a la rentabilidad social ¿puede sintetizar este concepto?

La rentabilidad social es un conjunto de criterios, que es superior a la licencia social, que es: “simplemente bien, te dejo que ingreses a mi casa y trabaja”.

La rentabilidad social asume varios puntos que no solamente tienen que ver con el poblador del área de influencia del proyecto, sino con la sociedad en general.

¿Puede explicar?

Cuando un proyecto ingresa, sea minero o de hidrocarburos, cualquier tipo de proyecto extractivo, inclusive uno industrial, se tiene que mejorar la balanza comercial y la balanza de pagos. Eso puede incluir el ingreso de nuevos capitales. Allí ya tienes un check y es el primer punto. Al interior hay varias interrogantes que si son positivas van bien.

Otro punto es el tema laboral.

Si todo el componente laboral que traes, está de acuerdo a su productividad y se trata de acuerdo a las normas de la OIT que Perú ha firmado y es parte. ¡Excelente!

Y si de paso capacitas y les permites a los locales, sea proyecto nacional o regional o chiquito, participar en la toma de decisiones; allí se está ampliando sus capacidades, tienes un check.

Si además nos traes procesos novedosos, más limpios y más eficientes, y de paso a la gente no le pones trabas al acceso de ese conocimiento, más bien las trasladas y otras empresas copian y usan tus procesos que son más interesantes, que generan economías a escala, tienes otro check. Esa es una transferencia tecnológica. Si traes buenas prácticas de otros lados, allí logran un punto.

Otro es lo que respecta a infraestructura.

Si generas nueva y buena infraestructura, que no se sature y que más bien genere descongestionamientos, ¡excelente!

Porque de nada nos sirve, por ejemplo, tener una autopista de cuatro carriles si es que la vas a llenar de 20 mil camiones. O tener la mejor autopista, pero con un peaje prohibitivo para la gente que vive en los alrededores.

Esa infraestructura debe evitar el congestionamiento y debe estar al acceso de la mayoría. Si traes eso, tienes otro check.

Están también los temas culturales, a los que la gente no le da mucho peso.

Si tu intervención en vez de generar distorsiones en los grupos humanos al tener unos beneficiarios frente a otros excluidos, favorece a la cultura local, la gente está más orgullosa de lo que es, de vestirse como lo que es, hablar el idioma materno. Fortalecer su cultura, apoyar a su movimiento cultural, culinario, artístico y otros. ¡Qué mejor! Allí tienes otro check.

Y si en cuanto al medio ambiente, tu intervención no solo la mantienes, sino que la mejoras con tus buenas prácticas, tienes otro check.

¿Habrá algún formato o documento guía sobre la Rentabilidad Social?

Esto vamos a publicarlo para que todo mundo esté enterado.

De tal manera que si la empresa tiene estos ítems positivos, si los cumple, no solo vamos a aceptarle, sino que vamos a promocionarle y le daremos incentivos.

¿Cómo cuáles?

Hay diversos tipos de incentivos. Quizá en manejo de impuestos (en términos contables), se está evaluando.

A la fecha, el Estado no ha estado presente y ha tenido una política de dejar hacer.

¿Qué genera eso? Muchos inconvenientes y un montón de normas yuxtapuestas de diversos sectores.

Un incentivo es que nosotros pongamos orden en todas las normas; y hagamos que los trámites sean mucho más rápidos.

Así, si un proyecto cumple la rentabilidad social, el Estado lo toma como un ejemplo y hará todo lo posible para que ese proyecto no tenga las limitaciones burocráticas que cualquier proyecto normal tiene.

¿Serán reducidas las demoras en permisos y licencias?

Al proyecto que cumpla con todo esto (lo arriba mencionado) lo vamos a acompañar. Si cumple con todo lo necesario, tiene que tener su licencia lo más rápido posible.

En la actualidad aquí hay muchos proyectos que por tradición se demoran un montón de tiempo y eso no debe suceder.

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Sí, en efecto, hay problemas burocráticos.

Después tenemos que avanzar en hacer perfectibles esas normas.

En el camino, la propia comunidad o autoridades piden una obra que no está contemplada por la empresa, como puentes o vías ¿Qué sucederá?

No eso ya no. Y eso pasa cuando no hay un enfoque territorial. Cuando hay un enfoque territorial se analiza todo el escenario.

Ya no será que para cada pueblo va a tener su universidad, ni cada pueblo con los fondos, va a refaccionar 20 veces su Plaza Armas.

Se tiene un fondo “x” para todo el territorio “z” considerando cuántas comunidades tiene; y en conjunto se ve cuáles son las necesidades concretas de todo ese territorio y de esa población.