Guillermo Vidalón, superintendente de Relaciones Públicas de Southern Peru Copper Corporation

ProActivo

La ecoeficiencia en el sector minero exige cambios en asuntos técnicos y sociales. “Tenemos que competir en lo tecnológico e incorporar tecnología de punta, incluyendo a todos los proveedores. Considerando también un menor impacto en el ambiente, cómo producimos mejor y cómo tenemos mayor rentabilidad”, anotó el superintendente de Relaciones Públicas de Southern Peru Copper Corporation (SPCC), Guillermo Vidalón del Pino.

En ese sentido, el ejecutivo precisó que urge cambiar de visión no solo desde el punto de vista operacional, sino de “cómo hacer para manejar mejor los temas sociales en torno a una operación minera”.

Al respecto comentó que este trabajo, en particular en el Perú, es muy complejo, porque el país tiene 47 lenguas que se hablan en el país y que expresan 47 culturas, “con visiones de desarrollo muchas veces contrapuestas”.

Somos complementarios

El ejecutivo expresó que la minería es una actividad complementaria en el proceso de desarrollo del país. “No nos olvidemos que generamos más del 60% de las exportaciones. Casi el 20% de los ingresos del Estado, y con lo cual se financia el desarrollo en educación, infraestructura, salud, etc”, fundamentó.

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Respecto al aporte en cifras macroeconómicas, destacó que Southern Perú, a través de su mina Toquepala, aporta el 78% del PBI de la región Tacna, y por la de Cuajone más del 80% del PBI en Moquegua.

Con ampliación de Cuajone se minimizó daños de El Niño

Vidalón remarcó que con la ampliación de Cuajone en 1999 y con el desarrollo del vaso regulador de agua del río Torata, desviando su cauce en 8 kilómetros, la mina se potenció económicamente y hubo una mayor rentabilidad.

“Al mismo tiempo se redujeron los impactos en la agricultura por el Fenómeno El Niño, que destrozaba su precaria infraestructura. Con esa obra, ahora ya no hay problemas cuando se registra ese fenómeno, las zonas agrícolas no sufren mayor impacto”, recalcó.

El ejecutivo manifestó que la presencia de la actividad minera en las zonas altoandinas, no es solo garantía de inversión, sino también de desarrollo y posibilidad de mejora de vida entre la gente del entorno.

“En Moquegua nos metimos en el tema educativo para que la población comprenda la oportunidad económica que representamos. Si la población no está informada de esto, es más difícil que la minería genere esa visión de desarrollo social”, subrayó.

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Aseguró que la gran desconfianza social existente en torno a la minería resulta muy paradójica, pues las zonas en donde opera son las que tienen un mayor índice de desarrollo humano, “y eso es mayor esperanza de vida y mejor educación”.

“Ilo es la segunda provincia con mayor Índice de Desarrollo Humano en el país, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo; la tercera es la provincia de Jorge Basadre, en donde está la mina Toquepala, y luego Mariscal Nieto, con la mina Cuajone”, detalló.

Asimismo, manifestó que no es casualidad que Moquegua tenga los más altos índices de comprensión lectora y de conocimiento en matemáticas, factor que es clave para que un poblador se dé cuenta sobre la oportunidad económica que representa la minería.

Generar entorno económico adecuado

En declaraciones a ProActivo, Vidalón señaló que para lograr ese objetivo es menester lograr una mayor ecoeficiencia en las operaciones y en el razonamiento social sobre el entorno de las operaciones mineras.

“Hay que dialogar con las personas, dar mensajes de que somos una actividad complementaria y no invasiva. Hay que fortalecer el desarrollo productivo y la rentabilidad de las operaciones, no necesariamente mineras, sino las actividades económicas del entorno, porque eso genera beneficios a la población”, acotó.

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Refirió que cuando la población se da cuenta que la industria trae profesionales para el desarrollo agrario, ganadero, educativo y de salud, se empieza a generar un entrelazamiento social, y a comunicar que con el sector minero se pueden aprovechar mejores oportunidades de vida.

“Hay que generar un entorno económico adecuado, eso es lo que la población comienza a valorar y empieza a ver a la minería como un socio en su proceso de desarrollo. Yo creo que por allí va el cambio”, apuntó.

Las declaraciones fueron brindadas en el marco del desayuno de trabajo “Hacía una Minería Ecoeficiente”, organizado por Holding Andes Mining Group y la Cámara de Comercio Peruano Chilena.

DATOS:

Southern Perú Copper, del Grupo México, planea invertir 8.000 millones de dólares en los próximos cinco años.

Se trata de la ampliación del proyecto de cobre Cuajone (Moquegua), los proyectos Los Chancas (Apurímac), Michiquillay (Cajamarca); la nueva fundición de Ilo (Moquegua), Tía María (Arequipa). La empresa informó también que la planta de producción de Toquepala empezó a trabajar con la segunda concentradora que duplica su producción de cobre, y cuya inversión demandó 1,400 millones de dólares.