S. Mateo, Poza grande 2

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Smallvill S.A.C. una empresa promotora de una técnica de extracción de oro del subsuelo que podría revolucionar la vieja tradición del mercado local y su nociva dependencia del mercurio asumió el reto de recuperar territorio azotado por la minería ilegal: la zona de Imaza del valle de Utcubamba.

Imaza, Bagua, guarda en su territorio un universo natural majestuoso en con sitios turísticos de gran acogida como la catarata de Nazareth, con una caída de 18 metros y aguas templadas de 20 grados centígrados.

No obstante, a pesar de la rica biodiversidad, comunidades nativas de Imaza como San Mateo y Chipe sufren las pasivos de la minería ilegal como la contaminación fluvial, la alteración de la atmósfera y la muerte de flora y fauna. En ese contexto, Carlos Villachica, ingeniero innovador, se ha propuesto a poner en marcha una minería responsable y reestructuradora mediante su empresa Smallvill y su tecnología patentada.

Por ejemplo, en 2013 tres grupos de mineros ilegales explotaron oro de Imaza, en la zona del poblado de la Comunidad Nativa San Mateo, utilizando dragas y mercurio. Como resultado dejaron 10,000 metros de excavaciones con 5 metros de profundidad, unos 30,600 metros cúbicos de pilas de piedra lavada, pozas de agua estancada, y terrenos contaminados con mercurio. Al respecto, Smallvill presentó en octubre un informe de los daños a la Sub Gerencia de Asuntos Indígenas de la Región Amazonas.

¿Cómo prescinde del mercurio?

Según narra Villachica, ingeniero metalúrgico, su método de extracción aurífera consta de tres etapas consecutivas: la separación magnética de alta intensidad con magnetos permanentes, la recuperación gravimétrica rápida del oro grueso, y la obtención del oro fino mediante la flotación.

“El aprovechamiento del magnetismo y el resto del procedimiento permiten lograr, con un 60 por ciento menos de esfuerzo humano, una recuperación superior al 20 por ciento de la tradicional técnica de la amalgamación; y por además, todo se opera manualmente con un motor que requiere apenas 300 vatios de electricidad”, explica.

Por supuesto, añade, al desechar por completo el uso del mercurio se reduce en gran medida el riesgo de contaminación hidrobiológica con lo que a corto plazo se reestablece el equilibrio ambiental.

A pesar de que Smallvill ya obtuvo el título formal de su concesión en la comunidad de San Mateo, en 1, 6 hectáreas del distrito de Imaza, afronta obstáculos que no le permiten iniciar la “extracción verde”.

El pasado 22 de noviembre, Smallvill se llevó la sorpresa de recibir la negativa de la comunidad de Chipe que -según Villachica- tiene predominio y poder de decisión sobre la de San Mateo- para suscribir el convenio final en Imaza y de este modo, empezar con la ejecución del proyecto.

Villachica refiere que  todo se trata de un preocupante malentendido por parte de los dirigentes originado por las “falaces advertencias” del congresista nacionalista Eduardo Nayap sobre el “carácter ilegal” de Smallvill.

No obstante, sostiene que la empresa demostró mediante informes técnicos enviados al gobierno de Amazonas que su proyecto, no solo es preservador de los bienes naturales, sino rentable para el mercado aurífero por la buena calidad del producto que se obtiene en menor tiempo

Definitivamente, la consigna es subsanar los daños producidos por el mercurio, e incluso ya tiene en manos un plan de desarrollo conjunto con los originarios para contratar sus servicios como operadores y asistentes.

Beneficio en cifras

El beneficio para los nativos es inminente pues los estimados económicos preliminares del Proyecto de Oro Ecológico San Mateo indican que el ingreso anual para la comunidad por hectárea sería 208 veces mayor que el actualmente obtenido por el cultivo de plátano. Lo que facilitaría la generación de proyectos empresariales por parte de los originarios, considerando que en Imaza se sitúa el puerto Imacita, zona de auge comercial entre el margen derecho del río marañón y el sector Tuyagkuwas.

Vale decir, según explica la empresa, la población indígena tendría que cultivar la tierra durante 208 años para lograr un ingreso similar.

Esto sin mencionar que San Mateo percibirá el equivalente a 27% de la producción aurífera convirtiéndose en un socio estratégico del proyecto. Por estas razones, Smallvill no claudicará en sus tratativas con la población para concretar su iniciativa.