Quienes participamos del Grupo de Diálogo Minería y Desarrollo Sostenible (GDMDS) espacio multiactor que reúne a líderes sociales, funcionarios del Estado y empresas, ONG, y analistas, ante el grave conflicto suscitado en la mina Las Bambas y su entorno, nos sentimos en la obligación de pronunciamos, invocando a las autoridades, nacionales, regionales y locales, a los directivos de la comunidad de Fuerabamba así como a la empresa (MMG Las Bambas), a perseverar en el camino del diálogo y la paz social con desarrollo, única vía para encontrar soluciones sostenibles al conflicto suscitado.
El ámbito geográfico en el que suele desarrollarse la actividad minera está signado por el atraso y el abandono secular. A los impactos y medidas de mitigación, ambientales y sociales, se superponen problemas de larga data y expectativas recientes donde confluyen mentalidades, brechas sociales y culturales, así como intereses de la más diversa índole.
Apostamos por un proceso que parta del reconocimiento de los derechos que asisten a las partes, y la igualdad ante la ley; los desacuerdos no se resuelven violando los derechos de los demás, ni por la vía del delito. Los derechos y su ejercicio efectivo están asociados a deberes indeclinables. La poca transparencia de algunos procedimientos y acuerdos no contribuye a generar un clima de confianza.
Lo inmediato es bajar la tensión para ir encontrando soluciones a los problemas de fondo. Lo mediato abrir un proceso que explicite las causas que contribuyen cíclicamente al surgimiento de conflictos similares en el ámbito donde se desarrolla la actividad minera, unido, tanto a un esfuerzo permanente de acompañamiento y capacitación por parte del Estado hacia las poblaciones y comunidades involucradas, como a la materialización efectiva del Adelanto Social, tan pregonado como incumplido, estableciendo mecanismos de seguimiento a los planes y acuerdos alcanzados. El Estado y la empresa tienen el deber ineludible de estar atentos a las demandas justificadas de la población y mantener abiertos los canales de diálogo.
Es momento que todos los actores involucrados hagan una autocrítica, revisando su actuación y desempeño social, a fin de transformar esta crisis en una oportunidad de desarrollo sostenible, con la participación activa de las comunidades, Estado y empresa, apuntando a construir una Visión Común. En esta hora difícil, nos sumamos a los llamados a prevenir y evitar acciones de violencia y pérdidas, humanas y materiales, preservando particularmente la integridad de mujeres, niños y niñas. Vemos con expectativa el espacio de mediación abierto por la Comisión Episcopal de Acción Social y la Defensoría del Pueblo, con la asistencia del presidente y dirigentes de la Comunidad de Fuerabamba, la empresa MMG y el Estado; hacemos votos porque prime el diálogo y se logren consensos.
Lima, 6 de abril del 2019