Mineral de cobre nativo

El mercado mundial de cobre refinado estará más o menos equilibrado entre la oferta y la demanda este año, antes de pasar a un importante superávit de oferta en 2022. Este es el pronóstico principal del Grupo Internacional de Estudios del Cobre (ICSG), que acaba de actualizar su evaluación semestral del panorama estadístico del mercado.

El pequeño déficit de oferta de este año, de 42.000 toneladas, se verá eclipsado por un superávit estimado de 328.000 toneladas en 2022, en gran parte gracias a una importante recuperación de la producción minera.

Esto encaja con el amplio consenso entre los analistas de que, tras varios años de estancamiento, la producción minera mundial volverá a crecer.

Dado que se espera que esto coincida con una desaceleración del crecimiento de la demanda, especialmente en China, no faltan los llamamientos para que el cobre renuncie a sus elevadas alturas por encima de los 9.000 dólares por tonelada, al menos durante un tiempo.

Pero la oferta de cobre tiene la costumbre de no cumplir las expectativas, y no todo el mundo está convencido.

Goldman Sachs mantiene su pronóstico de que el cobre de la Bolsa de Metales de Londres (LME) alcanzará los 10.500 dólares por tonelada a finales de este año.

Todo depende, según Goldman, de cuándo llegue realmente el muro de la oferta minera.

Vuelta al crecimiento de la producción

La producción mundial de las minas de cobre se ha estancado en gran medida en los últimos años, registrando un crecimiento marginal de sólo el 0,3% en 2020, según el ICSG.

Se prevé que se acelere al 2,1% este año y al 3,9% en 2022, gracias a una oleada de nuevos proyectos mineros.

Sólo dos grandes minas de cobre han entrado en producción en los últimos cuatro años, señala el Grupo, pero cinco grandes proyectos llegarán a finales del próximo año: Kamoa Kakula en la República Democrática del Congo, Quellaveco en Perú, Spence-SGO y Quebrada Blanca QB2 en Chile y Udokan en Rusia.

Ver también:  Roque Benavides: Perú es el país con más proyectos de cobre en el mundo, metal base contra el cambio climático (Exclusivo)

Junto con el aumento de la producción de chatarra, este incremento de las minas debería traducirse en un aumento similar de la producción de cobre refinado, superando el crecimiento de la demanda el próximo año.

No obstante, cabe señalar que el ICSG ha rebajado su previsión de producción minera para 2021 con respecto a su última reunión de abril, en la que esperaba un crecimiento del 3,5%.

Aunque la nueva capacidad ha comenzado a aumentar, el crecimiento se ha visto restringido por “una recuperación más lenta de lo esperado en la producción peruana, la reducción de la producción de SX-EW (extracción por solvente-electroobtención) en Chile, el cierre temporal de las minas de SX-EW en Myanmar, así como la disminución de las leyes de cabeza y los problemas operativos en algunas minas”, dijo el ICSG.

Parte del crecimiento de la oferta minera de este año se ha aplazado hasta el próximo y es muy posible que parte de la de 2022 se retrase, sobre todo si los nuevos proyectos tienen problemas de inicio.

Y el momento podría ser crítico.

Cobertura agotada

Goldman prevé que la mayor parte de la nueva oferta no llegará al mercado de metales refinados hasta la segunda mitad del próximo año.

Tres trimestres consecutivos de lo que denomina “estancamiento de la oferta” antes de esa fecha no serán suficientes para evitar que las existencias visibles caigan a mínimos históricos a finales de este año.

La nota de investigación, publicada el 8 de octubre, se titula “Pricing to Scarcity” (Fijación de precios a la escasez) y en ella Goldman no sólo mantiene sus elevadas previsiones de precios directos, sino que sugiere ir en largo en los plazos de la LME como “un acicate”.

Ver también:  Perú: producción de cobre creció 14% en los últimos dos meses

Goldman se destaca cada vez más, pero tiene razón en que las acciones, o al menos las visibles, están bajas y corren el riesgo de caer mucho más.

Los inventarios de la Bolsa de Futuros de Shanghai alcanzaron un mínimo de varios años, de 43.525 toneladas, a finales de septiembre, con sólo un pequeño repunte después de las vacaciones, hasta 50.062.

El mercado local parece extraordinariamente ajustado a pesar de las continuas ventas de cobre de reserva estatal. La cuarta subasta del pasado fin de semana eleva el total de ventas a 110.000 toneladas y se esperan más subastas.

El inventario de la LME es mucho más alto, con 191.600 toneladas, pero una serie de cancelaciones en las últimas tres semanas significa que el 70% de ese metal está ahora a la espera de ser cargado físicamente. El tonelaje vivo restante, de 56.850 toneladas, es el más bajo desde principios de marzo, cuando la cifra principal era mucho más baja, 74.000 toneladas.

La naturaleza de estas cancelaciones -unas 10.000 toneladas diarias desde principios de mes- ha hecho que el mercado londinense se sorprenda.

Pero, como señala Goldman, tanto si esta actividad refleja una auténtica demanda física como si se trata de un acaparamiento en previsión de una subida de los precios, el colchón de existencias mundial es muy escaso.

Las existencias mundiales visibles son ahora inferiores al consumo de una semana, según estima Vanessa Davidson, directora de metales básicos de la casa de estudios CRU.

CRU espera que el precio del cobre tenga una tendencia a la baja durante el resto de este año y el próximo, cuando se prevé que alcance una media de 8.700 dólares por tonelada, pero “los pequeños cambios en los inventarios tendrán un impacto exagerado en el precio, tanto al alza como a la baja”, dijo Davidson en el seminario de la semana de la LME del lunes.

Ver también:  Con nuevo directorio, Buenaventura apunta a tener papel protagónico en producción de cobre

Cuidado con los diferenciales

CRU prevé un excedente de cobre refinado en 2022 de 100.000-200.000 toneladas, mientras que Goldman espera un déficit de 189.000 toneladas.

Los diferentes cálculos explican la divergencia en la llamada de precios, pero la diferencia estadística entre ambos es marginal en el contexto de un mercado global de 25 millones de toneladas. Un pequeño cambio en la oferta o en la demanda podría inclinar la balanza hacia un lado u otro.

El ICSG, que tiene la nada envidiable tarea de intentar dar sentido estadístico a una cadena de suministro compleja y a menudo opaca, incluye siempre una advertencia, reconociendo que “los resultados reales del equilibrio del mercado se han desviado en ocasiones recientes de las previsiones de equilibrio del mercado del ICSG debido a acontecimientos imprevistos”.

En otras palabras, las cosas suceden, especialmente en el mercado del cobre, que tiene una merecida reputación de sorpresas negativas en el lado de la oferta.

En este momento, sin embargo, el bajo nivel de inventarios ha cogido al mercado con la guardia baja, y la incesante actividad de cancelaciones de los últimos días ha generado un importante endurecimiento de los plazos.

El diferencial de referencia entre el efectivo y los tres meses cotizaba en un modesto retroceso de 12 dólares por tonelada a principios de esta semana. La prima al contado cerró el martes en 55 dólares y se había ampliado hasta los 95 dólares el miércoles, la tensión más aguda desde 2014.

La operación “kicker” sugerida por Goldman Sachs para el margen de tiempo parece muy oportuna. El jurado sigue sin pronunciarse sobre su precio directo, pero es un recordatorio oportuno de que los excedentes futuros no son de mucha ayuda si se necesita el metal ahora.

Fuente: Reuters