Ing. Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú

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Por: Ing. Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).

A nadie le queda duda que nuestro país posee una riqueza mineral envidiable. Eso lo demuestra el último reporte emitido por el Ministerio de Energía y Minas (MEM), donde se señala que Perú tuvo una producción de 151 toneladas de oro en el 2017; lo cual nos consolida como el principal productor de oro en Latinoamérica y uno de los seis primeros en el mundo.

Y en este punto hay que resaltar el desempeño de La Libertad y Cajamarca, como las regiones auríferas más importantes del Perú, donde se concentra el 50% de la producción total aurífera del país, con 43 toneladas y 33 toneladas, respectivamente.

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Si bien es cierto, la demanda mundial del oro cayó un 7% el año pasado, algunos analistas proyectan un mejor escenario para este 2018, lo cual beneficiaría a las empresas productoras de oro, y por ende impulsaría nuestra economía.

Un dato a considerar es que Asia se ha convertido en la región más consumidora de oro en el mundo. Su demanda se concentra en dos potencias emergentes como son India y China, cuya predominancia está asociada a la industria de fabricación de joyas y aplicaciones electrónicas, con una tendencia alcista en la última década.

Del mismo modo, nos motiva que la producción de cobre, uno de los commodities más importantes del país, marcará el ritmo de nuestras exportaciones en el 2017 y contribuya al fisco nacional. Como se sabe desde hace algún tiempo las exportaciones metálicas y no metálicas representan más del 60% de las exportaciones totales peruanas (tuvieron un crecimiento del 24% en relación al 2016).

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Como gremio profesional esperamos que el precio del cobre a nivel internacional se mantenga e impulse los proyectos mineros que tenemos en cartera.

No olvidemos que este metal tiene una gran proyección no solo debido al crecimiento urbano-industrial de China, sino también a la nueva tendencia de demanda creciente en la industria automotriz con la construcción de autos eléctricos. Estos reemplazarán a los vehículos con motores de combustión en una década y además contribuirán con la ecología.

Por otro lado, debemos evitar los ruidos políticos que generan incertidumbre y retraen las inversiones. Esta se viene reflejando en el desempeño de la Bolsa de Valores de Lima (BVL).

Como país necesitamos más inversiones para garantizar un mejor futuro a nuestros compatriotas, y ello solo se logra con un trabajo en conjunto, pero, sobre todo, con madurez política y económica.