(Quellaveco empleará terminal portuario de Engie) Faja y almacen de concentrado

Faja y almacén de concentrados (Quellaveco).

  • La finalización de la construcción de Quellaveco continuará influyendo negativamente sobre el desempeño de la inversión minera, por lo menos, hasta la primera mitad de 2023. Para el cuarto trimestre, desde el IPE anticipamos un retroceso de la inversión privada de alrededor de 2.0%.

Luego del débil dinamismo registrado en la primera mitad del 2022, la inversión privada cayó 0.8% en el tercer trimestre de 2022. Este resultado es el más bajo desde el último trimestre de 2020, cuando la economía aún operaba en medio de restricciones sanitarias.

El retroceso de la inversión privada obedece, principalmente, a la menor ejecución de proyectos del sector minero, cuyas inversiones mostraron una caída de 12.5% respecto al tercer trimestre de 2021 por la finalización de obras en Quellaveco. Este último inició su etapa de producción desde setiembre de 2022 y, con ello, redujo sus inversiones vinculadas a infraestructura y equipamiento minero. Sin considerar la caída de Quellaveco, la inversión privada hubiese crecido 0.2% en el tercer trimestre del año.

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La contracción del sector minero fue parcialmente contrarrestada por el avance de la inversión no minera, que registró un crecimiento anual de 0.8% en el tercer trimestre de 2022. Este aumento se ha visto, principalmente, reflejado en la recuperación del volumen de importación de bienes de capital sin materiales de construcción ni celulares, que creció 1.1% entre julio y setiembre de 2022 luego de caer 7.0% en el trimestre previo.

Proyecciones

Para este cuarto trimestre, desde el IPE se anticipa que la inversión privada continuaría en terreno negativo y registraría una contracción anual de 2.0%, ante la finalización de proyectos de gran envergadura – como Quellaveco – en el sector minero. Por su parte, la inversión no minera continuará mostrando un avance anual por debajo del 1.0% como resultado del persistente clima de incertidumbre política que ha llevado a la confianza empresarial a acumular 19 meses consecutivos en terreno pesimista. Con este resultado, la inversión privada registraría finalmente una caída de 0.5% en el 2022.

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El panorama para la inversión privada en el 2023 se ha vuelto cada vez más retador como resultado de un deterioro significativo del contexto internacional. Los mayores costos de financiamiento global, la caída de los precios de los minerales y el menor crecimiento de la economía mundial influirán negativamente sobre la ejecución de proyectos de inversión del sector privado en el próximo año. En este escenario de vientos externos menos favorables y persistente incertidumbre a nivel local, el IPE proyecta una caída de 2.8% de la inversión privada en el 2023.