pobreza en Perú

(Foto: GEC)

  • Desde 2019, un total de 2 millones 690 mil personas han caído en situación de pobreza.
  • Huánuco, Madre de Dios y Tumbes son las regiones donde más aumentó la pobreza en 2022.
  • Solo 3 de 25 regiones tienen un nivel de pobreza menor al 2019.
  • La pobreza se concentra ahora en la zona urbana: Lima Metropolitana pasó de concentrar el 23% de la población pobre en 2019 a 33% en 2022
  • Casi 2 millones de personas siguen sin regresar a la clase media desde 2019.
  • Reducir la pobreza del 2022 a los niveles del 2019 tomaría casi tres décadas si el crecimiento económico se estanca en 2%, estima el IPE.

La tasa de pobreza en el Perú se incrementó a 27.5% en 2022, luego de haberse reducido temporalmente a 25.9% en 2021. Esta subida se da en un contexto de bajo crecimiento económico y altas presiones inflacionarias que afectaron en mayor medida a los hogares de menores recursos en el área urbana.

Con ello, la pobreza se mantiene por encima de las tasas alcanzadas previo a la pandemia, ubicándose en niveles similares a los que el Perú registraba en 2011. En ese sentido, 2 millones 690 mil personas han caído en situación de pobreza desde el 2019.

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La recuperación de las condiciones de vida continúa siendo más lenta e incompleta en el área urbana. Mientras que en el área rural la pobreza se mantuvo en niveles cercanos a los del 2019 (41%), la pobreza urbana se elevó a 24% en 2022, una tasa no solo superior en 9 puntos porcentuales a la registrada antes de la pandemia, sino que representa un retroceso a niveles de pobreza de hace 14 años. Así, la pobreza se ha reconfigurado como un fenómeno que ahora se concentra principalmente en el área urbana. Lima Metropolitana, por ejemplo, pasó de concentrar el 23% de la población pobre en 2019 a 33% en 2022.

Al desagregar los resultados a nivel regional, se observa que en 15 de las 25 regiones del Perú la pobreza se incrementó respecto al 2021. En regiones como Huánuco, Madre de Dios, Tumbes y Ucayali, por ejemplo, las tasas de pobreza aumentaron en casi 6 puntos porcentuales en promedio durante 2022. Por el contrario, las regiones donde más se redujo la pobreza fueron Junín, Huancavelica, Apurímac y Lima Provincias. Un caso relevante es el de Lima Metropolitana, donde la pobreza se elevó a 27.3% en 2022, tasa similar a la que se incrementó en 2020 como efecto de la pandemia (27.5%).

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El análisis de los resultados por niveles socioeconómicos, siguiendo la definición del Banco Mundial, muestra que la proporción de personas pertenecientes a la clase media alcanzó el 32.8% en 2022, cifra inferior a los niveles alcanzados en el 2019 (40.0%). Esto implica que casi 2 millones de personas aún no retornan a la clase media luego de los efectos generados por la pandemia en 2020. En tanto, la población vulnerable se incrementó de 35.2% a 38.5% en el mismo periodo.

La dinámica trimestral de la pobreza a lo largo del 2022 muestra que esta se incrementó, principalmente, entre octubre y diciembre del año pasado. Durante este periodo, el crecimiento anual del empleo a nivel nacional se desaceleró a 0.7%, en un contexto donde la inversión privada acumuló dos trimestres de caídas consecutivas al cierre del 2022. Esto ha provocado una limitada recuperación de la clase media, la cual se mantiene por debajo de los niveles previos del 2019 afectada por la precariedad del mercado laboral.

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El retorno de la pobreza a lo registrado en 2019 requiere de un mayor crecimiento económico para generar mejores oportunidades laborales y mayores ingresos, principalmente, en las zonas del país con mayor retroceso en sus condiciones de vida en los últimos años. Si el Perú se estanca en tasas de crecimiento del PBI de 2.0% al año, el Instituto Peruano de Economía (IPE) estima que desde las tasas de pobreza del 2022 tomaría casi tres décadas regresar a los niveles registrados antes de la pandemia. El impulso al crecimiento debe ser acompañado de una reconfiguración de las estrategias de protección social en el área urbana y una mejora en la calidad de los servicios públicos en las zonas rurales, para lo cual es fundamental contar también con autoridades y un servicio civil capaces de hacerlo.