PARTE 1 : EL ANÁLISIS
Hace algunas semanas tuve la oportunidad de asistir a una charla de responsabilidad social organizada por la Asociación Peruana de Coaching. El expositor fue Marco Balcázar, gerente de RSE en Marcobre. Transcribo algunas de sus reflexiones, aportes y modelos por considerarlos de importancia pública. El énfasis está en el sector minero, pero algunas de las lecciones aplican para otros sectores, así como para la actuación del Estado y los gobiernos locales y regionales.
Comentaba Marco Balcázar que allá por 1825 se identificaron como los principales potenciales del Perú a la ganadería de la zona andina, con sus pastos, agua abundante y grandes extensiones; la agricultura de la zona costera por la riqueza de sus valles, y la minería del subsuelo. Todas estas actividades en el mismo territorio y, por lo tanto, se podrían convertir en motivo de conflicto.
Esa visión se tradujo en el escudo patrio que pretendía dar un mensaje claro y de advertencia a las futuras generaciones.
Así podemos interpretar en la parte alta de la superficie el azul del cielo serrano con la vicuña como el potencial ganadero, el cielo blanco costero y el árbol de la quina como el potencial agrícola. En la parte baja del subsuelo la cornucopia muestra la riqueza de la minería, pero en un fondo rojo advirtiendo los conflictos sociales que podrían surgir. El escudo de armas tiene, además, hojas de palma y de laurel a los costados que representan victoria, triunfo y grandeza que nos invitan a “convivir y no a competir” como lo mencionó Marco. Esto es: que aprendamos los peruanos a convivir entre la ganadería, la agricultura, la minería y la modernidad.
En línea con toda esta reflexión sobre el escudo peruano surge la necesidad de reflexionar sobre el eterno dilema entre los economistas: ¿desarrollo o crecimiento? Ese dilema ya está resuelto por la realidad que nos está tocando confrontar. Se llama sostenibilidad. De manera tímida surge la iniciativa empresarial llamada responsabilidad social empresarial (RSE) para responder a esta necesidad inminente. Debería llamarse responsabilidad socioambiental empresarial (RSAE) porque sin ambiente no hay sociedad ni humanidad, y eso puede ser la proyección de nuestro futuro si no hacemos algo.
¿Qué significa responsabilidad social-ambiental? Hace referencia a la obligación que tienen los agentes de una sociedad (personas naturales, jurídicas, asociaciones, comunidades, pueblos, empresas, etc.) de compensar la huella ecológica y los daños o impactos que generan con su existencia y sus actividades operativas, sean éstas de cualquier índole, incluidas las empresariales. Implica asumir las consecuencias de sus actos. Por lo tanto, hasta la persona con el estilo de vida más simple y austero impacta socioambientalmente y debe asumir responsabilidad por ello.
“La RSAE ayuda a la empresa a tomar conciencia de su rol en el desarrollo de nuestro país, reconociéndose como agente de cambio para mejorar la calidad de vida y la competitividad de su entorno. Es una forma ética de gestión que implica incluir las expectativas de todos los grupos de interés (accionistas/inversionistas, colaboradores y sus familias, comunidad, clientes, proveedores, ambiente y gobierno) alrededor de la empresa, para lograr el desarrollo sostenible”, dijo Marco Balcázar.
¿Cómo conseguir resultados extraordinarios en la gestión de la RSAE en el sector minero? (sin excluir al resto de sectores).
Todo proyecto minero tiene dos etapas. Una que dura algunos años, que es la etapa preoperativa de la construcción de la mina, la preparación del terreno para iniciar las operaciones. La segunda, y aparentemente la más importante, la operación minera que durará muchos años más. Lo que muchas veces en proyectos de este tipo se ignora o minusvalora es que lo que se haga o deje de hacer socioambientalmente en la etapa preoperativa impacta de manera significativa en la rentabilidad y viabilidad del proyecto en el largo plazo. La RSAE debe darse desde el inicio del proyecto y mucho antes inclusive, desde que se reconoce la existencia de un yacimiento minero o de otro tipo y que en un futuro será explotado. Los conflictos socioambientales se van gestando en la etapa preoperativa, y si se atienden de manera adecuada desde sus inicios podrán minimizarse.
El problema se agrava debido a que quienes trabajan en la etapa preoperativa en la mina no son necesariamente las mismas personas que permanecerán en la etapa de la operación y, por lo tanto, su nivel de compromiso con la RSAE y con la rentabilidad de largo plazo de la mina no son los mismos. Si los temas sociales (internos laborales como externos con las comunidades afectadas), ambientales y de seguridad no se atienden desde un principio, la operación de la mina enfrentará huelgas, accidentes, incidentes, movimientos sociales, paralizaciones, toma de instalaciones, corte de carreteras, etc.
Es allí donde el Estado y los gobiernos locales y regionales tienen un rol fundamental. Son ellos los que deben anticiparse a los conflictos socioambientales a futuro. Deben asumir la responsabilidad de conocer qué proyectos están en ciernes, quiénes son los actores centrales vinculados y constituirlos en un equipo de trabajo con valores compartidos, con objetivos comunes y con una manera de operar que los haga mutuamente responsables de la sostenibilidad de la región y de los proyectos empresariales a futuro. Para ello, como nos ayudó a reflexionar Marco, la visión cortoplacista de los cuatro o cinco años tiene que erradicarse de la mente de aquellos que quieran hacer política en el país.
PARTE 2: UN MODELO DE OPERACIÓN
El siguiente es el modelo para minimizar la posibilidad de conflictos sociales en proyectos mineros y afines que Marco Balcázar propuso en la Conferencia sobre Responsabilidad Social organizada por la Asociación Peruana de Coaching de hace algunas semanas.
El punto de partida del modelo, al que Marco llama la teoría de las 10Cs, es en el centro de la figura, en el círculo llamado Cambio. Todo lo que hacemos produce un cambio. Las personas no se resisten al cambio. Se resisten a la pérdida. Todo proceso de cambio amenaza a las personas involucradas con la pérdida de algo: tierras, agua, pureza, autonomía, propiedad, poder, derechos, identidad, componentes de la cultura y religiosidad, etc. Cuando se inicia un proyecto minero, muchos de estos aspectos se ven afectados y por ello es fundamental conocerlos y respetarlos, buscando de manera creativa e innovadora compensar por esas pérdidas. Reconocer esto es el primer paso y fundamental para iniciar con éxito el camino de la RSAE.
El segundo paso y sumamente importante, es el de Contactar. Esto implica identificar a las personas, comunidades y agentes que pueden verse afectados por el proyecto y conocer su perspectiva y sus preocupaciones. En el proceso identificar las posibles pérdidas reales o percibidas que podrían generarse con la actividad extractiva. Este paso debe asumirlo el Estado y los Gobiernos Locales y Regionales con mucha anticipación para ser quienes puedan articular estas inquietudes con el sector empresarial. El tercer paso es el deComunicar los beneficios e impactos/pérdidas que el proyecto conllevará para transmitir confianza y mostrar empatía con su realidad y perspectiva. Es un acto de respecto muchas veces obviado. Existen muchos ejemplos de esto en la política y la actividad empresarial.
El cuarto componente del modelo es ser Constante. Esto significa que no sólo se debe contactar a los agentes involucrados cuando la empresa lo necesita si no que la comunicación tiene que ser permanente. Hay que ir sondeando cómo están impactando las acciones en la sensación de pérdida, verificar si están siendo efectivas y si existe alguna otra necesidad no vista inicialmente que pudiera estar emergiendo para anticiparse dándole solución. Muchas veces las empresas creen que un primer contacto y las acciones posteriores a éste son suficientes. Mantener constancia en el contacto y la comunicación genera lazos de confianza que hay que ir fortaleciendo. Un mal paso y puede quebrar indefinidamente la relación, dado el historial de malas experiencias del pasado histórico de nuestro país. El quinto componente es el serConsecuente: cumplir con la palabra, con lo ofrecido, con los compromisos, con los acuerdos.
Nos dice Marco: “Hasta este punto se ha llegado solo al mundo de laVIABILIDAD de los proyectos y las empresas, un mundo que solo busca la TOLERANCIA, una relación de dependencia y de negociación constante. El mundo donde la mayoría de los proyectos y operaciones permanece cercano al conflicto, a la disputa de las partes que detiene el Progreso.” El Conflicto es el sexto elemento.
El séptimo componente es la Credibilidad, cuando la empresa ha mostrado pruebas suficientes en acciones concretas que permiten pensar que dice la verdad y que tiene realmente convicción por la RSAE. El siguiente componente es la Confianza, cuando empresa y comunidad o involucrado acepta las nuevas propuestas sin necesidad de estar demostrando para hacerse creíble. La actitud detrás es la de ir junto. El noveno componente es el Compromisoque representa el punto más alto de la relación, estando ambas partes dispuestas a defenderse mutuamente dado que está comprobado que la actividad es beneficiosa para todos.
Dice Marco Balcázar: “En este punto se ha llegado a una totalLEGITIMIDAD, base de la permanencia de las empresas en el tiempo. Es el mundo de la ACEPTACION, donde se reconocen los beneficios conjuntos. Muy pocas empresas y Estados han llegado a este nivel de desarrollo, que es el décimo elemento, el de la convivencia, que se basa en el reconocimiento y tangibilidad de oportunidades para ambas partes, donde la palabra COMPARTIR es un tema de cultura organizacional. En este nivel de desarrollo no significa que no existan disputas. Estas se solucionan en un escenario de dialogo, donde lo que nunca se detiene es el progreso, donde las soluciones se dan en el camino.” La Convivencia es la décima C.
No puede existir desarrollo sostenible sin relaciones sostenibles entre todos los Stakeholder involucrados con un proyecto empresarial. Desarrollo sostenible según la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (Comisión Brundtland) es aquél “que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentar sus propias necesidades”. Según este planteamiento el desarrollo sostenible tiene que conseguir a la vez:
– Satisfacer a las necesidades del presente, fomentando una actividad económica que suministre los bienes necesarios a toda la población mundial; y,
– Satisfacer las necesidades del futuro, reduciendo al mínimo los efectos negativos de la actividad económica, tanto en el consumo de recursos como en la generación de residuos, de tal forma que sean soportables por las próximas generaciones.
Es este el nivel de conciencia que debe prevalecer en todos los agentes intervinientes en los proyectos mineros y de otra índole. Es ésta la postura política que deben asumir el Estado, el empresariado, los activistas, las ONGs, los trabajadores, las comunidades y todos los stakeholders participantes en las actividades económicas de nuestro país. Y la mirada tiene que ser en el largo plazo. Sólo así podremos escalar a nivel mundial en los indicadores globales de competitividad.
Semana Económica
Estoy muy interesada en enfocarme al tema de responsabilidad social; este documento plasma, de manera bastante clara y pragmática, lo que al inicio de cualquier tipo de proyecto de impacto social y ambiental debería tenerse en consideración. Vale decir, que la comunicación asertiva y constante en el tiempo aún sigue siendo, sin duda, la base por la se debe empezar; sin embargo, es lamentable que, en los tiempos que corren (con tanto acceso a la información y la capacidad de hacer alianzas estratégicas inteligentes), todavía existan organizaciones no tengan el horizonte claro al destinar mayores fondos para mantener una comunicación eficiente tanto al inicio como en el trayecto de un proyecto.
Muchas gracias por tan valioso aporte!!!