(Foto: Andina)
La industria minera opera en zonas remotas y, a su vez, lo hace con altos estándares en lo que se refiere a seguridad industrial, salud ocupacional y también en gestión ambiental. A estos tres estándares se le ha añadido un cuarto estándar, que tiene que ver con lo sanitario y que le ha permitido incorporar cambios desde los sistemas rotatorios, los espacios de alojamiento y alimentación, hasta sumar el concepto de células de trabajo para establecer una suerte de distanciamiento laboral.
Adicionalmente, se ha agregado la aplicación de pruebas serológicas y moleculares, para de esa manera minimizar el impacto de esta pandemia que el país y el mundo están enfrentando.
Es importante mencionar que existe una correlación entre la ubicación de la mina y el origen del punto de partida de los trabajadores con los resultados que venimos obteniendo como país a través del proceso de contención o cuarentena.
Si uno mira las 25 regiones del país, en algunas de ellas tenemos resultados bastante satisfactorios en cantidad de no contagiados, lo que es una manera de ver el “vaso medio lleno”. Existen zonas altoandinas en Cusco, Puno, Cajamarca, Tacna, Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Moquegua, Huánuco, Cerro de Pasco, Junín y Arequipa, que tienen un menor nivel de infectados y también en regiones de la selva como Amazonas, San Martín y Madre de Dios.
Sin embargo, paralelamente existen departamentos donde los resultados aún no son satisfactorios como en la zona norte: Lambayeque, Tumbes, Piura y La Libertad; en la parte central del Perú: Áncash, Lima y Callao e Ica, y en la amazonia: Loreto y Ucayali.
Claramente, en estos 100 días hemos ganado experiencia y nos están permitiendo ajustar los protocolos sanitarios porque no estamos exentos a la situación que todavía sufre el país.
En ese sentido, como industria, seguiremos muy atentos para permanentemente optimizar el sistema sanitario en beneficio de nuestros trabajadores y del entorno donde operamos.
Ing. Víctor Gobitz, presidente IIMP
Fuente: Minería (IIMP)