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Se prevé que los precios del litio, uno de los ingredientes clave de las baterías que alimentan los vehículos eléctricos (EV) y los dispositivos de alta tecnología, subirán en dos años, cuando empiece a surgir la escasez en el mercado causada por la reducción de la producción y la detención de las expansiones.
Las ventas de automóviles, incluidos los vehículos eléctricos, han caído en picado este año, ya que las proyecciones de crecimiento económico mundial ya se han descarrilado en medio de la pandemia de coronavirus y sus efectos en los mercados mundiales.
Sólo en Europa Occidental, donde se suponía que las ventas de EVs se dispararían este año, la adquisición de nuevos coches cayó en un 90% en abril.
Pero la demanda está a punto de repuntar, dice Benchmark Mineral Intelligence, una empresa de investigación de la cadena de suministro de baterías y de descubrimiento de precios. Y cuando eso suceda “el lado de la oferta no será capaz de reaccionar con la suficiente rapidez”, Simon Moores, director general de BMI, dijo a Reuters.
La empresa con sede en Londres, que también hace un seguimiento de la construcción de megafábricas de baterías (>1Gwh de capacidad) en todo el mundo, cree que cuando vuelva la demanda, los precios del litio se dispararán después de 2022.
Antes del coronavirus, los precios del litio estaban en caída libre debido a una avalancha de nuevos suministros. El exceso, empeorado por el recorte de Beijing de los subsidios gubernamentales para los compradores de vehículos eléctricos en China, el mayor mercado del mundo, hizo que las grandes empresas domaran sus planes de crecimiento.
BMI había pronosticado un suministro de 572.000 toneladas para 2023, pero ahora ve esa cifra en 543.000 toneladas, con un déficit de 8.000 toneladas. La compañía cree que el déficit en años posteriores crecerá significativamente.
Para este año, BMI ve la producción mundial de litio alcanzando las 324.000 toneladas, con una demanda del metal ligeramente inferior, en 315.000 toneladas.
Fuente: Mining.com