lago titicaca

Contaminación. Es el espejo más alto del mundo pero probablemente el más contaminado con las aguas negras provenientes de Puno y Juliaca. No solo se daña a la flora y fauna del ecosistema; los malos olores inundan el sur de la ciudad lacustre.

Para almorzar la familia Quispe Quilca esparce ambientador en su comedor. Luego prende un incienso. De otra manera, de puro asco no podrían comer sus alimentos debido a los malos olores. La fetidez proviene de las dos lagunas de oxidación ubicadas en la isla de Espinar. Allí desembocan los desagües de la ciudad de Puno.

Además de los Quispe Quilca, este drama lo viven dos mil familias que habitan a la salida y al sur de la ciudad lacustre. Esta semana, los afectados emprendieron una campaña en diversos medios de comunicación. Piden que las autoridades le hagan recordar al presidente Ollanta Humala su compromiso de construir una planta de tratamiento de aguas servidas. Alegan que su salud está en riesgo. “En los días soleados incluso duele la cabeza. Ya no se puede vivir bien. El olor perturba”, dijo Aurelio Mamani.

 Los olores los provocan los desagües que ingresan al lago sin tratamiento. Marco Flores, gerente de Operación de la Empresa Municipal de Saneamiento Básico (EmsaPuno), señaló que se descargan 250 litros por segundo de estas aguas contaminadas. Las dos lagunas funcionan al 50%. Admitió que el lago podría contaminarse por completo si no se toman acciones.

 El alcalde de Puno, Iván Flores, señaló que se necesita la intervención del Estado para la construcción de una planta de tratamiento.

El burgomaestre dijo que su administración no puede intervenir por falta de recursos.

 Actualmente el perfil de la planta está en manos de Graña & Montero. Para garantizar el financiamiento del proyecto y su construcción, se requiere apoyo político del gobierno, precisó el alcalde puneño. Dijo que el entrampamiento está en Proinversión, que ha pedido más de seis meses para evaluar el perfil. Mientras tanto, Ollanta Humala dejaría el cargo y los puneños temen que nuevamente la construcción de la planta se aplace.

TAMBIÉN JULIACA Y COATA

No menos dramática es la situación de los habitantes del sector de Chilla en Juliaca. Allí existen ocho plantas de tratamiento que tampoco funcionan. Por eso los desagües ingresan directamente al río Coata, que desemboca en el Titicaca.

 Juan Atencio Ardiles, gerente de operaciones de Seda Juliaca, informó que al referido afluente ingresan más de 250 litros de aguas servidas sin tratamiento. El problema data de hace más de 25 años, tras el colapso de las lagunas de oxidación de la ciudad calcetera. Con ello, las aguas servidas de más de 280 mil personas inundan el río Torococha, afluente del Coata.

Maruja Inquilla Sucasaca, dirigente de la cuenca del Coata, recordó que varios estudios realizados por la Autoridad Autónoma del Agua dan cuenta que el afluente está contaminado con grasas, oxígeno, aceites y coliformes fecales.

 Inquilla Sucasaca asegura que pese a la contaminación del río Torococha la población toma de sus aguas por falta de servicio de agua potable. “Por eso la muerte de niños con infección. Nadie se apiada de nuestra realidad”, precisa entre sollozos.

Debido a este panorama, el 31 de mayo y 01 de junio diez provincias acatarán un paro de 48 hrs como medida de presión para construir diez plantas de tratamiento para las provincias San Román, Puno, Chucuito, Melgar, El Collao – Ilave, Yunguyo, Azángaro, Moho y Lampa.  En cada una de estas zonas las poblaciones que habitan cerca a los puntos de desembocadura de desagüe vive la misma situación.

Se espera que esta medida de fuerza sensibilice al gobierno, que prometió descontaminar este espejo de agua, el más alto del mundo.

La República