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Los bancos centrales de Europa del Este están liderando la compra global de oro, buscando diversificar sus reservas y protegerse de crisis geopolíticas.

El Banco Central de la República Checa, liderado por Ales Michl, ha iniciado una ambiciosa estrategia para duplicar sus reservas de oro a 100 toneladas en los próximos tres años. Esta política busca reducir la volatilidad de sus inversiones, confiando en el oro como un activo con cero correlación con los mercados de valores.

El interés en el oro no es exclusivo de Praga. Países como Polonia, Hungría y Serbia están incrementando significativamente sus reservas, posicionando a Europa del Este como uno de los mayores compradores de oro del mundo.

Polonia: Líder en la compra de oro

El banco central de Polonia, dirigido por Adam Glapinski, se convirtió en el mayor comprador global de oro en el segundo trimestre de 2024. Actualmente, sus reservas alcanzan las 420 toneladas, con el objetivo de que el oro represente el 20% de todas sus reservas.

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En una conferencia de prensa reciente, Glapinski destacó la importancia del oro como un escudo económico frente a eventos catastróficos. El Consejo Mundial del Oro respalda esta tendencia, señalando a Polonia como un actor clave en el mercado de oro.

Serbia y Hungría: Protección en tiempos de turbulencia

En Serbia, el presidente Aleksandar Vucic ha liderado una política agresiva de acumulación de oro, triplicando las reservas a 48 toneladas desde 2012. Según Jorgovanka Tabakovic, gobernadora del banco central serbio, el oro es un activo crucial en tiempos de conflictos geopolíticos e inflación elevada.

Hungría, bajo el liderazgo del primer ministro Viktor Orban, ha aumentado sus reservas en un 10% este año, alcanzando las 110 toneladas. El oro no solo es visto como un refugio seguro, sino también como un símbolo de la identidad histórica del país.

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Oro: Refugio frente a la geopolítica y la inflación

La creciente demanda de oro por parte de los bancos centrales se debe en gran medida a las tensiones geopolíticas en Ucrania y Oriente Medio, así como a la posibilidad de guerras comerciales impulsadas por la presidencia de Donald Trump. Además, el oro es visto como una protección contra la debilidad del dólar estadounidense.

Analistas de Goldman Sachs han pronosticado que el precio del oro podría alcanzar los 3,000 dólares por onza a finales de 2025, impulsado por la fragmentación geopolítica y la depreciación gradual del dólar.

Futuro dorado para Europa del Este

La estrategia de acumulación de oro por parte de los países de Europa del Este refleja su deseo de fortalecer la seguridad económica en una región históricamente afectada por conflictos. Esta tendencia posiciona a la región en el club exclusivo de los mayores poseedores de oro del mundo, junto a países como India, China y Japón.

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Con el respaldo de políticas gubernamentales y la cooperación de instituciones financieras internacionales, Europa del Este se perfila como un actor clave en el mercado global del oro.